Todos empezaron a gritar el nombre de Luo Binghe, alabando su gran combate. ¿Y como no hacerlo? La forma en la que se movia era envolvente, habia algo que te hacia no querer apartar la mirada.
Una de las personas que no podía apartar la mirada era Sha Hualing. Había quedado hipnotizada con ese humano tan guapo.
Todos los discípulos sabían que Luo Binghe era muy fuerte, pero si alguno tenía dudas aún, con su lucha de hoy ya nadie las tendría.
Luo Binghe sacó su espada intacta del cuerpo del demonio para dirigirse hacia su shizun que se encontraba no muy lejos de él.
-Luo Binghe, eso a sido muy peligroso. No puedes ser tan impulsivo en situaciones así ¿Qué haría este maestro si te llegara a pasar algo?- acto seguido con un lado de su manga le limpió un poco de sangre que tenía la mejilla.
-Shizun, este discípulo no quería preocuparte. Solo quería que supieras que estoy preparado para protegerte de cualquier cosa, en cualquier momento. Siempre estaré para shizun- Binghe sonreía tiernamente por dentro. Se sentía tan bien la preocupación de su shizun.
-Es este maestro es el que te tendría que cuidar en cualquier circunstancia, además ¿donde se ha visto a un maestro siendo protegido por su discípulo?- Shen Qingqiu tapó su sonrojo con su abanico. ¿Cómo podía decir este niño cosas tan vergonzosas así sin más? Por otro lado, era él quien tendría que estar amparando por la seguridad de su discípulo, no al revés.
Sus pensamientos fueron interrumpido cuando escucho a Sha Hualing toser para llamar su atención.
-¿Ha sido satisfactorio el intercambio Ling-er? -dijo con con mala intención, pero ella solo se rió
-Mayor Shen no sabía que tenías discípulos tan extraordinarios, en cambio yo estoy rodeada de inútiles- pateó al demonio mayor
-Lo siento, lo siento....- empezó a decir el demonio
-Cállate de una vez. No ves que has deshonrado a nuestro clan. No sirves para nada- Sha Hualing siguió diciendo un sinfín de insultos.
El demonio tampoco podía creer que él hubiera perdido contra un niño de apenas unos 16 años. Nublado por el enfado, se levantó como pudo y arremetió contra el protagonista.
Luo Binghe se percató rápidamente de ello y se preparó para detener el ataque, pero no espero que su maestro se metiera en medio de ellos dos recibiendo el golpe por él.
Shen Qingqiu olvidándose de todas las advertencias del veneno, en un intento de proteger a su discípulo, no le importó llevarse el golpe por su pequeño. Con un ágil movimiento se lo quitó de encima, clavándose un pincho en el camino. Al instantante el veneno se esparció por todo su cuerpo; Shen Qingqiu sintió cómo se debilitaba poco a poco.
-Maestro Shen, no me importa haber sido derrotado por tu discípulo si eso significa poder matarte- se empezo a reir
-¡Shizun!- se acercó corriendo a su maestro para verificar su estado. Cuando vio la herida, se sintió impotente y inútil. No había podido evitar que su shizun estuviera ileso. Si hubiera sido cuando el era el rey demonio no le hubiera importado ya que él tenía una solución para el veneno, pero ahora, solo siendo un niño, sin poder alguno, solo fuerza bruta, no podía hacer absolutamente nada. Se giró hacia el demonio que aún se encontraba riendo y de una estocada le clavó su espada en el corazón haciendo que cayera inconsciente al instante. No le importaba matarlo, no después de haber herido a su persona más preciada. Nadie tenía el derecho de tocarle ni un solo pelo a su maestro, y menos en su presencia. Siguió clavando la espada en el cuerpo sin vida con rabia.
-Luo Binghe. Para de una vez- alzó la voz Shen Qingqiu
-Pero shizun, el veneno...-
-Tranquilizate. Me encuentro bien- Era mentira. Shen Qingqiu estaba asustado gritando como una niña por dentro. Esto dolía, dolían una barbaridad. Se estaba empezando a sentir mareado y creía que de un momento a otro se iba a desmallar. Proteger a su discípulo estaba dentro de sus planes, pero pensándolo bien, si Luo Binghe hubiera sido envenenado no hubiera pasado nada por su sangre demonio. De todas ya no podía cambiar lo hecho.
Sistema, este veneno no me matará ¿verdad?[El veneno puede ser letal en grandes cantidades. Con lo que tiene usted en su cuerpo no tiene porque matarlo pero si sufrirá sus efectos usuario]
Pero no existe ninguna cura que tú me puedas dar. ¿No tienes una tienda en línea donde se puedan comprar estas cosas?
[El sistema no puede proporcionarle nada de lo que pide. Si quiere una cura, tendrá que buscarla usted mismo usuario]
Cada vez es más inútil hablar contigo. Nunca más te voy a preguntar algo. Pensó indignado.
En la novela una de las esposas del protagonista también se envenena de sin cura, y Luo Binghe la salva mágicamente haciendo pa pa pa y más pa pa pa.
Puso mala cara al considerar que esa podía ser su única posibilidad de ser curado. No podía ni pensar en hacer eso con su discípulo. Para él Luo Binghe era aún un pequeño bebé inocente, un loto blanco. Descartando esa idea, no pudo pensar en más soluciones.
Ahora por lo menos había quedado como un maestro que se sacrificaba por sus discípulos.
Shen Qingqiu se dirigió a Sha Hualing.-Espero que ahora cumplas tu parte del trato y te marches sin hacer alboroto de mi secta-
-¿Cómo me voy a ir? Tu discípulo acaba de matar uno de mis mejores demonios. Esto no puede quedar así ¿Qué tal si me das a tu discípulo como compensación?- Luo Binghe puso una cara asqueada al oír eso, pero la disimulo rápidamente con una asustada.
-Shizun no dejes que esa demonio me lleve- se agarró al brazo de su maestro.
Shen Qingqiu arqueo una ceja viendo como su discupulo actuaba de forma asustada cuando hace un momento estaba matando a sangre a un demonio. Aunque tampoco le tomo tanta importancia, es solo un niño pensó.-Yo no tengo que compensarte por nada. Tu demonio está muerto porque cuando aún habiendo perdido su combate intentó golpear a mi discupulo por sorpresa, sin ninguna ética ni moral. Deberia darte vergüenza reclamarme eso-
-¡Shen Qingqiu!- se lanzó hacia él, pero se vio detenida cuando una persona llegó de la nada azotandola.
-Es Liu shishu. Ha salido de su reclusión- empezaron a decir los discípulos
Liu Qingge se plantó delante de Shen Qingqiu como un escudo. Lo miro de forma fija por un momento viendo su semblante pálido y herido.
-Tú demonio asquerosa- se acercó a ella con siniestros y bruscos movimientos, que hicieron retroceder a los demonios, al punto que tuvieron que huir. No por nada era llamado el dios de la guerra.
Cuando ya no quedaba ningún demonio se acercó a Shen Qingqiu que se encontraba arrodillado en el suelo con mala cara.-¿Cómo puede dejarse herir un maestro de pico de esa forma?- se arrodilló a su lado y le empezó a mandar qi por todo su cuerpo -Esto es por lo de la cueva-
-Liu shidi, gracias- le dio una débil sonrisa
-La próxima vez ten más cuidado- apartó la mirada con las mejillas un poco rojas.
Luo Binghe estaba mirando todo silenciosamente. No conocía mucho a Liu Qingge ya que había muerto muy rápido en su otra vida.
Pero algo no le cuadraba, había oído que él y su shizun se repudiaban, que se peleaban cada vez que se veían. ¿Qué había pasado durante su reclusión en la cueva? ¿Quién se creía ahora este tipo para tomarse tantas libertades con su shizun?
Ignorado como pudo a Liu Qingge, se puso al lado de su shizun agarrandole las manos. Este parecía cada vez más pálido.-Shizun te ves mal. Todo es por mi culpa. Perdóname-
-No digas tonterías. No te tienes que disculpar por nada- le acarició la cara -Me encontraré mejor después de dormir un rato- dichas esas palabras cayó en los brazos de morfeo.
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Lo siento por tardar en actualizar.
Muchas gracias por el apoyo. Shen Qingqiu os manda un beso a tod@s.
Disculpad por las faltas de ortografía.
Pronto capítulo 7.
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El deseo de Luo Binghe
RomanceShen Yuan sabe que algo va mal cuando empieza a notar que ciertos sucesos están fuera de lugar. Y que también su discípulo se comporta de manera extraña. -Sistema ¿qué está pasando? [No se detectan errores con la trama de la novela, solo existe una...