Nunca más volverán a pasar por encima de mí, ya no soy más la Athanasia buena, ahora conocerán a la nueva Athanasia.
Ya que soy Athanasia D'aramitz
La Emperatriz del imperio Álvarez.
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- Portada...
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—Veo que te divertistes.
—Si, jamás pensé que bailaría con el Archiduque Blackwell y su hija.
—Me alegra por ti.
Después que athanasia terminara de bailar con lady Blackwell, lucas tomo su lugar, ahora ambos bailaban entré los demás nobles, aunque casi no eran notados gracias a lucas que utilizó su magia. Mientras que bailaban athanasia le contaba lo que había pasado en su ausencia.
—Tienes suerte que ese hombre haya sido amable y no te haya lastimado o humillado.
—¡El no es esa clase de persona!
—Athanasia, apenas lo conoces en persona, tal vez sepas de el gracias a los libros o rumores, recuerda a a veces los humanos utilizamos máscaras para ocultar nuestra verdadera naturaleza, un buen ejemplo son esa mujer que tienes como madrastra y esa niña-quimera que tienes como hermana.
—¡No les digas así! Y ya lo se. Solamente se sintió bien que me trataran como humano, y no un objeto de diversión.
Lucas dejo salir un suspiro y se dedico a seguir bailando con ella en tranquilidad ahora que el emperador se fue o bueno esa era la intención. Ya que de repente la música dejo de escucharse y se empezó a escuchar los murmullos molestos de los nobles. y se escuchó la fuerte voz preocupada del príncipe consorte.
—¡Jennette!
Ambos se acercaron para saber que le había pasado a la amada princesa de obelia. grande fue su sorpresa al ver a la perfecta y amable Jennette en el suelo con lágrimas en los ojos, su cuerpo temblaba y a su lado estaba su zapatilla lujosa. rota, los diamantes y las mas decoraciones estaban destruidos.
Y delante de ella se encontraba Lady Blackwell, que la miraba con molestia en la ropa de la joven mujer se podía apreciar una rasgadura en su hombro derecho. tal parece que ambas estaban bailando hasta que la zapatilla de la princesa se rompió haciéndola tropezar y al final caer. no solo eso antes de caer se sujeto de la vestimenta de lady Blackwell rompiéndola.
—Decepcionante, la princesa heredera del gran imperio obelia, es alguien decepcionante.
Entre la multitud apareció la emperatriz penelope que fue directamente hacía su hija. con una falsa preocupación y una molestia se podía ver en sus ojos.
—¡Jennette!
—Tu no eres digna ante mis ojos, no te vuelvas a pararte delante de mi.
