Aquí un nuevo capítulo que espero que disfrutéis ;3
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Mi día no podría haber empezado mejor, Ámber me ha robado mi dinero del almuerzo y como siempre me ha estado insultando y maltratando físicamente, además tampoco era uno de mis mejores días por culpa de todas las heridas que me hice ayer, tengo tiritas casi por todo el cuerpo. Estoy muy harta de Ámber y sus amigas pero esta vez no se saldrán con la suya, me vengaré de ellas cueste lo que cueste.
Me dirijo al patio mientras coloco los cascos en mis orejas cuando alguien me empuja. Una chica albina con el pelo muy, muy largo y unos ojos dorados iguales a los de Nath me regaña por no mirar por dónde voy. Ni siquiera ha sido mi culpa, ella venía corriendo y me ha empujado, sin embargo me da la sensación de que es una persona con la que no conviene estar de malas.
· Perdona, no te había visto - es mejor disculparse que buscarse más enemigos.
· Tranquila no pasa nada, lo cierto es que yo también iba algo distraída. Es que he quedado con mi novio y bueno....
· ¡Oh!, ¿es de este instituto?
· No, no es de aquí y tampoco creo que le conozcas. Por cierto, soy Rosalya, lo siento de nuevo. ¡Hasta luego!. - Rosalya... un nombre muy bonito para una chica tan guapa.
· Hasta luego....
La albina ha salido corriendo tan rápido que casi me ahogo con el polvo que ha levantado. Es muy guapa y seguro que su novio también lo es, al igual que su peculiar vestimenta a su novio le debe de gustar ese estilo.
Ya salgo al patio con el volumen de los cascos a toda mecha y me siento en las escaleras a pensar en cómo vengarme de Ámber.... Nathaniel está por aquí cerca, tal vez si me quejo se enfade pero es que ya estoy cansada de su hermana y sus maltratos. - ¡Nath! - grito en medio del patio llamando su atención. Le he contado lo que Ámber me ha hecho y me ha dicho que hablaría con ella, incluso ha intentado devolverme el dinero que me ha robado pero no me importa el dinero sólo quiero darla a probar de su propia medicina, por lo que lo he rechazado. Espero que hable con ella pronto y que entre en razón, mientras tanto regreso al patio escuchando música, cosa que me prohibieron hace ya mucho porque hacía que los niños de cursos inferiores se "revelaran" en clase, pero me da igual, necesito mi música.
Esta vez prefiero esconderme para que nadie me moleste, pero nada, como siempre alguien me estorba y como siempre es el mismo. - Mejor no hacer caso - pienso para mis adentros, me pongo la capucha intentando lanzar una indirecta para que se largue porque no quiero estar con nadie ahora, este es mi momento de meditación. La capucha ha salido despedida de mi cabeza pero sigo sin hacer caso al estorbo de al lado, esta vez mis cascos han sido secuestrados pero he hecho la técnica llamada "acción, reacción", además eso me ha puesto de muy mal humor, nunca nadie ha tocado mis cascos y ha salido bien parado, odio que alguien toque mis cascos o que me los quiten, ni siquiera mis padres se atreven a quitármelos. Aunque tal vez golpear a Cast no me beneficie en absoluto, más bien seré yo quien acabe mal parada. Pero aún conservo la ira del m. Tanto en el que tocó mis cascos. - No toques mis cascos - le lanzo una mirada fulminante que casi le hace polvo, metafóricamente. No tengo otra que quitar la música porque cuando se pone así de pesado no hay quien le aguante.
· ¿Qué pasa ahora? ¿Te sientes solo o qué? - digo muy mal humorada por lo de los cascos y por el problema con Ámber.
· Para nada, la que se ve sola eres tú aquí en un rincón del patio escuchando música - contraataca.
· Pues ese es mi problema, no necesito que te apiades de mí.
El rockero también se ha puesto de mal humor por mi actitud, solo quiero que me deje sola para pensar un momento. Me pongo otra vez los cascos y él vuelve a quitármelos, de nuevo mi ira sale a la luz. - ¡¡¡Te he dicho que no tocaras mis cascos!!! - me los coloco en el cuello para que no estorben y me lanzo a Castiel haciendo que caiga de espaldas en el césped.