Capitulo XXV*TT* : Parte I.

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Capítulo 25: Parte 1

Mi alma volvió a mi cuando vi la rejilla que llevaba al exterior. Nunca me había sentido tan extenuada. Mi cuerpo no soportaba más ejercicio, cargar mi peso tres veces durante varios metros cuesta arriba era mi límite, ni siquiera me había tenido fe a que lo lograría, pero lo hice.
Mientras Anabelle maldecía, ni idea porque, pensé en lo que había más allá de este conducto, varios metros más de campo o quizás árboles con un suelo plagado de minas. Miré a Anabelle, quizás este era su plan, empujarme a las minas y nunca había tenido la menor intención de ayudarme a salvar a mi familia. Entrecerré los ojos, Harry no dejaría que nada me pasara y si algo me ocurría estaba segura de que él vengaría mi muerte. Definitivamente no tenía que confiarme de ella, me daba mala espina.
Anabelle se veía bastante fastidiada.
— ¿Qué ocurre? —pregunté con curiosidad.
—…una estúpida, soy una estúpida —Anabelle no me prestó atención.
—No pensó en que esta rejilla podría abrirse desde afuera, no desde…
— ¡Ni lo digas! —gritó furiosa Anabelle.
—…dentro —terminó Harry.
—Ahhh —Anabelle gritó con frustración.
La leve risa de Cole se escuchó desde detrás del conducto.
—Anabelle, hey, cálmate —dijo.
— ¡Cállate, estúpido fanfarrón, de seguro estás disfrutando esto!
—Yo si pensé en que esto podría pasar y traje un cautín, es lo único que había en la agencia que pude tomar sin que se notara su…
— ¿Trajiste algo que no pedí? —preguntó con indignación Anabelle.
Por Dios, esta chica.
—Sí… —Cole respondió inseguro—, porque quizás no se te había…
— ¡Ja, ¿eres un genio, no?! ¿Y dime, señor Genio, a que mierda lo conectamos para que funcione?
—Es…funciona con pilas —respondió Cole.
—Eh…
Anabelle se escuchaba furiosa.
—Mira, quizás lo íbamos a necesitar, nunca se sabe, y ahora, tú lo necesitas, así que déjate de comportarte como una niñita berrinchuda y deja de intentar encontrar el lado malo de lo que estoy haciendo. ¿Lo vas a querer o no?
—Sí —respondió de mala gana Anabelle.
El cautín paso de mano en mano hasta que llegó a Anabelle y ella se puso a trabajar en la rejilla para que podamos salir de este lugar, que por cierto ya se estaba volviendo sofocante. Durante varios minutos escuchamos a Anabelle bufar molesta por lo demoroso del trabajo. Cuando al fin pudo terminar de hacer el hoyo dio una pequeña exclamación de alivio y rápidamente destornilló la rejilla y pudo terminar de sacarla.
—Salgan solo cuando yo se los diga —ordenó Anabelle.
De sus pantalones sacó el mapa de las minas y le echó una hojeada antes de volver a guardarlo. Se arrastró por el pequeño hueco que daba a la salida y emitió unos pequeños quejidos cuando tuvo que arrastrar su abdomen por el borde del edificio. Cuando sus zapatillas desaparecieron de mi vista avance hasta el hueco y asome mi cabeza. El lugar estaba completamente oscuro.
— ¿Anabelle? —pregunté.
—Aquí estoy —su voz a una muy corta distancia de mí me sorprendió. Luego de unos cortos segundos una luz muy potente iluminó mi rostro y cerré los ojos al instante.
—Ten cuidado con eso —me quejé.
—Lo siento —apuntó la linterna hacia el lugar detrás de ella.
Árboles, un poco de maleza y mayoritariamente tierra era lo que nos rodeaba. Miré al suelo y me imaginé las decenas de minas bajo nuestros pies, era escalofriante.
Anabelle volvió a sacar el mapa, dirigió la luz hacia él y se lo quedó mirando un rato.
—Bien —dijo—. No es tan terrible, las minas están bastante lejos unas de otras. Adeline, sale de ahí como puedas e intenta caer justo aquí —apuntó el sector frente a ella—, y por todos los cielos, intenta no empujarme hacia atrás.
Miré hacia sus pies, según sus palabras un poco más atrás había una mina, me estremecí.
Me arrastré fuera del conducto como pude y terminé tirada en el suelo por la fuerza de gravedad. Bufé mirando mis pantalones con tierra. Me levanté y me sacudí mientras Harry y Cole salían del conducto como si hubieran pasado toda su infancia saliendo de este mismo conducto, ninguno de los dos terminó en el suelo como yo.
—Bien, síganme, pongan los pies exactamente donde yo los pondré, exactamente —remarcó—. Y no pateen ninguna piedra.
Anabelle comenzó a avanzar intercalando miradas entre el mapa y el suelo, dando pasos pequeños.
—Claro, dejen las marcas de sus zapatillas para que nos atrapen —comentó irónicamente Cole.
Anabelle iba dando pasos fuertes provocando que la suela de su zapatilla quedará grabada en la tierra, así todos podíamos seguir los pasos fácilmente.
— Puede que no pisen exactamente donde yo lo hago, ¿acaso quieres explotar junto con una mina? —Anabelle respondió enojada.
Cole se quejó.
—Iré borrando las marcas —se limitó a decir—. Ya veo porque me dejaste de los últimos —masculló.
—En realidad lo hice para tenerte lo más lejos de mí posible.
—Eres una…
—Chicos —Harry interrumpió—, concéntrense.
El silencio continuó mientras lentamente avanzábamos a través de la oscuridad, con el solo sonido de nuestras respiraciones y la zapatilla de Cole arrastrándose por la tierra para borrar las marcas de nuestros pies, en la lejanía, de vez en cuando, podía escuchar como quizás en una carretera un auto pasaba a gran velocidad.
