Capítulo 2: Flores para una princesa

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La travesía del aventurero Bennet

Capítulo 2: Flores para una princesa

Se trata de un día especial, el festival de Monstand esta en su auge. Son bastantes los visitantes dispuestos a participar que la cuidad se ha llenado de extraños de Liyue que han venido a conocer las tradiciones de la ciudad de la libertad.

Puede ver en el rostro de todos lo ocupado que están ocupados por la cantidad de gente que anda por la pequeña ciudad de modo que se ha tenido que recurrir a unas pequeñas solicitudes para bastecer a los comerciantes: el gremio de aventureros ha dejado su solicitud pero muchos de los aventureros no quisieran suspender sus actividades por unas misiones tan fanfarronas como "buscar Cecilias" o "eliminar monstruos que se acerca de la zona" eran demasiado lejos de la ciudad y muy riesgosas para ir individualmente.

Incluso cuando los aventureros se detuvieron a escuchar a Katheryne que pedía de manera personal que algún grupo eliminara los monstruos que podrían interferir con los eventos de vuelo. Antes de que pudiera alguno dar un paso adelante y aceptar la misión un joven rubio golpeaba eufórico el mostrador cuando proclamaba que el se encargaría de los monstruos; que estaría encantado de recibir a cualquiera que quiera acompañarlo.

Pero evidente la respuesta, ese silencio esperado se presento sin demora: nadie quiso decir nada, incluso se contuvo la respiración; fue necesario que uno expusiera su disgusto de saber que Bennet estaría involucrado para refunfuñar y dar media vuelta sin exponer alguna palabra: continuaron, los más lejanos no tuvieron la gracia de decir nada más que retirarse mientras quienes conocían a Bennet contuvieron sus palabras; dándole una palmada en su espalda le pidieron que fuera con cuidado.

- Sí, vamos demasiados, con tu mala suerte solo eran un par de monstruos – se excuso al sonreírle – quizás, pueda ir a apoyarte más tarde sí nadie más va – esa era una promesa vacía, una sonrisa falsa, una ilusión para calmar la culpa de rechazar ir con él

Bennet asintió con una sonrisa, confiado de sus compañeros acepto su invitación anunciando que iría en unas horas para que cualquiera lo pudiera alcanzar. Pero cuando firmaba y aceptaba su encargo muy en el fondo se tragaba un nudo, lo sabía no era tan ingenuo para creer que alguien iría; no era tan afortunado para recibir la ayuda de alguien pensaba al poner: "la brigada de Bennet en camino" aunque supiera que no existía tal grupo ahora, no quería que Katheryne se preocupara por él excesivamente. Con su característica sonrisa anunció eufórico su marcha con un grito de victoria antes de ponerse en marcha.

Bennet espero dos horas frente al puente de Monstand, sentado dejo pasar el tiempo mirando como entraban y salían. Sus ojos se iluminaban al ver a grupos de aventureros que se acercaban, Bennet aguardo, espero emocionado a que se acercaran y se pusieran en marcha. Pero se petrifico su respiración cuando estos aventureros pasaron por delante de él sin dirigirle ni siquiera la mirad. No se dignaron en desearle un buen viaje, simplemente alzaron sus voces mientras avanzaban y se dirigían a agua clara.

El joven los miro lentamente cruzar, los siguió con la mirada mientras su espalda se congelaba aun después de esperar bajo del sol: "Diviértanse" les grito enérgico mientras alzaba un pulgar para ellos. Estos se miraron entre ellos, esperando, discutiendo con la mirada quien le respondería, uno de ellos suspiro y exclamo con un saludo de su mano sin verlo por completo, solo de reojo: "Claro Bennet, tú igual". Una respuesta común, genérica y vacía de significado.

Entonces esa era la situación, solo espero de nuevo mientras los miraba alejarse, su respiración se convirtió en un mal presagio, el viento que lo empujaba le indicaba que ya había esperado suficiente, nadie iba a venir. Miro por ultima vez la entrada de Mosntand, alcanzando a ver a Katheryne que, aunque extendía su ayuda a los visitantes débilmente observaba al joven que esperaba inútilmente a alguien que nunca llegara.

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