One-Shots (GabrielxNathalie)

NUESTRO PASADO 1

Miré a Nathalie desde el otro lado de la habitación. No se había dado cuenta de que estaba tarareando una canción... Una canción que al principio me costó diferenciar cual era pero de repente lo vi claro... Esa canción...
Nothing's Gonna Change My Love for You de George Benson.
La misma que bailamos juntos por primera vez. Aquella que durante años fue nuestra canción y la misma que pensaba que ambos habíamos olvidado para siempre...

Me estremecí ante su tarareo. Joder... Fue entonces cuando sus ojos se alzaron del ordenador.
Me miró. La miré.
Nathalie se sonrojó.

—Lo siento... —Sí que se había dado cuenta de que estaba cantando —. Yo...

—No tienes porque disculparte. Hacía años que no oía esa canción...

—Ya...

Sabía perfectamente que lo que quería decir a continuación era "guardaste toda nuestra relación en una caja y la lanzaste al fondo del mar pero no pasa nada, señor. ¿Quiere un café?"

—Nathalie...

—No volverá a ocurrir... —Se levantó de la silla, cogió una carpeta de papeles y salió del despacho.

Me quedé allí, en mitad del despacho, solo y recordando aquellos años... Unos años en los que Nathalie y yo pensábamos que éramos invencibles...

"GABRIEL Y NATHALIE CON 18 AÑOS"

La risa de Nathalie inundaba cada lugar de aquella discoteca parisina mientras bailabamos en la terraza canción tras canción.
Sus dedos se enredaron en los míos mientras le daba una vuelta en el sitio y se enganchaba de nuevo en mis hombros.

—¿Te imaginas donde estaremos dentro de veinte años? —Reí contra su boca antes de descender mis labios poe su cuello mientras nos moviamos bajo el ritmo de Nothing's Gonna Change My Love for You de George Benson.

—¿Estas reflexiva esta noche?

—Sí... Estoy feliz y estar feliz me provoca que reflexione sobre las cosas... Ahora contestame... ¿Dónde crees que estaremos en dos décadas? —Miré al cielo mientras pensaba.

La luna estaba en su máximo esplendor. Era una noche mágica. Una noche nuestra que prometimos recordar siempre.
Nadie nos diría que unos años después todo aquello quedaría en el olvido...

—No lo sé... En mi mente quiero ser un gran diseñador...

—Estoy segura que lo conseguirás...

—¿Y tú?

—No sé... Mis estudios pueden llevarme a mil sitios... Pero París me gusta. Quiero quedarme aquí. ¿Y nosotros? —Sonreí.

Por aquel entonces un nosotros entre ella y yo me sabía a gloria. A un futuro que estaba claro entre los dos.
Enredé un dedo en su mechón rojo. Lo amé desde el primer día que apareció por el Instituto con él hecho.

—Juntos...

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo...

Sellé aquella promesa con un beso y un baile bajo la luna pero como todo en la vida... Aquella promesa pronto se rompió...

"VUELTA A LA ACTUALIDAD "

Salí detrás de Nathalie pero no sabía donde narices se metió hasta que oí las voces de ella junto a la de Adrien en el comedor.
Abrí la puerta y sus miradas se posaron en mí.

—¡Padre! Le estaba preguntando a Nathalie si podría preguntarte si tienes alguna foto de cuando eras adolescente. Mi amiga Marinette te ha elegido para hacer un trabajo de alguien a quien admira y necesita alguna foto de joven para la biografía. No hay nada en Internet.

—Normal. Antes no habían redes sociales. Era muy difícil que te pillaran haciendo algo extraño por eso debes tener siempre cuidado y...

—Sí, lo sé pero... ¿Tienes alguna?

—Creo que sí. Las guardaré en alguna de las habitaciones del altillo. ¿Quieres ayudarme a buscarlas? —Vi los ojos verdes de Adrien brillar antes de asentir.

—¿Vienes Nathalie? —Nathalie negó mirándome.

—Tengo trabajo. Además seguro que tú y tu padre os arreglais sin mí. —Pasó por mi lado, su brazo rozó el mío y tragué saliva ante eso.

Estaba seguro de que ver esas fotografías me iban a traer más recuerdos de los que estaba capacitado de revivir...

***

Adrien y yo tuvimos una suerte de escándalo al encontrar los álbumes de fotos metidos en una de las cajas en la primera habitación. Estaba al 90% seguro de que estaban aquí pero por si las moscas ya me había hecho la idea de que iba a perder el día en esto... Podrían haber estado en cualquiera de las otras cinco del altillo.

—Dile de mi parte gracias a tu amiga. No suelo ser el tipo de persona que la gente admira.

—Marinette sí. Quiere ser diseñadora.

—Tiene mucho talento. Lo demostró con ese bombín que te diseñó y Jagedd la tiene en muy alto aprecio.

—Sí... —La sonrisa de Adrien me hizo sonreír a mí también. Me gustaba sentirme cerca de mi hijo de nuevo aunque solo fuera cosa de unas horas —. Dios papá. Estabas tan joven aquí.

—No sé cómo tomarme eso. —Adrien rio haciéndome sonreír —. Pero sí... Han pasado muchos años... Apenas recuerdo todos los momentos que viví.

—No me extraña. Aquí había mucho polvo. ¿No sueles mirar estas cosas?

—La verdad es que no. Creo que no había visto estas fotos desde que nos mudamos tu madre y yo a la mansión.

—¿Ella tampoco entraba?

—No hay nada de ella aquí así que no... Tu madre no se interesaba mucho por cosas que no fueran con ella. —Miré a Adrien dándome cuenta de lo que acababa de decir —. Quiero decir...

—Tranquilo, papá. Mamá era buena mujer pero sé que era muy posesiva con lo suyo y muy maniática con otras... —Y celosa pero eso no lo dije en voz alta, solo lo pensé...

—Bueno, ¿ves alguna que te interese?

—Mmm... —Revisó las que tenía en la mano —. Creo que estas pueden servirle a Marinette ¿puedo llevármerlas y escanearlas? Prometo devolverlas.

—Sí, tranquilo, no corre prisa.

—¿Podemos seguir viendo?

—Claro...

No sé cuanto tiempo pasamos allí metidos pero fue el suficiente para sentir a Adrien más cerca que nunca en los últimos años.
Fue entonces cuando, mientras yo revisaba un pequeño álbum con fotos de pequeño, oí un ruido sordo.
Miré a Adrien asustado, pensando que algo le había ocurrido pero solo vi sus ojos abiertos de par en par y un álbum morado a sus pies.
Me miró y supe lo que había encontrado.
Aquel álbum que había escondido lo mejor que pude hace años cuando me mudé aquí con su madre.
Un álbum que si Emilie hubiera visto, Nathalie ahora no estaría trabajando para mí.

—¿Fuiste novio de Nathalie? —Me preguntó con cara de asombro y voz entrecortada.

Recogí el álbum en mis manos y suspiré sabiendo que se venía una conversación intensa y reveladora con mí hijo...