Capítulo 13

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Cuando se lo quitó todos comenzaron a ahogar gritos, a saltar y a aplaudir. Entonces recordé el significado de cuando un muchacho se quitaba la máscara en el baile. Pero supongo que no pasaba mucho, ya que la tradición había cambiado y por lo tanto los chicos ya no lo hacían. Pero Robert acababa de hacerlo y después de eso corrimos hacia el bosque que rodeaba el centro de fiestas de Minedale.

—No puedo creer que hiciste eso.—dije riendo y respirando por la boca gracias al cansancio.

—Tú querías adrenalina y yo te la di.

Las chicas nos siguieron riendo como locas y como todos nos conocíamos decidimos seguir juntos hasta el final del festival.

—Oye, lo del parque de diversiones no era broma, eh. Si te dejan vamos.

Luego también invitó a las demás. Después de un buen rato riendo y comiendo era hora de la cacería y decidimos que también nos colaríamos a eso, ese evento no era tan importante como la mascarada, pero sería divertido.

—La cacería trataba de que los muchachos se ponían una máscara de liebre mientras que las chicas usaban arcos y cargaban flechas falsas, y es que las chicas debían cazar una liebre o un chico quien sería su pareja elegida por ellas y la suerte. Se supone que si la liebre se dejaba atrapar esa pareja sería forjada más rápido, pero más fácil de romper y si una liebre era difícil de atrapar esa pareja duraría por siempre y sería irrompible, sin embargo, si no se atrapaba a la liebre esa pareja no está destinada y no tendría futuro.

—Sam, ya en serio, ¿cómo recuerdas todo eso?—dijo Lorraine riendo.

Pasamos el rato contando historias de la cacería y nuestras tradiciones y era mi turno.

—Mi mamá me contó que el día en que ella entró en la cacería fue la última en atrapar a su pareja, que, casualmente, era mi padre. Me parece una historia muy cursi, pero cada vez que la cuenta veo como brillan sus ojos.—Y tengo la esperanza de algún día sentir ese brillo en mí.—

—Aww esa historia es súper tierna.—dijo Raven y se escucharon las trompetas de la cacería. Entonces nos movimos al punto de partida.

—¿Listas?—dijeron alardeantes Pat y Robert.

—No quedarán libres.—dijo Sam en forma de reto.

—No, ¡claro que no!—dije reafirmando el reto para nuestros amigos.

—Hagámoslo interesante—agregó Alister junto a Leo (el muchacho que bailó con Sam y que era amigo de la escuela) que acababan de llegar listos para la adrenalina de colarse a la cacería.

—Y ¿cómo?

—Apostemos. Si ustedes Samy, Kat, Raven y Mabel no logran atraparnos, pagaran la comida en el parque de diversiones y si lo logran nosotros les compraremos la comida y una cosa que quieran.

—Acepto. –dijimos una por una.

—¡Hecho!

La presentadora comenzó a contar y lanzó una bengala al cielo, los chicos salieron corriendo rápido como el viento. Un minuto después otra bengala resonó y todas comenzamos a correr y correr. Vi a todas separarse, la verdad es que no teníamos un plan, pero no íbamos a perder la apuesta.

Corrí y corrí, pero no lograba encontrar a ninguno, entonces vi el listón color vino en el cuello de un chico, sabía quién era así que corrí más rápido, pero me vio y salió disparado tratando de huir. No podía rendirme, aunque estuviera algo cansada, por mis amigas y por comer gratis, lo que sea.

No me percaté cuanto tiempo pasó hasta que por fin estaba a un par de pasos de él, corrí aún más rápido y cuando estaba por tomar su traje una piedra se cruzó en mi camino, tropecé y cuando abrí los ojos estaba sobre él.
Me puse tan roja que ni parecía que era yo, él comenzó a reír y se quitó la máscara, era Robert, como lo había sospechado desde que vi su ridículo moño rojo.

—Ja, mira quien es muy competitiva. Me atrapaste cazadora. Tú ganas.—dijo entre risitas.

—Lo siento.—dije sonriendo, aún roja mientras me levantaba y lo ayudaba.

—Está bien niña, no pasó nada. Pero mira, ahora sé que mueres por mí.

—Ja, eso quisieras. Yo solo quiero comida gratis.—dije mientras reíamos.

—Y a mí.

—Vamos a e...

Al dar la vuelta vimos a todos los invitados mirándonos, sonreían y de pronto comenzaron a gritar y ovacionar, fue cuando me di cuenta de que me tenía de la mano, y ambos nos miramos por un par de segundos y nos soltamos. Que bueno que yo aún tenía mi antifaz porque justo frente a la multitud estaba mi hermana y mi padre que acababa de llegar, seguro.

La presentadora nos pidió que nos acercáramos para recibir un regalo especial. Al quitarme el arco y las flechas la presentadora nos hizo tomarnos de nuevo de la mano y nos pusieron dos pulseras doradas. Eran las pulseras que simbolizaban amor eterno, yo quede aún más roja de lo que estaba y Robert soltó una pequeña risita. Se veía que le encantaba mi sufrimiento. Después alzamos las manos y todos comenzaron a bailar mientras nuestro grupo de amigos y nosotros corríamos hacia el camerino.

Durante todo el trayecto él no me soltó la mano, como si temiera que me fuese a perder, al llegar todos comenzaron a reír y después yo también.

—No puedo creer que les dieron la pulsera de amor eterno.—dijo Raven entre risas.

—No te burles Rave, ¿no ves que la amo...¡uff! demasiado?—dijo burlándose, Rob.

—Ja, ja que gracioso.—solté sarcástica y todos reímos.

—Pues adivinen quienes van a pagar la comida en el parque gracias a Mab.—dijo Sam.

—Fue justo.—respondió Leo.

—Dejemos las cosas y salgamos antes de que alguien se dé cuenta.—dijo Rob.

—Sí, vamos.—dijo Kat.

Solo otra típica historia de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora