Capítulo IV.

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Arrancó la moto. Me agarré a su cintura y mientras el aire despeinaba mi pelo. Tras diez minutos en la moto me llevó a mi casa.

-No sé como agradecerte todo lo que has hecho por mí...

-Hay una cosa que puedes hacer por mí.

-Lo que sea, ¿qué?

-Ayúdame a cortar con Sandra. La pille con otro tío en la piscina del hotel. Ella no me vió y desde entonces intento evitarla.

-¿Qué? -Me quedé boquiabierta.-Joder, ¿cómo se ha atrevido? No sabe lo que tiene... Esta tarde quedamos y te ayudo, ¿o no quieres?

-Sí por favor, a las 18:00 estoy aquí, no te retrases tonta.

-Claro que no, ¡hasta luego!

-Adiós.

Se fué y yo subí a mi casa. Mi hermana no estaba y mi padre estaba en una de sus famosas reuniones celebradas en Italia. La asistenta trabajaba por la tarde y yo estaba sola.

Me hice un Yatekomo para comer y les aclaré a Lourdes, Valeria y Patricia que estaba bien.

Luego me metí en el twitter de Sandra, para cotiller alguna foto que hubiese con el chico ese con el que engañó a Dani.

Después de ducharme de pies a cabeza eligo mi ropa para por la tarde. Un mono corto, muy corto, con estampado de flores en tonos naranjas. Me puse mis Air Force blancas y me planché el pelo. Sólo me eché un poco de máscara de pestañas. No me apetecía maquillarme, y para lo que iba a hacer con Dani...

Me apalanqué en el sofá para ver un capítulo de Castle mientras esperaba a que se hiciesen las 18.

A las 17:40 legaron mi hermana y su novio. Lidia ni me saludo, y fue a ducharse. Juanjo sí que se paró para hablarme.

-¿A dónde vas tan arreglada?

-Juanjo, hay días que con las preguntas que me haces pareces mi padre. -Reí. Me respondió con la sonrisa.-He quedado con alguien, no diré más. -Seguí riendo.

-Bueno, para antes de las 01:00 te quiero aquí.-Dijo simulado ser mi padre.

-Claro papá.-Sonreí.

Tras esto una voz salía del baño.

-Juanjo, ¿me acercas la toalla? -La guarra de mi hermana.

-¡Voy!-Gritó.

Normal, es un tío, loco debería estar para decir que no.

Llamaron a la puerta. Abrí rápidamente.

-¡Dani! Cuánto tiempo, ¿no?

-Demasiado.-Rió.

-¿Quieres pasar o vamos a dar una vuelta?-Pregunté.

-Mejor salimos un rato, ¿no?

-Vale.

Sin decir adiós salí de casa hacia la moto aparcada en mi puerta.

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