Capítulo 41

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Nian se separó de la diosa mientras que un torrente de pensamientos lo invadía

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Nian se separó de la diosa mientras que un torrente de pensamientos lo invadía. No podía quedarse sin hacer nada, él había provocado ese desastre y debía solucionarlo. Él había arruinado todo por lo que su padre y todos los demás habían estado trabajando por tanto tiempo. No podía permitir que Myra se fuera con Shein. No podía permitir que ella muriera. No se lo perdonaría nunca si eso llegaba a suceder. Intentó avanzar y Zafira lo retuvo. Los ojos dorados de la diosa buscaron los de él e intentó transmitirle paz con su mirada, pero era inútil, su cerebro se había aislado de los pensamientos racionales.

—Nian, no —dijo la diosa. Ella podía escuchar sus ideas gracias a la potencia que tenían, al uviem le parecían tan perturbadoras que terminaban pasando también a la mente de Zafira a través del vínculo.

—Pero...

—No, si intervienes, solo lo vas a empeorar, debes permitir que las cosas sigan su curso, ya se nos va a ocurrir algo para evitar que ella muera —anunció y volvió a tomar las manos del chico para que atención regresara a ella—. No vuelvas a acercarte, ambos sabemos que no vas a poder resistirte y vas a volver actuar de forma impulsiva —indicó y creó una barrera de jaixz para separarlos del resto del grupo.

Mientras que ellos conversaban, Shein no paraba de pensar una forma de alejar a Myra de Rix. Y la única solución que se le ocurría era utilizar con más potencia la ilusión de amor. No sabía qué iba a provocar eso en la princesa, pero sí estaba seguro de que iba a conseguir que ella dejara de pensar en Rix. Así que concentró su jaixz sobre la ilusión y con ella comprimió la imagen de Rix en la cabeza de Myra, presionó cada uno de los recuerdos y los sentimientos que la princesa tenía hacia el raix y la hizo estallar. Los ojos de Myra volvieron a tornarse violetas. Ella dio un paso al frente y clavó sus dedos con más fuerza en las palmas de sus manos hasta que sintió que la sangre comenzó a brotar de las heridas.

—Shein —le advirtió Ámbar.

A ella no le gustaba el rumbo que estaba tomando su primo. Ella sí conocía los efectos de las ilusiones de amor y sabía lo peligrosas que podían llegar a ser. Además, no tenía sentido seguir insistiendo con Myra. Estaba claro que la princesa no tenía ni una sola idea de dónde podía encontrarse la antigua aldea y los raix habían sido muy claros con que solo un uviem podría acceder al poder del núcleo y Ámbar estaba segura de que no habían mentido, no tenían la necesidad porque ellos sí tenían la certeza de que podrían llegar hasta ese jaixz gracias a Nian.

El pelirrojo no la escuchó y siguió estrujando los sentimientos de Myra. La furia creció de forma inexplicable en el interior de la princesa y se cernió sobre la idea de Rix. Se enfureció con él por cada acto que había cometido, incluso con los que había sido feliz. Un odio profundo se apoderó de ella y la guiaron a unas palabras ocultas en lo profundo de su mente. Esa ira guio al idioma extraño por su legua hasta sus labios y dejó salir las palabras que su cabeza sabía que estaban prohibidas.

Juihf reichr (1)—mencionó con voz profunda.

Por un par de segundos no pasó nada. El desconcierto y el horror nublo los rostros de los raix que se aproximaron con rapidez hacia Rix. Los ojos del chico se clavaron con dolor sobre Myra. Y entonces comenzó. Un agudo dolor se clavó en el pecho de ambos y los obligó a caer de rodillas. Sus pulsos se aceleraron y sus respiraciones se volvieron superficiales. Ambos gritaron al mismo tiempo y sus ojos se inyectaron en sangre. Quisieron cerrarlos, pero sus cuerpos no los obedecían, hacían lo que deseaban y en ese momento era verse a los ojos. Rix cambió de forma en contra de su voluntad y eso empeoró el suplicio en ambos. La sangre brotó de sus narices y luego salió de sus ojos en forma de lágrimas. Sus cuerpos fueron envueltos por auras de color negro. El dolor aumentó, ambos sentían como su interior se calentaba hasta el punto de quemarlos. Una intensa punzada volvió a apoderarse de sus pechos y volvieron a gritar.

El último uviem ✔ [Destinos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora