Aristóteles.

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Mi pequeño grano de arroz, no tengo palabras para describir todo lo que pasa por mi mente en estos momentos, tus padres interrumpieron en mi casa, ahora estoy encerrado en un cuarto, no hay luz, no hay calor, porque tú no estás a mi lado, tengo frío y mucho miedo, he escuchado como me quieren llevar lejos de aquí, no tengo miedo de morir, tengo miedo de dejarte solo en este mundo tan cruel, necesito protegerte, protegerte de tu propia sangre, y aunque nunca pensé que mi final sería de esta manera, se que así te dejarán vivir tranquilo, estaré en paz, y lo haré con la idea de un día volverte a encontrar mi pequeño Cuauhtémoc, trataré que esta nota llegue a tus manos, para hacerte saber que me fuí amándote en cada segundo, que hasta mi último suspiro fue dedicado a ti, amor mío, espero que Isabel te ame, que seas feliz con ella, no te aferres a mi recuerdo, no quiero verte roto llorando porque me fui, porque no lo hice, nunca me iré, siempre estaré a tu lado, recuérdalo por siempre, y que cuando el momento llegue, juntos iremos al cielo estrellado y bailemos eternamente entre las estrellas. Mi vida ha llegado a su fin, pero la tuya recién comienza, gracias por amarme, gracias por estar a mi lado, gracias por cada beso detrás de los árboles, dormiré en paz esperando descansar para un día despertar y estar juntos otra vez.

Brilla como solo tu sabes hacerlo, brilla con la intensidad de mil soles, e ilumina el mundo cruel en el que estuve obligado a vivir.

Te amaré hasta mi último latido, siempre tuyo, siempre juntos.

Atte. Tú luz.

Amor Eterno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora