La posibilidad de enamorarse

Capítulo 3: Soledad

"Son las 8:00 Am, hora de levantarse" Anuncio una voz robótica por todo el cuarto.

Lisa se despertó aun adormilada para después tomar sus lentes que estaban en su cómoda.

Otro día más, levantarse para seguir con todos sus inventos y proyectos, despertar, vestirse, comer, experimentar hasta que oscureciera para después dormir, esto es lo que había estado haciendo los últimos meses, repetir el mismo proceso una y otra vez. Le agradaba dedicarle tanto tiempo en su tan apreciado oficio su lugar en el mundo, pero ahora mismo sentía un pequeño vacío.

Al ya no estar su mejor amiga viviendo con ella, aunque claro Darcy se comunicaba con ella debes en cuando. Pero aun así no podía evitar sentirse sola en esta casa la cual había compartido con su amiga, por varios años.

Ella lo sabía, solo era cuestión de tiempo que pasara, estar completamente sola en esta casa. Pero era algo que lo solía pasar a bastantes personas de su ámbito, que le dedicaban toda su corta vida a la investigación y al descubrimiento.

La ciencia era su amor, el descubrimiento su amante y la investigación su mejor amigo, aun con todo lo mencionado, no significaba que Lisa no creyese en el amor, solo que esta estaba en un muy segundo plano.

Ahora que se ponía a rememorar viejos recuerdos, le llego la imagen de la persona que se le denominaba con las palabras: "Amor a primera vista", cuando solo tenía cuatro años.

― ¿Cómo se Llamaba? ― no podía recordarlo, podía recordar cómo se veía e incluso recordaba cuando le mando esa carta con sus iniciales igual que sus otras hermanas y hermano con las personas que le gustaban.

Nunca respondió a su carta, sino más bien la confronto de frente sabiendo que fue ella, por una muestra de ADN que Lisa dejo en la carta. Le pareció bastante curioso como la descubrió, aunque fue lo mejor, la idea de no poner un nombre en la carta tal vez no fue la mejor idea en retrospectiva.

― David ― dijo finalmente consiguiendo encontrar el nombre en todo un vasto océano de conocimiento que era su mente.

Su primer amor y su primera decepción amorosa, al final nunca llegaron a nada, se lo encontró tiempo después en una charla científica que fue, pero no hablo con él. Hubo otros con los que salió, pero no duraron más de una semana, esto debido a un factor la madurez que Lisa poseía, su gran intelecto le consiguió una capacidad cognitiva, cuando cumplió los diez años dejo por completo de lado las relaciones hasta llegar a educación superior.

Al llegar a la universidad, supuso que gente más madura y con sus mentes más desarrolladas, las probabilidades de enamorarse eran más altas, pero jamás llego a sentir atracción por alguien, tanto emocional o del ámbito sexual, haciendo que toda su atención se enfocara en el estudio, graduándose con honores. Y no solo eso sino que también obteniendo varios diplomas y doctorados.

« Sigo pensando que mi tesis sobre los agujeros de gusano era muy ambiguo, por la falta de pruebas fehacientes» pensó mientras mezclaba varios brebajes en su mesa de trabajo.

Siguió con el experimente hasta que algo del compuesto cayo por error generando una explosión que la mando a volar, y al poco rato una espesa nube de humo verde se generó en el cuarto, activo el sistema de ventilación para que saliera el gas que tenía la habitación para después salir de ahí.

Después de un baño rápido y un cambio de ropa, ya que la explosión la ensucio toda, bajo a la sala y se sentó en el sofá, la verdad ya no sentía esas ganas de dedicarle todo su tiempo a la ciencia, ya no había esa chispa, no lo graba entenderlo. Su cuerpo se sentía vacío como un cascaron de una nuez pero sin nada en su interior.

Extrañaba tener algo de compañía, aunque su amiga Darcy nunca fue una devota de la ciencia como ella, tenían cosas que ambas compartían, como sus gustos musicales y algunas series que solían ver, pensaba que sería capaz de soportar cuando ella se fuera y quedara completamente sola, pero ya no le era posible.

Con quien podía pasar este aburrida soledad, su mente busco a cada persona que conocía, hasta que se detuvo en quien compartía su misma sangre.

― Dijo que si quería podía comunicarme con él para hablar ― recordó.

Aun así, no estaba segura de querer molestarlo solo porque se sentía sola, ya lo había molestado. Fue haces meses, pero... se molestaría.

― No ― su hermano no era esa tipo de persona, soportaba muchas de las actitudes molestas de ella y sus demás hermanas, y aunque había ocasiones en que se hartaba como cualquier otra persona su niveles de paciencia eran muy altos.

Ahora que recordaba se sentía bastante mal por las ocasiones en que solía pasarse de la raya, cuando lo usaba como sujeto de pruebas sin su consentimiento, aunque Lincoln no le molestaba del todo, teniendo esperanzas de que tal vez por alguna casualidad llegara a obtener poderes como en sus personajes de ficción. Lastimosa mente eso nunca paso.

Comprensivo, paciente, amable y muy respetuosa con las mujeres. Nunca lo admitiría, pero si no fueran hermanos sería un chico que en definitiva saldría con él.

― ¡No, no soy esa clase de personas con problemas en su cabeza que sienten esa clase de sentimientos por personas de su misma línea sanguínea! ― se recrimino por solo la remota idea se le pasara por la cabeza.

Solo necesitaba hablar con alguien, o al menos alguna clase de interacción humana, que no había experimentado hace tiempo. Ahora que se ponía a pensar apenas salió en estos últimos meses de su hogar y había recibido los rayos de la luz solar en su cuerpo, también se notaba que había subido de peso. Debía plantearse la idea de hacer ejercicio, pero eso lo dejaría para después, ya decidida se comunicaría con Lincoln.

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Hola a todos, disculpen que este capítulo sea algo corto, no se me ocurrió otra forma de alargarlo, pero bueno nos vemos.

Adieu.