El Pecado del Alquimista 2 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 7

Aria

1 de Noviembre – 10:47 AM

Liyue - Lugar desconocido

Aquel día, en el desayuno, Xiao mencionó su pasado interrogatorio a Sacarosa. No obstante, no había interés nostálgico en aquello, más bien, práctico. Me recordó que yo había prometido hacer todo lo que él quisiera si conseguía sacarle información, y así lo hizo. No podía negar que fuese justo, así que me preparé para todo tipo de horribles actividades. De él me esperaba cualquier cosa.

También es cierto que, pensándolo fríamente, mi mente me decía que su petición tendría alguna connotación sexual. No obstante, me sorprendió llevándome por un misterioso sendero hacia la cima de una montaña. Nunca antes había visto aquel lugar. Liyue era inmenso.

Había todo tipo de símbolos ancestrales y religiosos a lo largo del camino, y grandes árboles de hojas enrojecidas (aunque adornaban más la tierra que sus ramas, debido al otoño) maravillaban la vista.

-Aria: ¿dónde me llevas? –preguntaba cada poco tiempo. Me mataba la curiosidad.

-Xiao: no necesitas saberlo –era todo un borde.

Desde que comenzamos aquella excursión, ni me había mirado a la cara.

-Aria: ¿queda mucho?

Se detuvo.

-Xiao: la próxima vez que hables, te tiraré por el precipicio –amenazó, sin siquiera volverse hacia mí.

Yo solté un gruñido, pero ambos recuperamos el ritmo.

***

Aria

1 de Noviembre – 11:59 AM

Liyue - Lugar desconocido

Arriba de la montaña, tras caminar varios kilómetros de cuesta, hallé un pequeño templo. Su techo de madera padecía de grandes agujeros y ni siquiera mantenía la puerta. Parecía haber sido abandonado con el paso del tiempo, pese a que las estatuas de garzas, que colmaban toda la cima, estuviesen inmaculadas.

-¿?: nunca pensé que el Gran Cazador de Demonios acudiría a este lugar –comentó una temblorosa voz.

Se trataba de una adorable anciana de aspecto afable. Su cabello grisáceo era peinado en un moño. "¿De dónde había salido?", pensé, asustada. No la había visto antes por ninguna parte, y era imposible que estuviese escondida en el templo, pues su interior, dada la ausencia de entrada, se veía por completo desde fuera.

El adeptus suspiró y cruzó sus brazos.

-Xiao: quiero realizar el ritual –informó, directo.

Con una sonrisa en su arrugado rostro, me examinó en silencio.

-Anciana: así que es... -intentó decir algo acerca de mí.

No obstante, Xiao la interrumpió antes de que pudiera terminar la frase.

-Xiao: he traído esto como ofrenda –sacó un colgante de su bolsillo. Poseía un medallón dorado con el dibujo de una bestia.

A la anciana no le molestó aquella falta de cortesía, de hecho, pareció comprenderla. Recibió aquel regalo con gratitud y extendió uno de sus brazos, indicándonos que la siguiéramos.

¡Todo era demasiado sospechoso! Si no fuese por aquel sagrado entorno, pensaría que iba a vender mis órganos al mejor postor.

La misteriosa mujer nos condujo hasta un pequeño estanque circular, que había sido circundado por una baja pared de piedra. Tenía poca profundidad, y era difícil comprender su uso práctico. Sin embargo, pese a su aparente sencillez, extraños dibujos de carpas adornaban su fondo.