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❝𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑙 𝑝𝑎𝑠𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜. ❞
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【 BAKUGO KATSUKI X OC 】
¿Alguna vez te has imaginado cómo sería conocer tu fecha de muerte desde tu nacimiento?
¿Has imaginado cómo sería tu vida si te hubies...
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—Iré con Bakugo.—Contesta Lith, con nerviosismo. Katsuki rueda los ojos, con una mueca asqueada muy típica en él. Al instante Lilith se arrepiente de haberle elegido a él en vez de a Tenya. —Gracias por ofrecerte, Iida. Nos vemos en la próxima clase.—Se despide, comenzando a caminar.
—¿Veis? Si le ha elegido es porque se gustan.—Murmura Toru hacia Jiro, que observa al rubio y a la morena cubriéndose la boca.
Segundos después, Katsuki comienza a caminar tras Lilith, saliendo del gimnasio. —Bicho palo.—Le llama, con la voz ronca. Lilith se gira hacia él, esperando a que le conteste.—No camines por delante de mí.—Farfulla antes de adelantarse.
—¿Te hiere que caminen por delante de ti?—Se mofa Lith, poniéndose a su lado para después adelantarlo de nuevo.—¿Alguna vez te han hablado de algo conocido como "complejo de superioridad"?—Sugiere, intentando no reírse de él.
Entonces Katsuki toma a Lith. La mano del rubio casi rodea por completo el antebrazo de la morena y le resulta curioso verlo. Pero traga grueso cuando observa la ensangrentada mano de Lilith, que no deja de sangrar y luce realmente dolorosa. —Cállate, ruidosa. Te vas a desangrar.—Responde, con un tono que denota cierta preocupación.
—Estoy bien.—Se excusa Lilith, comenzando a caminar al costado de Katsuki.
—Eso es lo que pretendes.
—¿Lo que pretendo?
—Siempre procuras estar bien y ser perfecta. No importa lo que te insulte ni cuántas heridas tengas, ni cuánta sangre derrames. Siempre pretendes que todo está bien.—Katsuki aprieta los puños cabizbajo.—Igual que aquel día. También estabas sangrando pero... fuiste a ponerme a salvo sin importar tu propio dolor y tu propio miedo.—Murmura, evitando levantar la mirada, recordando aquella remota noche con exactitud.
—Yo no siempre estoy bien y... no siempre lo he estado.—Responde Lilith, con serenidad, tratando de no observar su ensangrentada mano.—Pero dicen que cada dolor te hace más fuerte.—Añade, mintiendo. Ya que Lilith no quiere volver a ser victimizada. No quiere que los demás piensen que es una mentirosa por sentirse mal. No quiere que la vean llorar, ni enfadarse, ni sufrir. Porque tiene la sensación de que las personas que le observen, pensarán que está fingiendo o que trata de embaucarlos. Probablemente por ello, Lilith es de ese tipo de personas que cuando ya no puede más, explota, tal y como Katsuki lo hace con su quirk.
—¿Dolor? Tu vida es perfecta. A todo el mundo le gustas, sabes utilizar tu poder a la perfección, tienes una familia que te entiende y encima has viajado más que toda la clase. Por no hablar de que has estudiado en la mejor preparatoria del mundo.—Recalca Katsuki, cruzándose de brazos, sin intentar denotar la envidia que siente.—Pero no te pienses que te tengo envidia o algo así. Eres una idiota.
Por otra parte, mientras Lilith escucha a Katsuki, no puede evitar ver en su mente, escenas de su vida. Momentos en los que verdaderamente sufrió, en los que no le creyeron, en los que le agredieron o humillaron públicamente.
¿Perfecta? La vida de Lilith Yagami está muy lejos de serlo. Pues a pesar de que no se vea a simple vista, no hace falta indagar mucho para observar la cantidad de dolor que le ha hecho ser quien es. O la cantidad de dolor que le queda por sentir. O la añoranza y la melancolía de poder ser una adulta, poder enamorarse y disfrutar de una larga vida que sabe que no va a tener.
La mirada carmesí de Lilith se llena de dolor. Y Katsuki no tarda en notarlo. —Ah, ¿por qué puedes utilizar los elementos? Sabía que puedes utilizar el fuego pero... Generaste una ventisca, como el idiota de la Shiketsu.—Murmura, intentando cambiar de tema, pues sabe que su suposición sobre la vida de Lilith, ha causado cierta sensación negativa en el corazón de la morena.—¿Acaso conjurim también te hace poseerlos?
Lilith niega con la cabeza.—Los elementos no forman parte de mí. Los invoco y ellos acuden. No es como el caso de Todoroki.—Contesta, disipando la duda del rubio.—Espera, ¿me observabas?
El rubio traga grueso, pues ha sido descubierto.—Si quieres vencer a tu enemigo, primero debes conocerlo.—Se excusa.
—Yo no soy tu enemiga.
—Como sea, voy a vencerte.—Insiste, chasqueando la lengua.—Y date prisa, quiero que me cure la vieja.—Acelera el paso, dejando atrás a Lilith, con cierta confusión. Por una parte, Katsuki tiene la necesidad de ver curadas las heridas de Lith. Y por otra parte, la morena camina dudosa. ¿Por qué el chico que observó junto a ella la noche estrellada sobre la torre de Tokio quiere vencerla? ¿Acaso sigue pensando que son adversarios?
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Jadeante, Lilith sube las escaleras de la preparatoria. Ya ha sido tratada por Recovery Girl y ha tenido que ducharse y cambiarse para llegar a la clase de Prevención de Destrucción. Por lo que camina de prisa por el desértico pasillo con el cabello húmedo, que emana un maravilloso aroma frutal de la mascarilla capilar que suele utilizar.
Abre la puerta y observa el interior de la clase. Absolutamente todos la observan, pues parecían estar esperándola. —Disculpe el retraso, profesora Hidaka.—Lith se inclina, en señal de disculpa.—Me encontraba tomando una ducha después de...—Trata de decir, sin embargo, es interrumpida por su profesora.
—No te preocupes, Yagami. Tu compañero Bakugo me ha explicado lo que ha ocurrido.—Repone, invitando a su alumna a adentrarse en la clase. Y eso hace. Con algo de vergüenza, logra llegar a su sitio para comenzar a sacar su estuche y sus libretas de dicha asignatura.
