29- Changes.

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[!]: violencia.
[!]: faltas ortográficas.


•••◇•••

Vivos.

Los seis chicos de la Playa fueron los primeros en salir dejando soltar libremente carcajadas limpias y gritos de alegría.

— ¡El As lo hizo otra vez!

Fui la última que salió del edificio de departamento que ahora la gran mayoría era consumida por el fuego. El olor a humo lo podía incluso sentir en mi cabello y la suciedad de las cenizas la sentía adherida a mi piel como una segunda capa de piel.

Al salir note como los demás jugadores entre gritos iban de vuelta al auto en el que habían venido. Dejándome con los cinco militares de pie delante de sus autos, Niragi era quien encabezaba el grupo estando más adelante de todos con su arma apoyada en su hombro y su mano libre escondida en sus bolsillos delanteros de sus vaqueros oscuros.

Como siempre lograba robarme el aliento y más cuando noté esa sonrisa de medio lado que me regaló. Bajé la vista para ocultar la pequeña curva que se formó en mis labios, bajando los pocos peldaños que daban a la entrada principal del edificio.

Me acerqué a él extendió el trozo de cartón plastificado.

Le dió una rápida mirada a este volviendo su atención a mí aún con su sonrisa de medio lado, soltó una pequeña risa aireada negando ligeramente con su cabeza.

— Vaya, si que eres increíble.

Noté cierta aspereza en su voz, como si las palabras le costarán ligeramente salir con fluidez. Me acerqué unos pasos quedando a una distancia de medio metro en el cuál un olor me dio la respuesta de porque estaba hablando de esa manera. Lo examine rápidamente borrando con lentitud mi sonrisa hasta quedar en una mueca. Antes de venir al juego no estaba así y tan solo estuvimos dentro unos setenta minutos, pero era obvio que Niragi había estado bebiendo.

No quise decir nada, entregándole por completo la carta y pasando por su lado en dirección al Chevy tomando asiento en el asiento de copiloto.

Aún podía oír los gritos de los otros chicos, quienes se alejaron acelerando por las calles vacías de Shiba al igual que el resto de militares que al ver que había salido ilesas montaron otra vez en sus vehículos.

Algo choco con mi pie llevándome un ligero sabor amargo a la boca en cuanto note una botella vacía de un tipo de licor con la mitad del contenido vacía. Apreté los labios ligeramente, acomodandome con cierta resignación en el asiento.

El pelinegro no tardó en entrar lanzando el arma hacía los asientos traseros su arma en cuanto estuvo en su asiento, encendió con rapidez el motor notando de reojo que aún seguía con su sonrisa en sus labios.

Inconscientemente me aferre al asiento en cuanto piso el acelerador a fondo causando que las ruedas chirríaran antes de avanzar y dejar una nube blanca detrás de nosotros por el caucho de la ruedas quemado en el asfalto. Manejaba con rapidez, con una sonrisa de medio lado plasmada en sus labios rosados y mirando con cierta diversión juguetona el caminó.

Verlo así me causaba cierto cosquilleo de intriga, ¿porqué estaba así? No es que me molestara que hubiera bebido, de hecho no era la primera vez que conducía en ese estado pero jamás lo hacía cuando eran mis días de jugar.

¿Qué sucedía, Niragi?

Me quedé con la pregunta estancada en la garganta volviendo mi vista al frente y aferrandome más de la costumbre a los bordes del asiento de forma sutil.

W A R▪︎Z O N E [Suguru Niragi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora