Mi perdición.

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Temerle al nombre solo incrementa el temor al hombre. Aún después de mucho tiempo, sigo sin comprender por qué ese apellido causaba temor a muchos. Y no solo eso, también mostraban un gran respeto hacia aquellos que lo portaban.

Nikolaou, para muchos, era un apellido que simbolizaba la grandeza y el poder, pero para mí fue la causa del principio de mi perdición.

— No puedes dejarme, no vos. — Su voz transmitía la desesperación y el temor que sentía por lo que yo haría; sin embargo, ya era demasiado tarde para intentar salvar lo que teníamos. Él lo había arruinado.

— No puedo quedarme, sé que valgo más que esta mierda. — Mi voz sonó entrecortada, pero ya no me importaba verme débil ante él, no más. - Tal vez vos estás conforme, pero yo, yo no puedo quedarme en un lugar donde no me quieren.

— Fue un error, lo sé, pero no me dejes... por favor, no vos. — Esta fue la primera vez que lo escuché suplicar. Él siempre decía que nunca suplicaría por algo o por alguien, pero aún así, ahí se encontraba, de rodillas suplicando ante mí, pidiendo que no me marchara. Esta escena delante de mí me estrujaba el corazón.

Pero, ¿por qué ahora? ¿Y por qué no antes?

— Cuando sepas lo que en verdad quieres, búscame. Pero no esperes que esté como una idiota esperando a que cambies. Tuviste tu oportunidad para hacer las cosas bien, Apolo.

— Adara, lo siento...

No me detuve. No esta vez. Seguí caminando con el corazón roto hacia - quizás - un nuevo destino.

Ahí estaba yo, mandando todo a la mierda y dejando atrás al que juré que algún día sería el amor de mi vida, con quien tal vez imaginaba un futuro. Pero no es un maldito cuento de hadas, es la realidad, y a veces el "felices para siempre" no llega.

Los dos teníamos que sanar y curar nuestras heridas para poder continuar. Nadie merece ser amado a medias. ¿Yo lo esperaría? Es algo de lo que no estaba segura; no podía detener mi vida por una persona, no cuando mi bienestar va primero. Si él era la persona indicada, el destino se encargaría de volvernos a juntar. Si no, cada uno tendría que seguir su camino, sanando y aprendiendo a ser mejores personas, no por otros, sino para uno mismo.