18: Punto de inicio

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Renuncié a Blane's días después.

Sonaba extraño, pero lo había hecho. No me sentía culpable, ni nada por el estilo, simplemente lo había hecho porque me había aburrido de trabajar ahí, más cuando formé una relación con Aage y que mi Omega no aceptó a nadie más que a su Alfa preciado.

Y la verdad, es que estaba muy bien.

Me removí entre las suaves sedas que me rodeaban, sintiendo los rayos de una nueva mañana acariciar mi rostro con suavidad. Seguía teniendo algo de sueño, por lo que me empecé a acomodar hasta que extendí mi brazo, encontrándome con un cuerpo cálido con el que compartía la cama.

Abrí mis ojos por instinto, encontrándome a Aage Dorrance dormir plácidamente a mi lado. Me senté en mi lugar, masajeando mi rostro. La luz del sol entraba sin problemas en la habitación del Alfa, iluminando el desastre que habíamos dejado la noche anterior.

Sonreí con evidente emoción.

Me volví a recostar, acercándome al cuerpo del Alfa para acomodarme en su cálido y desnudo pecho. Me encantaba sentirlo conmigo.

-Hmmm... Clau-murmuró este en un suave gruñido soñoliento.

-Sigue durmiendo-susurré-. Aún es muy temprano para que despiertes.

-¿Qué es temprano para ti? -preguntó, abriendo ligeramente uno de sus ojos-. Yo veo el sol más que puesto.

-No está tan puesto como lo que me hiciste esta noche-bromeé vacilón.

Aage rio ligeramente, sonriendo sin mostrar dientes. Me levanté con suavidad, llegando a su rostro para depositar un suave beso en sus labios, luego otro y otro.

-Clau-se quejó, removiéndose de mis brazos.

-Oh, vamos. No nos haría mal un pequeño juego mañanero-dije, volviendo a buscar su rostro, pero nuevamente me detuvo levantándose de la cama-. Que aburrido.

Había fruncido mis labios cuando se levantó mirando un reloj cercano, pero no pude evitar sonreír al ver su cuerpo desnudo de espaldas.

-Que lindo trasero-comenté.

-No molestes.

Me reí, acomodándome en la cama y apoyar mi mentón en mis palmas.

-¿Ya te vas a levantar?

-Sí, tengo una reunión temprano-comentó-. Pero primero me iré a dar una ducha.

-Ajá... -solté, dejándome caer de golpe. El aroma de la cama estaba impregnado del suyo y suavemente el mío.

Me encantaba oler la mezcla de nuestras feromonas.

-Mierda, me voy a antojar-murmuré para mí, girándome levemente al escuchar el sonido de la ducha-. Creo que también tomaré una ducha.

Caminé en silencio hacia el baño hasta llegar a la ducha, donde el Alfa se encontraba dándome la espalda. Me metí sin hacer alguna clase de ruido, pero Aage se giró con una ceja alzada.

-¿Creías que no iba a notar tu presencia? -me preguntó. Me recogí de hombros, acercándome lo suficiente para acariciar su pecho.

-No me sorprendería, la verdad-respondí-. De todas formar, necesito que sepas que estoy aquí para cumplir mi cometido.

Aage suspiró.

-Clau, tengo una reunión-recordó, pero yo ya me había agachado frente a él, acariciándolo entre mis manos-. Claude...

-Tranquilo-Le calmé, alzando mi vista hacia él, entre lamiéndome los labios-. Esto será rápido.

Últimamente sí que me estaba saliendo con la mía.

Pobre Aage.

Cuando terminamos fui el primero en salir de la ducha tras una limpieza rápida, por lo que terminé de asearme y vestí en el cuarto. Creo que Aage tardaría un poco en recomponerse.

Bajé a la zona principal, dirigiéndome a la cocina para desayunar cuando una cabellera casi rubia llamó mi atención.

-Ah, Claude-soltó Asher al verme, sonriente-¿Cómo estás? Hace tiempo que no te veía.

-Hola-respondí, llevando mi mano a mi boca, acariciando ligeramente mi labio inferior-. Creo que bien, ¿y tú? ¿Vienes por Aage?

-Sí, vamos a ir juntos a la reunión-empezó a decir, notando mi gesto-. En realidad, iba a esperarlo en el auto, pero está tardando un poco, ¿Acaso se quedó dormido?

Me moví, inclinando mi cabeza a un lado entre una pequeña risa inocente.

-Sí... algo así.

Me percaté de la mirada analizante de Asher, parecía con intención de decir algo, pero unos pasos apresurados nos distrajeron.

-Perdona la tardanza-decía Aage, acercándose a nosotros-. Tuve un pequeño estorbo.

Pero al parecer Asher no prestó atención a sus palabras, puesto que Aage se había vestido con una especie de abrigo negro largo debido al frío de la mañana, pero que al caminar le hacía parecer un Dios griego acercándose con gracia y elegancia.

Miré a Asher, parecía suavemente ruborizado.

-Sí, no te preocupes-se limitó a responder, observando de reojo a otro lado.

Fruncí mis labios con suavidad. Hacía tiempo que creía que Asher estaba interesado en Aage, lo había notado desde nuestro primer encuentro. Y del tiempo que llevo conociendo a los Alfas nunca noté alguna intención de este en conquistarlo, simplemente se limitaba a hacer comentarios halagadores o miradas que parecían comerlo vivo cuando los veía juntos.

RiotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora