20

16 4 0
                                    

Nathaly miraba los grandes árboles con atención. Podía oír los murmullos de los duendes y sentir el olor característico de Ash mucho más fuerte, por primera vez estaba asustada. Jamás se había adentrado tanto en el bosque.

—No debes tener miedo —dijo Crístal.

—Es tenebroso —reconoció Nat—, pero ustedes, no. ¿Cómo pueden vivir aquí? 

Ash sonrió.

—Hoy es la Fiesta de Otoño, la tradición dice que al caer la noche,  todos deben ocultarse. Normalmente, me encargo de que el bosque esté iluminado sin importar la hora. 

—¿Así que es por eso que están vestidos de esa forma? —preguntó—. Debe ser muy importante.

—Lo es —habló Crístal—, te explicaremos todo al llegar al castillo. Por ahora podemos decirte que…

La chica guardó silencio cuando vio a un duende salir de su tronco y acercarse a Nathaly.

—¿Es usted nuestra mamá? —Clinker le jaló la falda para llamar su atención.

Ash soltó la mano de Nat.

—¡Clinker! ¡No la espantes! —Agarró una rama y le dio golpes en el trasero—. Duende malo, duende malo. ¡Vuelve a tu tronco o serás una iguana fea!

—¡Ay, ay! Honduras no, por favor. ¡Ay!

Crístal se giró hacia Nathaly para tranquilizarla, pero la encontró riendo a carcajadas. Clinker volvió a esconderse, pero era posible escuchar su llanto. 

—No puedo creerlo de ti, Ash —habló Nat después de recuperar el aliento—. ¿Quién diría que eras un jefe sin corazón? ¡Eres una ternurita! 

Ella agarró la cara de él con fuerza y dejó besos en sus mejillas. Crístal sonrió. 

—Yo diría que sólo contigo. Su hurón tiene el mismo carácter. 

Avanzaron mientras que Nat hacía bromas para tomarle el pelo a Ash. Le gustaba molestarlo, era su manera de demostrar que lo quería. 

Pasados unos diez minutos, Crístal vio el río y elaboró con su agua la palabra «bienvenida» en el aire. Koi Primero apareció en su forma humana y ayudó a Ash con las pertenencias de Nathaly. 

—Bienvenida de nuevo a tu hogar, Nat —dijo ella—, estás en Newrould. Soy Crístal, la cuidadora de la cascada y él es Ash, el heredero al trono y protector del bosque. ¿Estás lista para aceptar lo que eres?

María organizó una reunión de último minuto cuando sus hijos entraron al castillo. 

Ash y Crístal llevaron a Nathaly a la sala de juntas mientras que Koi Primero ubicaba las maletas en una habitación vacía. 

—Espero que sea importante, Stefan —dijo Andrew al entrar a la sala—. Oh, hola, mini-Soph. 

—¿Tú qué haces aquí? —le espetó ella de brazos cruzados.

—Soy el consejero real, querida. —Guiñó un ojo.

—Creí que sólo eras chofer. —Encarnó una ceja. 

—Soy todo a la vez, multifacético. 

Ella rodó los ojos y se fijó en el hombre con corona que temblaba detrás de Andrew. Lo señaló. 

—Yo creo que usted es Stefan. No le haré daño, ni siquiera sé convertirme en ardilla. Deje de temblar y siéntese. 

María parpadeó sorprendida ante la firmeza de Nathaly, le habló al oído a su hijo: 

—Será una excelente reina. 

Ash tuvo que agachar la cabeza para que no lo vieran sonrojarse. 

Los reyes y Andrew tomaron asiento en la gran mesa redonda y Nathaly comenzó a detallar todo lo que había a su alrededor. Las paredes estaban adornadas por dos grandes retratos: uno de los mellizos junto con una chica que no conocía, otro de los reyes y Andrew. Un gran candelabro dorado colgaba del techo e iluminaba el recinto. 

Pensó en su vieja casa, siempre había estado a oscuras, pero el castillo parecía recibir toda la luz existente. Le dolía, pero tenía que seguir y darle la cara al pasado que me fue arrebatado.

Su atención se centró en la puerta que se abría lentamente, Lía entró a la sala.

—¿Qué idiotez hizo Ash ahora? —preguntó al sentarse al lado de la pelirroja—. ¿Trajo a su novia?

—¿Disculpa? —dijo él.

—¿Quién eres? —habló Lía ignorando al chico.

—Nathaly —respondió confundida. Cayó en cuenta de que era la chica del retrato, pero con ojos verdes.

Lía sonrió, luego cerró los ojos y se concentró. Poco a poco brotó de su cabeza una mandarina. Se la entregó a Nathaly.

—Soy Lía, la Dama de las Flores. 

—Y de las mandarinas —susurró Nat aceptando la fruta. La magia no le sorprendió, había visto tantas cosas extrañas que ya estaba acostumbrada.

—Cuéntame, querida —habló Lía acomodándose los rizos—, ¿por qué creíste que era buena idea liarte con la lagartija suprema? Mis condolencias para ti.

Nathaly rió.

—¿Por qué no te vas a crear flores con las manos atadas, Lía? —dijo Ash. 

—¿Quieres que cuente lo que pasó la última vez que lo hice? 

Andrew aplaudió desde su asiento.

—¡Yo lo quiero decir! —gritó—. Lía estaba acelerando el crecimiento de una pequeña rosa cuando él le amarró las manos, lo que hizo que su magia se limitara. Sin querer convirtió a la flor en un hongo gigante.

—¡Yo me acuerdo de eso! —agregó Stefan—. Ash quiso huir de inmediato pero se chocó contra el hongo, le apareció un lindo morado en la frente.

Todos rieron, menos Ash, claro. 

—Silencio en la sala. —María ingresó bebiendo una taza de té—. Nathaly, bienvenida a nuestro hogar, cenaremos mientras conversamos. 

Aplaudió y en la gran mesa aparecieron tortillas rellenas de chocolate, malteadas, frutas, frutos secos,  ensaladas y galletas de fresa que Nathaly agarró de inmediato. 

—Crístal, Ash —dijo Stefan—, salieron del pueblo en una noche que no estaba permitido y trajeron a la chica con ustedes. Cuéntenos a qué se debe. 

Ash relató toda la historia, Crístal intervino en pocas ocasiones. Nathaly se mantuvo en silencio. Lía y Andrew acabaron con las frambuesas y las nueces. 

—Y por eso creímos que lo mejor era traerla —finalizó Ash. 

María y Stefan se miraron preocupados. Habían sentido una presencia extraña en el pueblo, pero querían descartar la idea de que fuera una bruja negra. Comprendieron la complejidad del asunto y tomarían medidas al respecto. 

María se aclaró la garganta antes de hablarle a Nathaly. 

—¿Qué sabes sobre el pueblo? 

—Hay duendes graciosos, reyes, príncipes, un consejero-chofer, una linda cascada y un pez que se vuelve humano —contestó.

—Treinta peces, de hecho —le susurró Crístal.

La reina sonrió ante la respuesta.

—¿Sabes por qué se llama Newrould? —Nathaly negó con la cabeza y peló la mandarina que Lía le dió—. Hace muchos años, Corina buscaba un lugar para crear sus nuevas reglas. Ella era estadounidense, así que el primer nombre del pueblo fue New Rules. Cuando una bruja blanca pudo derrotar a las Oscuras, se cambió el nombre a Newrould. No hay mucha diferencia, quisieron tener presente la historia que le precedía. 

Todo se mantuvo en silencio. María suspiró.

—Esto ha sido todo por hoy. Mañana a primera hora Nathaly se presentará ante todos y comenzará a practicar sus poderes de ninfa. 

Chasqueó los dedos y el banquete desapareció. 

Brujas vs. brujas [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora