Capítulo 3*

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JANETH.

—Interesante manera de hablarnos. —dijo Isaí.

—Eso digo yo, pero un mal momento para hacerlo. —conteste —Con lo de tu moto, enserió lo siento, pagare los daños.

—¿Tú pagaras los daños? —se escuchó divertido.

—Claro, bueno, es probable que sea muy caro, así que tendría que darle una explicación muy larga a mi papá para que él termine de ayudarme a pagar.

—Supuse eso. —Isaí asintió y se dio la vuelta agarrando su casco que también cayo y se quebró.

—Pero tienes que aceptar que fue tu culpa. —me encogí de hombros.

Obtuve la atención de Isaí, me miro sin mostrar emoción, es probable que este insultándome en su mente porque está muy claro que quien tuvo la culpa aquí fui yo y no él.

Pero es obvio que tampoco lo dejare que se vaya sin ningún pecado sobre sus hombros, por su moto golpee el auto de mamá.

—¿Que dijiste? —pregunto él.

—Que tú también tuviste la culpa.

—Dame razones.

—Dejaste tu moto en medio de la calle. —dije.

—Que tú no sepas conducir no es mi problema ni mi culpa, jodiste mi moto.

—Deja de quejarte, pagare los daños.

—Tu papi pagara los daños ¿no? —dijo, fruncí mis cejas —Tu padre tiene mucho dinero, le cobrare muy caro la cagada de su hija.

—Mi papá podría comprarte una moto nueva. —dije, con orgullo. Es obvio que mi papá no le comprar una motocicleta —Pero de todos los ángulos posibles es tu culpa.

—¿Yo soy el culpable de este desastre? —se quejo

—Sí.

—Raro, porque yo aquí no veo ningún cartel que diga prohibido dejar motos, estamos en la calle. Aprende a manejar, Blythe.

—A mí no me estés gritando —me cruce de brazos —¿Quién te crees? ¿Mi esposo?

—No, no lo soy, pero si fuera algo parecido a un esposo me desquitaría este desastre a mi manera.

Mi silencio fue una respuesta de completa confusión. Él reviso el casco que estaba roto y muy dañado.

Tengo que confesar que Isaí siempre me ha parecido alguien intimidante, y aunque nunca había cruzado una palabra con él siempre lo miraba pasar por los pasillos.

Y tan solo una mirada de reojo era todo lo que tenía para ponerme nerviosa.

Suspire apenada.

—Perdón, Müller.

—Ajá, como sea, ni pienses que no se me va a olvidar esto.

—¿Quieres que haga algo por ti? —dije —No tengo dinero, y tampoco quiero decirle a mi papá que choque una moto, así que como disculpa podría hacer algo por ti.

—¿Lo que yo quiera? —Isaí se cruzó de brazos y me miro con atención.

—Lo que sea. —sonreí.

Isaí se miraba divertido, parecía detallar su respuesta, en cambio yo estaba muy nerviosa, claro que lo estaba. Ni siquiera sé que es lo que vaya a decir.

Me preocupa que vaya a salir con algo intimido.

Así que antes de que él pueda hablar lo dije:

—Nada que tenga que ver con intimidad.

Inevitable escape #3 [Completa/editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora