CAPITULO NUEVE

86 15 91
                                    

–Anna cariño —escucho la voz de mi madre en la puerta—. Levántate recuerda que te llevaremos al instituto antes de irnos al trabajo.

Mi alarma no ha sonado, la programe anoche para que sonara más temprano.

–dame 10 minutos más —le digo— y me arropo la cabeza.

No pasan los 10 minutos cuando pegó un brinco en la cama, mi corazón va a mil latidos por segundo.

–mierda —me digo a mi misma—. Mientras veo el celular.

La canción que puse de alarma me dió un susto de muerte.

Me doy un baño rápido y recojo mi pelo en una cola alta mientras me acomodo el uniforme.

Me miró al espejo y me encanta como me veo. Decido aplicarme un poco de labial rojo.

–Diosa creada por manos divina –me digo.

Más bien por el sexo que tuvieron tus padres.

¿Tenias que arruinarme el momento?

Me dirijo a la cocina y veo a mis padres desayunando.

–buenos días –le doy un beso en la frente a ambos y luego tomo asiento a su lado.

Me dispongo a comer mi cereal mientras ellos toman café y padre lee un viejo periódico.

–no nos dijiste que le pasó a tu bicicleta cariño –dice madre mientras padre baja sus lentes y me mira.

Ángela es una mujer de estatura promedio, pelo negro como el mío, su belleza es inigualable, sus ojos son entre verdes y azules. Parece una Diosa.

Adams en un hombre pelinegro de ojos azules y cuerpo trabajado muchas veces suele ser sarcástico y suele usar sus encantos a su favor.

–Anna, estamos esperando tu respuesta.

–se le pincharon las dos gomas –le digo mientras me encojo de hombros.

Terminamos de desayunar, reviso que no me falte nada antes de irnos.

Pasamos por la casa de Masón y me asomo a la ventana para observar a ver si lo veo y pedirle llegar juntos.

Pero solo veo a su estúpido hermano salir de la casa, mira el auto y se que no me ve porque los vidrios son polarizados.

El muy estúpido sonríe y se dirige a lo que supongo es la cochera.

Lixie va caminando con la cabeza agachada y de ves en cuando mira para ambos lados. Bajo un vidrio y la llamo.

–hey Lix –saco la cabeza para que sepa que soy yo.

Pega un brinco y se lleva la mano al corazón. Le hago seña para que se acerque.

–no vuelvas hacer eso —me dice.

Mis padres observan sin decir nada.

–Ellos son mis padres, Ángela y Adams –se lo presento— y ella es Lixie mi nueva amiga en el pueblo.

–Hola –le dice y ellos corresponden el saludo y la invitan a subirse al coche.

Antes de hacerlo ella vuelve a mirar para todo lado y luego se sube.

Madre le hace preguntas a Lix y padre no da pequeñas miradas de vez en cuando.

–¿Por qué te asustaste y mirabas para ambos lados querida?

Lix me mira y luego vuelve a mirar a madre. Me encojo de hombros restándole importancia.

Ella le contesta y es así todo el camino.

CATARSIS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora