Sonreí mientras sus dulces labios hacían contacto con mi boca.
Eran dulces, más dulces que la mejor mermelada que se haya probado en el mundo entero.
-Tonto -le dije y me acerqué nuevamente imitando lo que él había hecho.
Él se alejó de mí y levantó una ceja, sin sacar sus brazos alrededor de mi cintura.
- Tonto, loco -rio divertido-, ¿también soy estúpido?
- Si -le sonreí mientras él me miraba confundido-, pero no te amaría si cambiaras..
Luego de alegrar el asunto que me hacía quedado pendiente, pude cerrar la puerta con firmeza, y subir a mi habitación, mientras me sentaba en la cama con la certeza de que había hecho todo lo que debí haber hecho aquella noche.
Mire hacía el techo y tomé el celular que estaba al lado mío.
Tenía seis mensajes, y una llamada perdida.
Las llamadas perdidas; de Christian.
Los mensajes; cinco de Christian y uno de Gaby.
Me puse roja de inmediato, por lo general, Christian nunca me mandaba mensajes.
¿Qué tal si se había enterado de lo de Nate? eso sí sería una terrible mala suerte.
Me senté rápidamente en la cama y miré los mensajes una vez más, ese pequeño aparato al que le llamamos celular se estaba convirtiendo en una pesadilla que me rogaba que no lo leyera.
Aparte el celular de mi cama, no sabía qué hacer, son esos momentos decisivos de un momento en los que tienes que pensar bien antes de dar un paso, porque si pisas mal puedes caer en un gran charco de agua.
Respiré profundo y sacudí mi cabeza varias veces, era solo un simple mensaje, no podía alterarme tanto por un aparato así.
Inhale, exhale, varias veces, y me deje caer sobre la cama para girar en ella de un lado a otro.
Decidí ver el mensaje de Gaby y no los de Christian, así que con cuidado apreté el mensaje con un solo ojo abierto.
- Pero que tonta eres -me susurré a mí misma y abrí ambos ojos, tomando en cuenta que el cerrar uno no alteraría lo que el mensaje decía.
"Ya me enteré, ¡Christian me dijo! nos vemos mañana"
Me quedé pálida.
¿De qué se había enterado?
¿De lo de Nate y yo?
¿y con eso se había enterado lo mala amiga que era yo al no contarle que tenía una cita súper íntima con Nate esa noche?Mi corazón latió más rápido, tenía que leer los mensajes de Christian, para saber de qué era lo que estaba hablando Gaby, pero el simple hecho de que uno de ellos se haya enterado me ponía nerviosa.
Ni siquiera eso, era el simple hecho de que uno de ellos se haya enojado conmigo.
El celular comenzó a sonar de nuevo y el nombre de Christian no paraba de brillar en aquella pequeña pantalla.
Definitivamente era más confortante cuando era el nombre de Nate el cual aparecía buscándome.
Tiré el teléfono a la cama, no quería esperar lo peor, pero lo peor ya estaba en mi mente, deseoso de hacerme sentir mal.
Lo único que quería era dejar de pensar, porque el simple hecho de hacerlo me asustaba.
Mis propios pensamientos me hacían sentir mal, me indicaban que estaba haciendo mal las cosas.
Todo mal, nada podía salir peor en ese momento.
¿Porque tenía que pasarme todo eso a mí?
El teléfono dejo de sonar y suspiré aliviada, Christian se había dado por vencido.
Desee con todas mis ganas que se dé por vencido hasta que termine de leer los mensajes.
Me llené de valentía y apreté uno de los mensajes, que solo decía que quería hablar conmigo.
El segundo mensaje lo abrí más rápido y más segura que el anterior, todavía no había rastros de que Christian haya visto a Nate conmigo, o se haya dado cuenta de que estamos juntos.
Decía que conteste porque era urgente.
El tercero, fue un poco más duro, ¿Que sería urgente para Christian? nada.
A menos que su mejor amiga salga con el chico con el cual le prometió no salir.
El cuarto, lo abrí muy preocupada, incluso sentí en un momento que mi corazón no dejaba de latir.
Pero realmente fue una tontería.
"No contestas esto, pero mañana hay fiesta en mi casa.
Llámame urgente, necesito que traigas las bebidas"Suspiré aliviada, no se había enterado de nada, eran unas simples bebidas, yo era la chica de las bebidas ya que mi familia tenía en el sótano unas cien bebidas guardadas.
Abrí el quinto mensaje, confiando en que todo estaría bien, sin preocupaciones ni prejuicios, pero allí estaba lo que temía.
El mensaje que tanto esperaba que no me llegara, estaba allí, había llegado.
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Eres un estupido pero no te amaria si cambiarás
RomanceTodos hemos escuchado hablar de Romeo y Julieta, la historia del chico que no puede estar con la chica, y viceversa. A todos nos han pasado cosas que nunca pensamos que iban a pasar, y todos hemos sentido cosas que nunca imaginamos que alguna vez íb...