Cuando el reloj marcó las 3:00 Pm empezamos a caminar, en silencio, sin decir ni la más mínima palabra.
-¿No vas hablarme?
-No me interesa hablar contigo.
-A mi tampoco pero verás la cuestión es que tenemos que, así que deja tu inmadurez para otro momento y hagamos esto menos insoportable.
-Tu sola presencia ya lo hace insoportable.
-¡Ay Eren! No hieras mis sentimientos así, ¿Qué no ves que me rompes el corazón?
-¿Corazón? ¿Tú tienes algo como eso?

A medida que avanzábamos me cansaba cada vez más, lo primero es que no estaba acostumbrada hacer ejercicio y la caminata me debilitó, Eren prosiguió a paso firme y cuando observó que me había dejado atrás se detuvo y me miró:

-Oye muévete, no tenemos todo el día, ya casi va a oscurecer.
Estaba algo agitada.
-¡Adelántate! Yo te sigo el paso.
-¡Olvídalo! Si te quedas atrás tendré que buscarte y no pienso volver hacia atrás.
-No te estoy diciendo que vengas hacia atrás, lo que te digo es que te adelantes, yo te alcanzaré.
-Tsk, no sabía que eras tan débil.
-¡Vete a la mierda Jaeger! Ya te dije que te alcanzo.

Se giró y continuó su camino e intenté seguirle el paso pero él jamás se detenía ni un segundo contrario a mi, al final cuando alcé la vista él ya no estaba. Lo peor de todo era que llevaba el mapa y yo estaba más perdida que alguien con amnesia en medio del desierto.

Hacía mucho calor y en compensación a esto empezó a llover, me sentí perdida y un sentimiento de miedo me invadió cuando me di cuenta que caminaba en círculos y que ya era de noche, rezaba para encontrarme con algún otro dúo y me mostraran amablemente el camino pero no veía a nadie, continué intentando salir pero seguía caminando en círculos, me di por vencida y me senté al lado de un árbol rezando porque al menos no me cayera un rayo.

¡Estúpida! Tienes una casa de campaña, pensé, la abrí en aquel instante y me di cuenta que no servía, alguien debió de estropearla o ese desgraciado vendedor me engañó, igual intenté arroparme con la misma para no mojarme tanto, me quedé quieta esperando un milagro hasta que sentí que algo corría por mis piernas, era una araña.
Grité por el asombro y la quité de inmediato mirándola cansada.

A lo lejos escuché una voz.
-¡(...)! ¿Qué estás haciendo?
-...
-¿Sabes el tiempo que tengo buscándote?
-...
-¡Respóndeme!
-....
-¡Eres el colmo!

Estaba tan cansada que no quería darle ni siquiera explicaciones, nadie tenía que ser genio para saber que me había perdido.
-Vamos, ya encontré un lugar para acampar.

Lo seguí y cuando llegamos al dichoso sitio empezó a organizar su casa de campaña, lo hizo en tiempo récord.
-¿Qué esperas?
-(volteé la mirada hacia otro lado) La mía no sirve.
-...
-...
-Debería dejarte afuera por lo mala que eres, pero como no soy como tú te permitiré quedarte.

Me había herido el orgullo.
-¿Y tú crees que necesito de tu ayuda? Es más me voy a quedar a dormir afuera.
-Como quieras.

No me rogó ni un poquito, y yo me quedé con mi orgullo afuera al lado de un árbol mojándome, cualquiera que me diera un vistazo le causaría pena.

Eren salió unos minutos después de su casa de campaña.
-Si sigues ahí te vas a terminar enfermando, ya deja el orgullo y entra.
-¡No me jodas!

¡Ay que vergüenza! Pero yo no iba a retroceder tan fácil, cerré los ojos cuando la lluvia se intensificó y sentí de repente que flotaba, al abrir los ojos me percaté que Jaeger me cargaba y me llevaba rumbo a la casa de campaña.

-¡Bájame! ¡Te dije que no quiero entrar!
-¡Madura! ¡Pareces una niña malcriada!

Me entró a empujones y una vez adentro, empapada y con Jaeger frente de mi volteé la mirada.
-Será mejor que te cambies, te vas a resfriar.

Se acostó dándome la espalda, haciéndome sentir segura de que no me observaría.
-No voy a quedarme en ropa interior, prefiero dormir así.
-Como gustes.
La casa de campaña no era muy grande pero me acosté dándole la espalda lo más lejos de él, empecé a tiritar y sentí como me arropaba con su chamarra.
-No tienes que...
-No importa (interrumpe) No tengo tanto frío como tú.
-Gracias...
-¿Es en serio? ¿Me acabas de dar las gracias?
-¡Ya cállate!

Volví a mi postura inicial pero esta vez supe que tenía que quitarme aquella ropa o me enfermaría y de por si ya estaba estornudando, me percaté de que Jaeger no estuviese mirando y me quedé en ropa interior pero arropándome con su abrigo el cual me brindaba algo de calor a pesar de que lo había mojado ligeramente.

Cerré los ojos intentando dormir pero se me hacía difícil dormir en cualquier lugar que no fuese mi cama, ya era bastante tarde y aún se escuchaba ligeramente la lluvia la cual había mermado, escuché de repente a Eren hablar:

-Escuché que trabajabas hace mucho en una panadería con Sasha.
-Si...hace ...no tanto.
-¿Por qué las echaron?
-Porque nos comíamos los panes.

Lanzó una carcajada ante mi respuesta y sonreí burlándome también.
Cuando el sonido de su risa se detuvo habló otra vez:
-(...) ¿Por qué me odias?










) ¿Por qué me odias?

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