Capítulo 1

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Invierno, frío y cruel, donde solo los más osados pueden subsistir. Durante años las personas del reino de Migther han hecho eso, sobrevivir a un clima furioso y devastador. Sus abuelos, padres y nietos y ahora las siguientes generaciones han sabido sobrellevar las inclemencias de ese tiempo que un día llegó para quedarse, dejando de lado las demás estaciones.

Los habitantes con el rostro curtido por los implacables vientos fríos han sabido cosechar en domos alimentos, han sabido encontrar el modo de arrebatarle a la naturaleza un pedazo de misericordia y hacerlo más llevadero. Sumidos en la lucha diaria de un destino ya trazado, solo queda forjar nuevas esperanzas para los que vendrán, y delegarles a ellos las enseñanzas ante la adversidad.

Muy lejos de Migther, donde unos pequeños poblados casi en extinción se rehúsan a abandonar sus tierras, las tierras heredadas de sus antepasados y ganadas con sudor y sacrificio durante la guerra de las Brujas. También conocida como Lucha infernal, donde la muerte arrebato la vida de muchos hombres, y donde las brujas dejaron de existir.

Hubo una vez en tierras desconocidas, la cual estaba cubierta por las más grandes riquezas que la madre tierra pudiera dar, y que solo era habitada por un centenar de mujeres que poseían poderes sobrenaturales, las cuales estaban bajo la protección de la bruja mayor, la Matriarca, la última de su clan, la que protegía y cuidaba a todas las brujas que iban naciendo. Ningún viajero podía salir vivo de sus dominios, o de lo contrario era devorado por éstas y sus restos colgados de algún árbol, como señal de que los intrusos no eran bienvenidos.

Pero cuando las brujas pensaban que sus dominios nunca serian profanados, llegó la época de escases, y muchos hombres y mujeres iniciaron viajes a rumbos desconocidos. Fue ahí cuando un rumor grande se esparció, un viajero dijo haber encontrado tierras tan fértiles y llenas de las más variadas frutas y hortalizas jamás imaginadas, el único problema era que esas tierras eran habitadas por mujeres salvajes.

Los hombres se envalentonaron e iniciaron el viaje hacia ese lugar. Encontrándose luego con una realidad horrible y siniestra. Las mujeres no solo eran salvajes, sino que además tenían poderes maléficos, con un solo movimiento de ellas y los hombres explotaban en el aire, dejando sus viseras por todos lados. De los mil que fueron en busca de esas maravillosas tierras, solo dos quedaron con vida.

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