Capítulo VI || La Balanza

19 1 0
                                    


RONAN


En su sueño volvía a ser un niño, no debía tener más de unos siete años en ese momento, todavía no le crecían músculos en el cuerpo y cargaba pesadas piedras de hierro en una canasta, de un lado de la herrería a la otra para que su padre las fundiera y crear mandobles. Y Ronan recordaba el dolor muy bien, el dolor de no comer lo suficiente y los golpes de su padre ebrio. Esa era la vida de Ronan, sin embargo, no perdía las esperanzas al verlos a ellos caminar por el patio de armas, los caballeros de La Orden del Roble, los mejores guerreros de Stahland. Fundados por Kraster Kreuz un siglo atrás para proteger a la familia real, Ronan quería ser como ellos, quería una vida donde no tuviese que seguir cargando rocas ni usar sus manos para blandir un mazo contra el hierro al rojo vivo.

      Cuando entonces la vio a ella, tomada de la mano del rey Dors. Aquella niña que miraba con ojos enormes como platos aquel duelo entre el Capitán de la Guardia Real, Kamil Ethelfrei y el joven prodigio Bruno Eishärte. Entonces la niña giró la cabeza, pues sentía que alguien la miraba, y entonces Ronan quedó impresionado con aquellos ojos esmeraldas y aquel cabello castaño de la niña...

       Ronan despertó, en su cama había dos mujeres desnudas...Ronan miró por un instante el techo de piedra de su recamara. Y en el momento que su consciencia tomó posesión de su cuerpo, volvió a sentirse melancólico. "Eres un imbécil hijo de puta Ronan, has perdido el amor de Gálica." Se repitió a sí mismo el guerrero de cabellera rubia. Ronan se reincorporó en la cama, no importaba cuantas mujeres llevara a la cama, no podía sacarse de la cabeza a Gálica y la última orden que ella le había dado "Retírate Ronan es una orden de tu reina". Ronan se levantó y caminó hacia su ventana, observó hacia el torreón donde se encontraba la recamara real, donde estaría su reina durmiendo sola...o tal vez acompañada por su hermanita menor.

       Entonces Ronan comenzó a sentir ansiedad. Sabía que Gálica había dejado en claro que no quería un rey. Pero Ronan temía las mentiras que le había contado ese esclavo de Andreas a su reina. Temía y odiaba que mientras él se alejaba, otros podrían ir y envenenar la mente de su reina, alejarla del camino correcto y pervertirla en el proceso. Y peor, él sabía que tendría que ir a Esterreich con ella, tenía que protegerla de los peligros que podrían haber.

       Ronan se vistió y luego les ordenó a las sirvientas que se largaran de su habitación, porque tenía que ir a entrenar. Todas las mañanas La Orden del Roble entrenaba desde muy temprano. Era un gaje del oficio, aunque últimamente Gálica se la pasaba hablando con el tesorero y con el resto de sus administradores. En los pasillos del palacio pudo ver a Reisser quien se dirigía hacia el patio de armas, Ronan se fue caminando con él.

       —Reisser, ¿Dime que piensas de todo esto? —Le preguntó Ronan al otro soldado, el muchacho de cabellera platinada alzó la mirada hacia su compañero.

       —Tendrás que ser más específico Ronan. —Le respondió Reisser.

       —Sabes a lo que me refiero. —Dijo Ronan entre gruñidos. — Este viaje que Gálica quiere hacer a Esterreich. Sabes tan bien como yo que es una mala idea, cruzar el mar de Jurgamungander es suicidio, no sobrevivimos a la guerra con Karlo Kreuz y ganamos el favor de Aeger, solo para morir devorados por la gran serpiente en el mar.

       —Sinceramente estoy de acuerdo con Gálica, siempre hacemos saqueos en Norserikki, me empieza a cansar las pieles de oso y los costales de sal. Además, por lo que cuenta Andreas, Esterreich está lleno de minas de oro y ciudades y pueblos ricos listos para el saqueo.

       "Andreas por supuesto, que es lo que tiene ese debilucho para que todos confíen en él, me las pagará, hoy en el entrenamiento." Pensó Ronan y sonriendo sombríamente, el caballero dejó a Reisser y aceleró el paso. "Después de todo, muchas cosas malas pueden pasar en una sesión de entrenamiento, podría dar un golpe en falso y romperle un brazo o una pierna, y de esa manera, el esclavo tendría que quedarse aquí. Gálica pospondrá su viaje a Esterreich, o aún mejor, darse cuenta de lo débil que es Andreas."

La Última Reina II: Confrontación de Coronas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora