Libertad- OGL 👑🐭

Parte 73

Cómo habíamos dicho, la mañana siguente salimos muy temprano a la cuidad de Culiacán.

Ovidio me invitó a desayunar a un discreto lugar, en el que vendían comida deliciosa, al salir del lugar subimos a uno de los vehículos.

- ¿Podemos ir por lo que te mencioné ayer?.- cuestione abrochando mi cinturon.

- Si reina, yo no me puedo bajar pa' acompañarla, pero Tello se va con usted.

- Está bien amor.

Él comenzó a manejar por la cuidad, hasta llegar a una plaza comercial, a la cual entre acompañada de Tello y dos hombres más a la distancia.

- Miré señorita, en está tienda puede encontrar lo que busca.

- Gracias Tello.

Entre al establecimiento, dentro había una gran variedad de productos de aromaterapia y velas de todos los tamaños.

Dure unos minutos tomando las que necesitaba, pagamos y volvimos al estacionamiento.

-¿Encontro todo reina?.

- Si amor, traje de muchos aromas y una variedad de colores.- acaricio mi nuca y me miró con ternura.

- ¿Me acompaña a un lado?

- Sabes que si.

Nuevamente emprendimos camino por la ciudad, llegamos a una área con casas grandes y lujosas. Después de unas cuadras se detuvo frente a una de ellas, tomó un dispositivo y abrió el portón eléctrico para que pudiéramos estacionar discretamente en la cochera

Bajamos de la camioneta y comenzamos a caminar dentro de la casa, recién reparada y sin inmobiliario.

- ¿Cómo la ve?.- cuestionó.

- Es muy linda, la cocina está increíble.

- Que bueno que le gusta porque es pa' usted, ni me vaya a salir con que no lo quiere y sus moños

- De verdad es un lindo detalle, pero no puedo aceptarlo.

- No mi reina, cuándo usted se vino a vivir conmigo le dije que las cosas iban a cambiar, usted no le debe nada a nadie, puede salir a donde le plazca, que yo tenga cuentas pendientes es cosa mía.

- Si me vine que vivir a Sinaloa fue para estar contigo, para estar separados mejor me habría quedado en Puebla o con mis padres.

- ¿Quién le dijo que vamos a estar separados?

- Si compraste esté departamento es porque no quieres que yo me quedé aquí.- dije molesta.- sé que no podremos estar todo el tiempo juntos, tú tienes que salir pero me puedo quedar en el rancho a esperarte.

- No va por ahí Mija, esta casa es para que estemos los dos, unos días en la sierra, otros por aquí, que se le antoje venir a comprar algo o salir a comer, no nos la vamos a pasar en el monte toda la vida.

- Me parece buena idea, pero.

- Y dale con los peros ¿Qué no le enseñaron qué los regalos no se desprecian? Que mal educada la tienen sus apas' deberás, es suya reina, lo que no le guste lo tiramos o lo pintamos.

- Ay Ovidio.- negué.- ¿Tienes claro que yo no te lo pedí verdad?.- él rodó los ojos.- no me hagas esa cara, te lo estoy diciendo porque no quiero malos entendidos ni mucho menos condiciones.

- Pero reina, ¿De qué nos vamos a confundir?.- cuestionó molesto.- yo la quiero de a madres y trabajo un chingo, ¿Pa que' quiero el dinero guardado?.

Yo negué renuente, por miedo a que él pensara que sólo me interesaban las cosas materiales.

-No, no puedo.- me miró dudoso y sonrió.