Otro tipo de baile

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Sábado por la mañana, Rayla se levantó sintiendo una opresión en el pecho

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Sábado por la mañana, Rayla se levantó sintiendo una opresión en el pecho.

La idea era quedarse en cama con las sábanas sobre su cabeza hasta que tuviera que ir a la escuela el lunes en la mañana. Eso es lo que las personas, cuya razón de ser les ha sido arrancada cruelmente, hacen: quedarse en la cama tanto como sea posible, y dentro de las posibilidades con un bote de helado viendo alguna comedia romántica de mala calidad. Este plan le fue injustamente destruido por su Padre quien llegó con una bandeja de pastelitos y té.

Rayla se preguntó por qué Ethari era tan eficiente y sabía lo que necesitaba.

—¿Por qué esa cara? -preguntó Ethari—, pensé que hoy era el baile escolar.

— No... Bueno si es hoy, pero no pienso ir.

Ethari se sentó en la orilla de la cama viendo hacia el frente, casi evitando la mirada de su hija.

— Es bueno, es decir... ¿Sabes lo que pasa en los bailes de la escuela?

Rayla le miró como si tuviera cuatro dedos en cada mano y astas en la cabeza.

¿Acaso Ethari estaba pensando en darle la charla? ¡No! Aquello no podía ser cierto, Amaba a sus padres, pero tener una charla sobre sexo no es algo que cualquier adolescente quiera, quizás había algunos que se morían por recibir esa charla con urgencia, pero ella no, y si hubieran estado en época antigua con carruajes en lugar de automóviles le hubieran dado la charla una noche antes de su boda.

— No, Ethari, créeme, nada de lo que estás pensando está pasando,— asegura moviendo una mano

—Escucha Rayla, eres una jovencita y estás creciendo, es normal tener ese tipo de inquietudes — Ethari continuó hablando sin prestar atención a la cara de Rayla

— Ethari, no, espera, te juro que esta charla ya la tuve en la escuela. Y veo el canal Discovery de vez en cuando y créeme que suele ser demasiado explícito

Ethari Alzó una ceja, pero parecía que de cualquier manera le daría la charla, ¿Qué clase de padre sería si no lo hiciera?

— Rayla, entiendo que puedan gustarte los chicos, o chicas, eso es algo personal, pero ¿Conocen tus amigos el SIDA? ¿Son conscientes que puede transmitirse por el sexo oral?

Rayla solo podía esperar que aquello acabara pronto, parecía sacado de una especie de tortura cómica.

—¡Si, lo sé! —literalmente se enderezó de la cama—. Estoy estudiando salud y seguridad este semestre.

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