Ya, ultimo capitulo por el día de hoy, como sabrán debo ir al aeropuerto mañana para realizar mi viaje de inspiración (deeee’ puro pedo mío xD) así que si me levanto temprano puede que suba un capítulo en la mañana, mientras hago mi maleta (Así es, dejo todo para el último momento >.<)
Capitulo 10: La chica problema
Harry…
Es raro, Taylor me dijo que ella ya no me escondería cosas, pero sé que lo hace. Ahora mismo estamos en la fogata alrededor de todos los jóvenes que estaremos este mes en El Campamento Policiaco. Y ella sin decirme nada sobre el traro que hizo con Joseph. Seguro es una prueba, aunque me hizo prometer que yo no rompiera con ella. Si nuestra relación llegará a terminar, que la verdad no espero que pase, sería porque ella terminaría conmigo.
Taylor se ve algo aburrida, desde que nos fuimos del lago ha estado así, con su mirada seria.
- ¿Te estás aburriendo? – le pregunté mientras tomaba su mano.
- Si… - dijo mientras pareciera que algo le pico, de repente se sorprendió - ¿sabes? Tengo que hacer algo ya vuelvo, no te muevas – dijo y se levantó deprisa, vi que se fue corriendo.
Ya estaba muy oscuro así que no supe bien por donde se fue, primero la vi yendo directo a la cafetería, después de eso la perdí de vista, me quedé charlando con James un rato.
Tim…
La verdad nunca me imagine siendo un estúpido auxiliar. Mañana hablaré con el Señor Jackson, le pediré que si puedo ser algún entrenador de ejercicios, esto de ir en cabañas en cabañas y hacerla de niñera no es lo mío.
Ahora todos están en la fogata, muchos están aburridos, supongo que están aquí más por obligación que por voluntad.
Esa chica sí que da problemas… ¿Cómo se llamaba?... ya… Taylor. Tendré que tener los ojos abiertos cuando se trate de ella. Pero ¿Qué hace? Acaba de salir corriendo. No deberían irse de la fogata… seguro va al baño… espera… por allí no son los baños… ¿va a las cabañas de los chicos?
Como lo suponía, esta chica es un problema. Iré detrás de ella, no me da buena espina que este allí.
¿Cabaña 20? Es la misma de los chicos raros ¿Qué hace ella allí?
Entré sin encender la luz, ella ya se encontraba dentro. Comenzó a revolcar cosas, hasta que decidí que era momento de dar mi presencia.
- ¿Qué haces aquí? – le pregunté con voz firme mientras encendía la luz.
Ella pegó un susto y se me quedó mirando en shock. Yo me acerqué a ella, quedando de frente.
- ¿Debo repetir la pregunta? – ella no dijo nada, estaba helada - ¿Qué estás haciendo en esta cabaña?
- ¡Espera! ¿Esta no es la Cabaña 7 de las chicas? ¡Rayos! Me equivoqué… mejor voy a mi verdadera cabaña, adiós – dijo apurada y pasó por mi lado.
- ¡Oye! – la tomé de la muñeca evitando que se fuera – ¿Por qué das problemas desde el primer día? – le pregunté irritado, ya me tiene harto.
- Yo… lo siento, la verdad no soy un problema, lo que pasa es que tengo mala suerte contigo, es eso – dijo ella de manera enojada.
- No culpes a la suerte, si eres un problema lo mejor es que lo aceptes – le dije directamente.
- ¿Qué? – preguntó ofendida – tú no tienes derecho a hablarme así ¿Por qué me odias? Es notorio.
La verdad no sé si la odio es que… ella me recuerda tanto a una amiga, y si, me atrevo a decir amiga, porque nunca fuimos nada, yo siempre la quise y ella solo me mantenía en el típico “Friend Zone”, yo era su hombro para llorar cada que tenía un problema con algún novio. A pesar que siempre le decía que yo estaría con ella siempre, ella solo me decía que yo debí ser su hermano. Le dije lo que sentía y le di a escoger si me quedaba con ella o me venía al campamento. Ella me dijo que me fuera al campamento, que ella me veía como un hermano, no como un hombre. Eso me devastó.
Taylor se parece demasiado físicamente, claro.
- Lo sabía – dijo ella seria
- ¿Qué? – la no entiendo.
- Sabía que me odias. Lo peor, es que no sé por qué, no te he hecho nada malo – me dijo ella cruzándose de brazos.
Esos labios… son como los de ella… siempre quise besarlos… siempre.
Taylor lo observaba con mucha atención, Tim se le acercaba mucho y ella solo se hacía para atrás, hubo un momento en el que no hubo escapatoria, la pared impedía que Taylor pudiera alejarse más. Ella apenas si iba a escabullir por uno de los lados, cuando Tim puso sus dos manos a la altura de sus hombros. Dejándola sin salida. Ella lo miro con una mirada de miedo. Se sentía inmune, frágil, débil. Taylor tenía un presentimiento de los que venía, pues Tim no dejaba de ver sus labios con ansiosas, eso hacía que las piernas de Taylor temblaran. Fue entonces cuando recordó que Harry le había dicho que no quería que nadie más la besara, aunque la verdad ella tampoco quería ser besada y menos por Tim, un ser extraño que aparentemente la odiaba.
- No lo hagas – le dijo Taylor con un hilo de voz.
Tim se quedó pensando unos segundos, quería controlar sus impulsos, pero no pudo. Se aproximo a ella de un golpe. Taylor estaba tan nerviosa, que de tanto que le temblaron las piernas ya no pudieron con su peso, haciendo que ella cayera al suelo. Tim solo besó la pared en la que Taylor estaba recargada.
Ella estaba temblando, tenía miedo, debía admitirlo. Tim se quedó viendo la pared, estaba asustado de su comportamiento.
Todo estaba silencioso, solo se escuchaba la respiración acelerada de Taylor. Después de unos minutos ella comenzó a reírse. Tim se separó de ella asustado, seguía en shock por lo que había hecho, después al ver a Taylor riendo, hizo que él se confundiera.
