Una Mente Brillante | Shinkami

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--¡Nos odia, sensei!

Kaminari levanta las cejas con sorpresa, sonriendo nerviosamente. No está bien que sus alumnos hablen así de otro profesor, pero era la primera vez que le contaban sus problemas y él, como tutor, estaba bastante contento con ello. Pasando una mano por su flequillo, Denki se apoya contra la pared, al lado de la pizarra, llevando una mano hasta su barbilla pensando en una solución.

--No creo que os odie --dice entonces--. ¿Seguro que os portáis correctamente con ella?

Unas risitas resuenan en el aula y Kaminari ladea la cabeza, confuso. Megumi, la delegada de la clase, levanta la mano tímidamente. 

--Usted es el único con el que formamos tanto escándalo.

A Kaminari el comentario le sienta como un puñetazo en las costillas, por lo que sonríe en respuesta intentando mantener la compostura, escuchando que las risas aumentan. 

--El otro día, mientras corregíamos los ejercicios, no quería aceptar que se había equivocado en una oración --comenzó a relatar alguien en el fondo. 

--Nos dijo que no teníamos ni idea de inglés y que ella sabía perfectamente lo que hacía, no unos mocosos irrespetuosos.

Denki le pide a Megumi que le enseñe el ejercicio en cuestión en su libreta, comprobando que, efectivamente, la corrección hecha por la profesora era errónea y les había obligado a aceptarla. Soltando un suspiro se sienta en su silla, pidiéndole al resto de alumnos que les enseñen sus cuadernos uno a uno. Finalmente, Denki, tras unos relatos más, llega a la conclusión de que la profesora en cuestión simplemente está abusando de su situación. Que sea de avanzada edad no ayuda, porque los profesores a punto de jubilarse suelen declararse completamente indiferentes en relación con sus alumnos (muchos, incluso les hacen la vida imposible). Era un problema serio.

Y lo peor es que él tampoco podía decir nada. Era demasiado joven y nuevo en el lugar, seguramente le recriminarían por meterse en los asuntos de una veterana. Estando en una situación que le pone contra las cuerdas, Denki lanza una pregunta a la clase justo cuando ha terminado de ver el último cuaderno.

--¿Quién de vosotros tiene buenas calificaciones en inglés? 

Eri levanta la mano y Kaminari asiente lentamente, pensando que sería demasiado cantoso si un alumno sobresaliente suspendiera solo una materia.

"Hija de puta la vieja", piensa el rubio para sí.

--¿Y el resto? 

--Le hemos dicho que nos odia, sensei --murmura Kenta, garabateando algo en la mesa--. Ninguno consigue aprobar un solo examen.

Kaminari se cruza de brazos pasando el peso de una pierna a la otra, pensando que tiene que buscar una solución urgente. En el fondo del aula, el conejito Alvin estornuda aligerando el ambiente.