Aquel día marcado por el destino en que me convencería de tu regreso.
De aquello que me haría conocer el crepúsculo de tus noches y el bello arrebol del despertar a tu lado.Dónde la perdición serían tus brazos en el frío,
y no la condena de la calidez de tu ausencia.Ese día en que la promesa pesaba lo suficiente para calmar el clamor por piedad.
Lo suficiente para no comprender el perdón que tendría que venir en el futuro.Desde que mis labios claman por llenar aquella promesa de despromesa.
Aquel día en que me convencí
que esperaba tanto tu rostro entre tantos otros,
solo para evadir aquello que me ata.Espero el amanecer en que, el recuerdo de todo lo que eres tú me libere de aquello que sólo veo contigo,
que me presione en el saber consciente de que aquello que quiero, no lo quieres conmigo.