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Jungkook exhaló pesadamente inclinando la parte de arriba de su cuerpo, sus manos encajándose sobre sus rodillas, un ligero mareo rondando en su cuerpo, sus pensamientos parecieron mezclarse y luego simplemente desaparecer hasta dejar su mente en blanco.

— ¿Kook? — preguntó Jimin observandole en silencio, esperando algún tipo de reacción por parte del alfa.

— Estoy bien — soltó sorpresivamente a pesar de que su postura indicaba lo contrario.

— ¿Seguro? — cuestionó en voz baja.

El azabache acomodó su postura, su visión desviada hacia un costado, el omega se quedó allí de pie.

— ¡Claro que no estoy bien! ¿Cómo es eso de que solo la punta? — su voz exaltada asustó ligeramente al rubio.

— ¿Cómo esperabas que sucediera? — cuestionó inhalando rápida y pesadamente — no es tan malo — sus propias palabras sonaban ajenas en su propia boca.

— ¿No es tan malo? — la voz de Jungkook subiendo poco a poco de nivel — ¿No te parece mal que tenga que... que meter mi polla en tu trasero? ¿Siquiera eres capaz de imaginarlo?

Jimin separó sus labios intentando soltar las palabras que se repetían en su mente, pero el imaginar lo que su mejor amigo decía, pareció absorberlo.

¿Imaginarlo?

Imaginar a Jungkook con su enorme miembro alineándose para dejar que su corrida quede dentro suyo, aquellas manos fibrosas sosteniendo sus muslos abiertos en una posición indecorosa, su celo en su pico más alto, sus sentidos al máximo y alerta ante su alrededor.

El aroma gutural proveniente de Jungkook.

— ¿Jimin? — escuchó la voz de Jungkook a la lejanía — Jimin, hey — los dedos delgados del alfa balanceándose frente a su rostro tratando de llamar su atención.

— ¿Si? — sacudió su cabeza tratando de desechar aquellos pensamientos.

— Tu rostro está rojizo — murmuró, aquellos ojos oscuros fijos en su rostro.

Jimin bajó la cabeza de forma inmediata, no podía permitir que el alfa notase que le había alterado el solo imaginar aquella corta escena en su imaginación, sus dedos que comenzaron a temblar repentinamente se elevaron hacia su cabeza peinando su cabello hacia atrás.

— Debe ser los síntomas previos del celo — un tono de incomodidad instalado en su voz.

— No recuerdo que tu rostro se volviese rojizo antes.

No pudo detenerlo, ni mucho menos pudo reaccionar al momento en que Jimin alzó sus manos y las envió hacia la tela de la camiseta del alfa para atraerle hacia abajo, la nariz del omega instalándose en el hueco del cuello del azabache, el alfa sintió su corazón acelerarse rápidamente al sentir la cercanía del cuerpo de Jimin.

Aquellos dedos regordetes temblando mientras seguían empuñando la tela de la camiseta, pudo sentir el aliento cálido del omega contra su piel, escuchó las rápidas inhalaciones, el hombre olfateaba su cuello.

Y luego simplemente escuchó un suave jadeo y un sonido que podría confundirse como un ronco ronroneo.

Jungkook trastabilló estando de pie al sentir el golpe de feromonas que atacó sus fosas nasales, el aroma ácido llenó su cuerpo y mente desviando sus pensamientos.

— Pastillas — boqueó el alfa — hora de tus pastillas Jimin — sus manos fueron a parar contra las muñecas del omega para hacer que soltase su camiseta.

— Siempre hueles bien — ronroneó contra su cuello.

Jungkook estaba acostumbrado a esto, en las pocas ocasiones en las que los síntomas aparecían de la nada, él había tenido que lidiar con un Jimin cariñoso, el olfateo contra su cuello, o aquellas manos buscando un lugar de su cuerpo en donde aferrarse.

Mentiría si dijese que su cuerpo no reaccionaba con la cercanía, Jimin incluso luego del celo era consciente de ello, pero no hablaban de ese tema por ser tal vez demasiado vergonzoso para ambos.

— ¿Lo harás? — la pregunta hizo detener los movimientos del alfa, sus dedos alrededor de las muñecas del Omega a la altura de su rostro.

Haciendo ligera presión por los nervios.

— No es buen momento hablar de esto ahora, vamos, ve por tus pastillas.

— Entraré en celo pronto, es buen momento para hablar de éste tema.

— Jimin, ahora no.

— Puedo tener tus cachorros, los que siempre quisiste — murmuró aún contra la piel activa del cuello del alfa — solo tienes que correrte dentro de mi — no tiene que ser una tortura para ambos, lo haremos por los cachorros, ya aceptaste Kook, no hagas de esto un asunto más grande.

— Correrme dentro de ti — repitió en voz baja — estás loco — simplemente el asunto era demasiado para asimilar.

— Eres mi mejor amigo, sé que no te sobrepasarás conmigo, puedes correrte dentro — argumentó — dentro de mi Jungkook.

Infierno, eso se había escuchado tan tentativo.

Joder, ¿En qué demonios estaba pensando?

El alfa desvió el rostro, los labios del omega rozando de forma insistente contra su mandíbula.

— Te ayudaré, déjame ayudarte Kook.

El alfa cerró los ojos cuando el cuerpo del omega se alejó lo suficiente.

— Confía en mi, haremos esto bien — la voz suave del omega mantuvo en calma los nervios del alfa.

Las feromonas disminuyendo poco a poco.

— Joder, no sé si eres el mejor o el más tonto amigo del mundo — se burló el alfa en voz baja.

Debía cambiar el tema rápidamente.

— Sabe que soy el mejor amigo que puedes llegar a tener — sonrió cálidamente — iré por mis pastillas — su rostro aún rojizo, pero sus pupilas activas ante su alrededor.

Lo vio desaparecer en el pasillo, el alfa envió sus manos hacia su rostro, odiaba los síntomas previos del omega, Jimin se acercaba demasiado y a pesar de que aquello era algo común por parte de ellos en su vida diaria, las feromonas era algo que ponían al alfa con la guardia en alto.

La idea rondaba en su mente, pero el solo imaginar a Jimin bajo su cuerpo, ante la expectativa de que algo suceda, sus muslos abiertos y esperando por él de forma ansiosa, aquella vista bajo suyo.

— No — masculló en voz baja en el momento en el que imaginó el rostro sonrojado del Omega, su cabello revuelto y su jadeante respiración.

Tenía sus dudas sobre la idea, pero ya lo había aceptado.

El asunto de ponerlo en práctica era algo diferente.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que poco después de que Jimin apareciese de nuevo en su rango de visión con un vaso con agua y la pastilla entre sus labios, fue que su mente procesó el asunto.

— Espera — habló en voz baja.

— ¿Qué sucede? — Jimin bebió de su agua hasta beber el vaso completo.

— Una sola vez no será suficiente ¿No es así?

Una expresión de sorpresa llenó el rostro del Omega, sus dedos temblaron amenazando con soltar el vaso entre sus manos, un surco formándose en su frente con el paso de los segundos.

Había soltado aquello de repente que no se había tomado el tiempo de recordar que aquello sería un proceso de más de una vez, un solo intento podría ser fallido.

— Tendrás que pasar mi celo junto a mi — fue la respuesta por parte del omega.

Jungkook nunca sintió tan difícil tragar la saliva que pareció estancarse en su garganta.

Esto debía ser una jodida broma.

Realmente iba a hacerlo con su mejor amigo.

No, solo metería la punta.

Embarazado de mi mejor amigo  °Kookmin°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora