Narra Hannah
-¡Joder! ¡Cállate o te golpearé muy duro!-largó un gran grito Matthew a mis espaldas.
-Ya basta, Matt. Deja de amenazar al timbre que indica que debemos entrar a clases-le respondió Lucy rodando sus ojos, a medida que caminaba con nosotros por el pasillo.
Yo no culpo a Matt, el ruido es realmente insoportable, más aún el saber que el día recién comenzaba. Ya quería estar en la última clase para luego ir a visitar a Luke. Lo extrañaba tanto, espero que en persona podamos solucionar todos nuestros problemas y seguir adelante, como siempre hemos hecho. El saber que regresaré a verlo, sentir como me acuna en sus brazos y besa mis labios con suavidad, me hace elevarme hacia el cielo, gracias a las mariposas que no dejan de revolotear hasta con el simple sonido de su voz. Mi padre me dio una excelente noticia, la casa en la cual solíamos vivir estaba en venta y un matrimonio se había interesado en ella, por lo que mi padre debía viajar a Nueva Jersey a una reunión con ellos... lo que significa que podrá llevarme y así podría ver a Luke. Le daría una sorpresa que de seguro lo deslumbraría.
-Al menos mañana es viernes, mañana se folla-bromeó Matthew, haciéndonos reír.
-Pero si tú follas todos los días-le respondió Blake elevando las cejas con diversión.
-Peeeeeero, mañana es el día en especial de ello-Le contestó al morocho guiñando un ojo, sonriendo con picardía.
Caminamos hacia nuestra clase, los pasillos se hallaban repletos de estudiantes, desesperados por llegar a tiempo a sus respectivos cursos. Era bastante gracioso observar el nerviosismo que poseían los chicos de primer año al ver el movimiento que transcurría durante cada receso. Se veían como pequeños animalitos atemorizados por una jauría de lobos hambrientos, que en definitiva los matones encajaban a la perfección con aquella descripción. Hoy tendríamos unos de esos torturantes talleres de educación sexual. Mi desayuno se revolvió en mi estómago ¿Por qué debíamos tener esta clase a primera hora? Era repugnante.
-Nada mejor como que un guapísimo profesor te de una clase de sexo-escuché comentar a Emily, haciendo referencia al profesor Cooper.
Lo único bueno de esa clase, era el profesor. Joven, de tez blanca, ojos pardos y cabello castaño oscuro, con un físico realmente admirable. Los rasgos faciales eran dominantes, y su mirada los contradecía, ya que irradiaba simpatía; a pesar de su gran altura.
-El profesor Cooper no te dará una clase sobre en qué posiciones follar-le contestó Iggy rodando sus ojos.
-¡Yo podría darte esa clase, primor!-le gritó Marcus. Reí levemente, es tan extrovertido con ella, sinceramente sigue llamándome la atención como es que estos chicos no tienen el menor grado de inhibición.
-Exacto-afirmó Matthew a la declaración de la rubia-. Solo te dirá que protejas tu vagina y el pene de tu chico.
La castaña rodó los ojos y finalmente nos adentramos al salón, nos sentamos todos en la misma fila. Iggy y Emily encabezaron la fila en el primer asiento, seguidos por Thomas y Blake, luego yo acompañada de Lucy, y al último -y por desgracia- Marcus y Matthew, el dúo dinámico, los M&M, la "pesadilla" de los profesores.
-Buenos días, alumnos-saludó el profesor Cooper. Varias chicas suspiraron, incluyéndome. Mordí mi labio inferior casi inconscientemente, mientras tomaba uno de mis bucles para enrollarlo con mi dedo, jugando con el.
-La última clase, estuvimos hablando sobre los órganos reproductores. Hoy hablaremos de algo más serio, enfermedades de transmisión sexual ¿Alguien conoce alguna ETS?-preguntó el profesor, apoyándose sobre el gran pizzarón blanco.
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Our Last Year (Nuestro Último año)
Teen FictionDicen que la preparatoria y la adolescencia son las mejores etapas de la vida y las que más se recuerdan. Hannah lo que quiere es recordar su último año como el mejor de su vida. Ella, es una chica común de 17 años, que vivía en los suburbios como c...