𝐑𝐞𝐝𝐡𝐞𝐚𝐝 || 𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐒𝐡𝐞𝐥𝐛𝐲

Capitulo 19

Estábamos en la mansión de Thommy, supongo que festejando el haber ganado la Vendetta. Estaba sentada en las piernas de Finn mientras él repartía besos por mís mejillas, cuello y hombros.

-Te extrañe.- susurre en su oído y lo bese. No fue mucho el tiempo que estuvimos sin poder vernos, pero lo extrañe de todos modos.

-Y yo a ti.- respondió al separarnos, sonriendo.

-Bien. ¡Oigan!- gritó Thommy.- Escuchen, antes de sentarnos a cenar quiero decir unas palabras. La última vez que estuvimos aqui termino mal.

-Si...- murmuró Arthur.

-Y ahora somos más felices.- prosiguió Thommy.- Eso es todo. Solo quiero... Hacer un brindis.- levantó su vaso.

-Esperen.- nos detuvo Arthur.- Quiero decir unas palabras de corazón. Y está vez vas a dejarme terminar, Thommy.

-Vaya, vaya. Malevolo cucarachon se nos puso sentimental. Otra vez.- todos rieron por mí comentario. Arthur sonrío.

-Como todos saben, Arthur Shelby está muerto. Y por eso, Thommy me ofreció una salida. Una nueva identidad.- se levantó de su asiento y avanzó por la sala.- Comenzar una nueva vida. Lo he pensado y tome una decisión.- el silencio reino por unos segundos, dándole suspenso a la situación.- No ire a ninguna parte.- reí junto a los demás.- Nuestros enemigos no existen, están muertos, todos. Por primera vez, desde que yo y mis hermanos menores...- miró el suelo.- Thommy y yo nos enlistamos en el ejército británico, estoy en paz. Así que, me gustaría hacerles una propuesta a todos, la compañía Hermanos Shelby insisto en que mí hermano Thommy se tome un tiempo libre. Te mereces unas vacaciones, Tom.

-Arthur tiene razón.- hablé y las miradas se posaron en mí.- Debes descansar y tomarte un tiempo para estar con Charles y el nuevo bebé que viene en camino.- mire a Lizzie.- Ve a descansar un poco.- le sonreí a Thommy.

-La guerra acabo. Nadie quiere matarnos.- dijo Arthur.- Por la paz.

-Por la paz.- brindamos.

~•~

-Changretta no.... Te hizo nada. ¿Verdad?- me preguntó Finn mientras desabotonaba su camisa. Nos quedaríamos a dormir en la mansión de Thommy y ambos decidimos dormir juntos.

-¿En qué sentido? Por que, sinceramente, casi me vuelve loca por todas las estupideces que decía.- le dije sacándome los tacones. El sonrío.

-Si, pero... No te toco de una manera indecente o algo parecido. ¿Cierto?- se acercó y me tomo por la cintura. Le sonreí con ternura y pase mis brazos por sus hombros.

-No, tranquilo.- acaricié su nariz con la mía en un beso esquimal.- Solo una persona puede tocarme de una manera indecente y con mí consentimiento.- bese su mejilla y subí hasta su oído.- ¿Quieres demostrarlo?- susurré.

Finn me levantó, poniendo sus manos en mis muslos y enrollando mis piernas en su cintura. Camino a la cama mientras nos besábamos y apoyo mí espalda en la suave superficie.

Bajo sus besos a mí cuello, quejándose cuando el vestido no lo dejo seguir con los besos. Desesperado al ver que el vestido tenía botones, dio un tirón para romperlos y, por fin, sacarme el vestido.

-¡Finn!- exclamé entre risas.

El sonrío y beso el lugar entre mis pechos, los cuales eran cubiertos por el sostén. Lo desabroché antes de que Finn lo rompiera también y gemi cuando la boca del castaño empezó a jugar con mis pezones. Mientras su boca mordía con cuidado mí pezón izquierdo, su mano jugaba con mí pecho derecho.

Le quité la camisa y el se separó de mí para quitarse el pantalón y el boxer. Bajo con una torturosa lentitud el resto de mí ropa interior y agarro mis rodillas para separar mis piernas, besando el interior de mis muslos.

-Finn, si sigues así, voy a...- no me dejó terminar de hablar y utilizo su lengua para darme placer, hundiendola en mí interior y penetrandome con su lengua. Podía sentir su sonrisa al escuchar mis gemidos y baje mis manos hasta su pelo, tirando de el. Él agarró mis pechos con sus manos y los apretó, provocando que gimiera por el placer.- Finn...- suspiré cuando llegué al orgasmo y el castaño se enderezó. Se separó de mí y agarro un sobre plateado que tenía en el bolsillo de su pantalón, volviendo a mí cuando terminó de ponerse el condón. Beso mis labios y rozo su erección con mis pliegues.

-Claire.- suspiro en mí oído y entro en mí de una sola vez, provocando que suelte un grito por el placer y la sorpresa. Nos dio vuelta, sentándome en su regazo y tomando mis caderas para controlar las embestidas. Mis pechos saltaban por los movimientos y Finn agarro uno de mis pezones con su boca. Mis manos jugaban con su pelo y sus manos bajaron hasta mí trasero, donde apretó.
Su miembro entraba y salía de mí interior con rapidez y dureza, arrancandonos fuertes gemidos a ambos.

Rode los ojos cuando llegue al clímax, gimiendo el nombre de Finn. El nos volvió a acostar y acelero las embestidas, logrando su propio orgasmo.

Por unos minutos, nuestras respiraciones aceleradas eran lo único que se escuchaba en la habitación. Finn salió de mí interior, se sacó el condón, le hizo el nudo y lo tiró en la basura.

Me beso y apoyo su cabeza en mis pechos, acostándose entre mis piernas. Dejé un beso en su cabello y acaricié su espalda, durmiéndome a los segundos.