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˗ˏˋ Experiencias y ascensos ˎˊ˗

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Al fin, al fin habían pasado las cuatro malditas semanas que tenía que cumplir como prueba y capacitación.

Decir que fue pan comido y que todo había sido fácil sería una total y absoluta mentira. Se sentía tan cansado, le dolían constantemente las piernas y los brazos.

Lo primero fue que al llegar se dirigió directamente a la oficina de Doppio en donde este le dio un pequeño gafete con su nombre, para poder identificarlo y que pudieran dejarlo entrar al establecimiento.

Lo segundo fue haber conocido al Chef Tonio Trussardi, conocido en el club solo como Tony.

Era uno de los mejores chefs de toda Italia, y claramente Passione lo iba a querer de su lado. Le ofrecieron magníficos acuerdos y jugosos contratos, aun cuando el club estaba siendo de los más nuevos en el mercado.

Lo único que el chef Trussardi quería era tener su propio restaurante, tal parece que logró quedar en un acuerdo con el Jefe de Passione, en el cual este podría facilitarle las cosas a cambio de laborar en este mismo por un lapso de tiempo, así que ahora estaba ahí para entrenar y enseñar a los cocineros más jóvenes el buen sabor y sazón de la comida italiana.

Elevando así también la reputación del lugar y de Trussardi en el mundo de la cocina. Era un "acuerdo" que beneficiaba a ambas partes.

Todo esto contado por Okuyasu en varios de sus descansos, poniéndolo al corriente con cosas que él creía, Giorno debía saber.

Y él solo escuchaba atento, asintiendo y haciendo más preguntas.

Lo tercero era que, el rubio había estado siendo el mandadero, el chef lo tenía de aquí para allá. Okuyasu y él eran los encargados de ir a buscar y comprar alimentos cuando estos se terminaban de imprevisto, por lo que tenían que hacer pequeñas carreras a las tiendas y supermercados más cercanos.

Nunca había corrido tanto en su vida.

También perdió la cuenta de cuantos platos, vasos, cucharas y utensilios lavó en ese lapso de tiempo. Nunca se acababan, y hasta había algunos que en su maldita vida había visto, pero estaban ahí, esperando a ser lavados. No se terminaban, y cuando sentía que al fin había acabado con todos y estaba a punto de quitarse los guantes, llegaban los demás cocineros con más putos trastes.

Lo odio, no saben como odio esa parte.

Y por último, y lo que más le llegó a impacientar, es que nunca, en el maldito mes que estuvo ahí, pudo ver tan siquiera un poco de lo que era el club en sí. Siempre era de la puerta trasera a la cocina y de la cocina a la puerta trasera, nunca algo más.

Pasando la puerta trasera había solo un pequeño pasillo que daba a tres direcciones.

La cocina, que estaba a la izquierda. Tenía las dos típicas puertas que ponían para las cocinas en la cual las ventanas era redonda. Era grande, muy grande, pero llena de muchas máquinas y gabinetes, mesas en medio y una gran (gran) estufa.

Las oficinas, por las cuales llegabas bajando las escaleras. Eran grandes y pertenecían al jefe, Doppio y los demás gerentes que justo ahora no recuerda (más adelante lo recordará).

Y finalmente el lado derecho, el cual era una entrada que tenía una cortina que más bien eran bolas de cristal doradas simulando una cortina, las cuales daban directo con el bar y por ende al club en sí.

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Tan solo escuchaba el alboroto, los gritos y la música resonando por todo el lugar, llegando hasta la cocina pero en menor volumen. Veía como los meseros de cocina entraban y salían con charolas llenas de platos con comida que el club ofrecía a sus clientes.

Llegó una ocasión en la que él tuvo que servir algunas comidas, ¿Qué si tenía idea de lo que hacía? Por supuesto que no, pero gracias a sus compañeros, los cuales le explicaron a la velocidad de la luz y con su rápido aprendizaje logró servir comidas decentes.

Era un ambiente de trabajo agradable si le permiten decir, aun si conoció a todos y cada uno de los trabajadores de cocina solamente logró entablar una "amistad" (si se le podría decir así) con únicamente algunos (no obstante, todos le dieron una buena bienvenida).

Como por ejemplo Okuyasu Nijimura, The hand men (increíble nombre, de verdad).

El cual llegó a Nápoles hace casi cuatro años debido a nada más que un momento de rebeldía e insensatez junto con su mejor amigo. El otro había dicho que se iba precisamente a Italia dándole sus razones, Okuyasu para no sentirse solo y por querer conocer otro país, tomó sus cosas, le dijo que se apuntaba y lo siguió en ese idiota y arriesgado plan, ambos con tan solo dieciocho años.

Se las vieron duras al principio, pero con el gran esfuerzo que ambos pusieron, consiguieron juntar dinero para adquirir un hogar propio, el cual se convirtió en suyo poco después, ya que su mejor amigo se fue dejándolo ahí solo.

No se molestó con él, vamos, nunca lo haría. Además de que este ya le había dicho el porqué estaba ahí en Italia, y aun así Okuyasu aceptó, por lo que no le sorprendió cuando el otro comenzó a llevarse poco a poco sus cosas.

Si se lo preguntan, lo había dejado para irse a vivir con su novio.

De igual manera, entabló amistades con otros dos rubios.

Mikitaka Hazekura y Toyohiro Kanedaichi, Mikki y Daichi, de los cuales no sabe mucho.

Solo sabe que Mikitaka vive solo con su gato y Toyohiro con su abuela, la cual cuida y mantiene.

Ambos le parecían muy lindos a decir verdad, el primero tenía el cabello mucho más largo que él, usualmente recogiéndolo en trenzas. Portaba un piercing en la nariz el cual conectaba con su oreja con una cadena delgada de oro, era extravagante, pero lucía muy bien en él.

El otro le recordaba a un elfo carismático. Tenía el cabello rojizo y unos ojos azules como piedras preciosas. Siempre llevando su boina antes y después de terminar el trabajo.

También conoció a dos chicos de lo más adorables y divertidos.

Pesci, el inocente y tranquilo Dolce Picco, tenía un inusual cabello verde como una lechuga y era más alto que él.

Y Carne, el silencioso B. I. G., el cual tenía la parte superior de su cabello color rosa, se veía bien, era el más bajo de todos.

Ambos solo eran un año mayor que él. Todos muy amables y en una convivencia realmente pacífica (nada que ver con los que estaba a punto de conocer).




 Nápoles, Italia. Passione.  

06:13 PM


Giorno se encontraba lavando unos moldes que anteriormente el chef había ocupado para hacer unos cupcakes solo porque Okuyasu dijo que quería unos.

Passione (En edición) | JJBADonde viven las historias. Descúbrelo ahora