CAPITULO 18

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Para mi inesperada sorpresa, Edward y Sarah pasan de largo por mi lado sin dirigirme ni una sola mirada. ¿Puede que después de lo de ayer están arrepentidos y empiezan a valorarme, o directamente dejan de humillarme? Me revuelvo en mi sitio con una sonrisa de satisfacción.

De vez en cuando me giro para mirarles con una sonrisa aunque ellos apartan la mirada. Saben que tengo razón y están avergonzados, y eso me satisface aún más.

-Emmy, me gustaría hablar contigo sobre lo ocurrido de ayer-me dice Sarah al comienzo del recreo con un tono más agudo de lo común.

-Vale...-digo no del todo convencida.

Sarah me da la mano y Edward me pasa el brazo por mis hombros. Visto así, no me da muy buena espina, pero si me niego van a pensar que a la cara soy una cagada. También puede que no pase nada, que solo quieran hablar y solucionar las cosas. Sarah y Edward bajan las escaleras, aún agarrados a mí, sin hablar. Me dirigen hasta sus típicas escaleras donde están sentados, Chloe, Anthoni, dos chicas más y el chico del flequillo ladeado extremadamente largo.

Anthoni se acerca a mí, - ¿lleva un tupé? - Sarah me suelta la mano y corre a cuchichearle algo al oído de Chloe. Edward sigue agarrándome. Anthoni se une al otro hombro y ladea la cabeza para mirarme.

-Mírame Emilia.-Quiero irme, esto no va salir bien. Lo presiento por su tono de voz.-Ya no tengo el flequillo en la cara, ahora comprueba si ayer estabas en lo cierto.

Anthoni me suelta pero Edward me agarra más fuerte. Se acerca a una de las chicas y esta le entrega un coletero.

-Vamos a ver si tu eres igual de guapa que yo con el pelo recogido-dice haciendome una especie de moño con pelos enredados entre las vueltas de la goma de pelo. Una vez terminado divide los pelos del moño en dos y tira de los costados haciendome gritar.

Chloe se levanta sacandose un chicle de la boca.

-A ese moño le hace falta un lacito-se rie mientras hace un lazo raro con el chicle y me lo pega en el pelo.

-¡Si parece más choni de lo que es!-exclama entre risas Sarah.-Pero aún le faltan tetas. Las tetas que no tiene.

Todos se rien-excepto el chico de pelo ladeado que se levanta y se marcha sin decir nada- mientras una de las chicas pinta dos bolas de periódico con pintauñas y se las entrega a Sarah, que me las mete por el escote del cuello, raspandome con fuerza y manchandome la piel y la camiseta.

Edward me suelta pero Sarah me agarra.

-¿Ves mi piel? Fina como el culito de un bebé. ¿Y ves tu envidia? Se que tu piel no tiene ni punto de comparación con la mía pero eso-se mete una mano en el bolsillo-no implica a que mi piel no sea natural. Yo te ayudaré con la tuya-saca del bolsillo polvos de talco- aunque sea de forma artificial.

Abre el bote, se llena la palma de la mano de polvos blancos hasta revosar, y con malicia me coloca la mano delante de la cara y me sopla. Toda la cara se me ha quedado blanca, incluido el pelo, y toso hasta que suena el timbre. Anthoni se acerca a mí y al oído me dice "si dices algo te rajo". Los polvos de la cara se me caen y mi piel roja reaparece. Dejo de toser al instante y el miedo se apodera de mí. Todos se marchan, incluidas las risas.

-Ven conmigo, quiero asegurarme de que vayas a clase y te vean todos-dice Edward agarrandome del brazo.

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