—Ahora tenemos que cruzar esto —Anabelle dijo luego de detenerse por primera vez en un rato.
Miré hacia lo que ella apuntaba con su linterna, una muy alta cerca estaba frente a nosotros y en lo más alto cables horizontales que prometían tener electricidad.
—Quizás ni siquiera están funcionando —dije como idea.
—Escucha —Anabelle se acercó un poco más a la cerca y todos nos quedamos lo más callados posibles. Efectivamente, si agudizabas el oído se podía escuchar el leve zumbido de la electricidad corriendo a través de los cables.
—Podríamos intentar cavar e ir por debajo —dijo Cole.
Anabelle se rio—. ¿Sabes lo que hay abajo? —miró a Cole—. Al menos dos metros de metal que impide cruzar.
Busqué los ojos de Harry, él no estaba prestando atención a nuestra conversación, miraba constantemente la reja, su cabeza subía y bajaba por ella.
—La policía secreta pensó bien esto solo para que nadie pudiera entrar desde afuera, pero —Anabelle nos miró— nosotros queremos salir.
—El árbol —dijo de pronto Harry.
Anabelle sonrió de una manera que no me gusto para nada. Algo tramaba y me carcomía saber que podría quizás tener que ver con Harry.
Anabelle comenzó a escalar un árbol, era un árbol bastante grande, estaba a un costado de nosotros y llegaba varios metros más allá de la parte superior de la reja.
— ¡Solo tenemos que saltar! —gritó Anabelle desde las alturas, de no ser por la linterna no tendría idea de donde estaba—. ¡Harry atrápala! —gritó antes de dejar caer la linterna. Harry la atrapó en el aire sin ningún problema, al instante, como si ambos tuvieran los pensamientos conectados, él le iluminó el trayecto hasta el otro lado de la reja, eran varios metros de caída, una manera demasiado fácil de romperse algo.
Sin avisar, Anabelle simplemente saltó. De la impresión di un pequeño grito. Ella, por su puesto, cayó perfectamente, con los pies sin vacilar y una de sus manos tocando el suelo.
—Perdóname si te asuste, Adeline —La manera en que pronunció mi nombre era simplemente demasiado venenosa. ¿Se estaba burlando de mí?
—No me asustaste —respondí—. Solo me sorprendí.
—Bien —le echo una hojeada al gran árbol—, escálalo como yo lo hice y cuidado de no romperte una uña cuando caigas.
—Anabelle, es suficiente —Harry interrumpió enfadado.
Se encogió de hombros—. ¿No se supone que ella tiene sangre de espía? Deberías ser capaz de hacer esto, tomando en cuenta que tu madre era toda una sanguinaria espía y terrorista que siempre apuñalaba por la espalda, ¿no es así? ¿Recuerdan lo que nos contaron sobre lo que le hizo a Louis? Y ahora él pobre está obsesionado con pertenecer a la policía secreta y atrapar a todas las basuras como ella.
Estaba roja de la rabia. Anabelle no iba a hablar así de mi madre.
¡Iba a subir este puto árbol y luego darle una buena cachetada a esa perra!
Me agarre de una de las ramas y con toda la fuerza, y la rabia, que pude obtener escalé el árbol lo más rápido que pude.
— ¿Adeline? —escuché a Harry llamarme desde abajo. Mi camino se iluminó con la luz de la linterna, solo unos pasos más y tendría la distancia perfecta para saltar y con suerte caer sobre Anabelle.
Sentía una pequeña gota de sudor caer por el borde de mi rostro, esto cansaba más de lo que creía. Miré hacia abajo un momento. Mala idea, pensé. Tenía miedo de caer y morir estrellada contra el suelo. Me obligué a seguir mirando hacia arriba. Cuando creí que ya tenía suficiente distancia con la cerca electrificada di un paso por la rama más cercana a la cerca. Miré el suelo y rogué para no caer con mi rostro por delante. Tomé aire y salté lo más lejos de la cerca que pude. Mi cuerpo sintió la gravedad justo en la parte baja de mi estómago, contuve la respiración y preparé mis pies para caer. Primero sentí el suelo en las plantas de mis pies, luego en ambas palmas, casi me fui hacia adelante pero pude controlar la velocidad.
—Nada mal —dijo Anabelle.
Escuché como Harry le dijo algo a Cole. Miré mis palmas antes de levantarme, un poco de tierra y otro poco de sangre. Miré a Anabelle con toda la rabia del mundo, esto no me iba a impedir darle una paliza.
Me paré y poniendo toda mi fuerza en mis brazos la empuje por los hombros.
— ¿Qué te…
Mi primo, Nathan, me había enseñado muy bien.
Lo pensé rápidamente, poner en un puño mi mano iba a doler demasiado debido a la caída, así que opté por una rápida cachetada.
Pude sentir como alguien caía desde el árbol detrás de mí, seguramente Harry, pero era demasiado tarde, ya le había dado vuelta la cabeza con una cachetada muy ruidosa.
Mierda, me quejé en mi interior, no fue mejor idea golpear con fuerza su cara con mi palma ya herida. Pero me negué a mostrar cualquier expresión de dolor.
Anabelle se tocó la mejilla, su cabello le cubría la cara.
—Adeline —Harry me regañó, no me importaba.
—Nunca —me acerqué a Anabelle— vuelvas a hablar de mi madre de esa manera, no tienes derecho, perra.

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Hola! Volví :3

Solo quería avisar que voy a estar subiendo cada una semana, mas o menos :) Para que no se impacienten.No tengo día determinado, pero bueno... Eso.

Espero que les guste, voten y comenten :)

No es mi vida, es solo una misión más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora