Doce

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Amaba a su mejor amiga, era de las pocas personas que estaba segura de amar, además de su mamá. De verdad que deseaba poder llamarla y decirle todo lo que estaba pasando, pero Elly de por sí estaba pasando por mucho y no quería lanzarle sus problemas encima.

Recibió un pedido de los Salvage para un repuesto de portaminas. Tomó su bicicleta y fue lo más rápido posible. Aunque no pudiera decirle nada, ver a su casi hermana siempre hacía bien.

—Tengo que hablar contigo— fue lo primero que le dijo Elly.

No quería hablar con ella, quizás por primera vez en su vida, o acabaría diciendo toda la verdad.

—Estoy trabajando.

—Creo que tengo un novio.

Se sorprendió de verdad. ¿Un novio? Elly jamás había salido con chicos reales, solo tenía fantasías raras con chicos de ficción... un momento.

—¿Lo soñaste o hablamos de una persona real? Porque si volviste a tu fase de enamorarte de chicos ficticios, voy a volver al trabajo.

—No, es real— le aseguró Elly. —Puedo tocarlo y todo.

—¿Y por qué crees que es tu novio?

—Porque nos besamos, fue hermoso, cayeron flores del cielo y todo por una estupidez que le dije. El ambiente lo decía todo, era el escenario perfecto para una propuesta— dijo Elly, casi sin respirar. —Pero no me pidió ser su novia de manera oficial, así que no estoy segura.

No quería seguir esa conversación. No quería imaginarse a Elly de la mano con un sujeto al azar que quizás quisiera aprovecharse de ella.

—Pregúntale.

Elly sacó el repuesto del portaminas y se lo arrojó a la frente. —¡Si fuera tan fácil, no habría ordenado esto para hablar contigo!

—No entiendo por qué me preguntas a mí, que no tengo experiencia en eso, cuando vives con Vera. Ella debe haber salido con varios chicos, sabe de estas cosas.

Pensó en Lucas, pero eso no podía ser "experiencia". Se tomaron de la mano, pero Elly ya había hecho más que eso con su supuesto novio. Siguieron hablando un poco y a los minutos llegó un ramo de flores por el correo, así que quizás todo saldría bien.

—¿Puedo volver al trabajo?— preguntó por cuarta vez.

—Sí, lárgate— murmuró Elly. De ser una persona normal se habría ofendido, pero conocía a esa chica y no le discutió.

La conocía lo suficiente para saber que Elly jamás ha estado en una relación de verdad y que ese chico nunca sería lo bastante bueno para ella. Ningún chico en la tierra nunca lo sería. Pero esas flores la dejaron muy contenta, así que quizás valdría la pena darle una oportunidad.

Ni ella misma era capaz de hacerla sonreír de esa forma.

XxX

Juno la llamó personalmente esa misma noche. Quería disculparse en persona por su actitud y tenía un favor que pedirle, así que pidió permiso en la mañana para ir a Aldrich. El doctor... Apollo le dio permiso creyendo que se trataba de una amiga, pero solo era por una paciente.

Ya podía sentir que le estaba dando trato especial debido a su relación genética, así que insistió en entregar de paso unos insumos que la enfermería de Aldrich había encargado hace unos días.

—Perdón por haber explotado contigo cuando has sido tan buena conmigo y con Sally.

—No hay problema— dejaron las cajas en la enfermería y salieron. Tomó a su paso un ejemplar del periódico escolar, esperando ver un poema de Elly.

Bailando Bajo la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora