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—Ay, me duele —me quejé.

—Ya pero si no se lo estoy haciendo tan fuerte —se rio.

—¡Seba me duele, suéltame! —grite y mordí la almohada.

Sacó las manos de mis hombros y me tranquilicé.

—Te dije que era delicada de allí, ahora me duele —hice una mueca.

—Wawita, apenas la toque y ya se estaba quejando —se rio.

—Pero sigue po, pero con cuidado porque los hombros me duelen —me relaje y sentí nuevamente las manos del Seba sobre mi espalda, comenzó a masajear con mucha delicadeza.

—¿Ahora si? —beso la parte trasera de mi cuello y así fue bajando por toda mi espalda hasta llegar a mi espalda baja, deslizó sus manos por mi espalda para legar hasta los lados laterales de mis pechos donde hizo circulitos sobre estos..

Pero tuvieron que interrumpir po hermano, tuvo que entrar ese perro culiao de la nada y subirse a la cama.

—Chocapic, weon, bájate —le dijo el Seba.

Me levante un poco de la cama y rápidamente antes de que entrara alguien me coloque una polera del Seba sin sostenes porque.. porque quiero y puedo.

El Seba me miró de pies a cabeza.

—A usted todo le queda perfecto —se abalanzó sobre mi para besarme, pero el Chocapic empezó a meter su hocico entre nosotros.

—¡Soto ven a sacar al Chocapic! —gritó el Seba.

No hubo respuesta.

—Tal vez salió —me encogí de hombros pero este negó.

—No le gusta dejar al Chocapic solo, voy a ir a verlo, tal vez le pasó algo —se iba a parar de la cama pero no lo deje.

—Yo voy, así aprovecho de pasar a la cocina a buscar algo —sonreí.

—¿Que cosa? —fruncí el ceño.

—Es una sorpresa po, espérame aquí —Bese su mejilla para luego salir de allí con el Chocapic.

Al llegar adentro no vi a nadie y cuando pase por los baños estaban vacíos, caminé a la cocina y ahí estaba el Soto. Comiéndose los alfajores que le había comprado al Seba.

—Weon, ¿Que chucha estás haciendo? —lo empuje y le quite la caja, quedan seis de los doce..

Se rio y trago el pedazo de alfajor que tenía en la boca.

—Impidiendo que le hagai ma daño a mi amigo po, te las voy a decir claritas —con su dedo índice golpeó mi pecho—Si lo llegai a hacer sufrir yo mismo voy a ir a tu casa a agarrar a balazos a quien esté ahí, ¿escuchaste?

—¿Cual es tu problema?

—Mi problema eri vo po, que desde que te metiste a su vida el cambio.

—Conmigo es feliz, ¿Tanto te pica que lo sea? ¿No sesupone que eri su amigo? —lo mire mal.

—Y porque soy su amigo haré todo lo posible para que se aleje de vo, si lo único que le vas a traer son penas, deja el show facha culia.

—No lo vas a lograr tan fácilmente, estai muy cagao de la cabeza si piensas que me asustan tus amenazas —salí de la cocina enojada para dirigirme hacia la pieza y tirarme a la cama, ni le vi la cara al Seba porque de seguro estaba esperando lo que le tenia pero no se lo podré dar por culpa del Soto.

Le di la espalda al Seba y me mordí el labio para no ponerme a llorar.

—¿Que pasó? —preguntó.

—Nada, solo tengo sueño —mentí.

Pasó su brazo por mi vientre y beso mi espalda, por cada palabra que decía iba dejando un beso.

—La conozco y algo le pasó.

—Nada Seba, de verdad.

No dijo nada más, solo me abrazo y no me soltó en toda la noche, cuando sentí mi brazo dormido me tuve que dar vuelta porque siento muy helado el brazo, pude ver al Seba durmiendo así que lo tape más con él cubrecamas, esta más helado que la chucha.

Soto culiao no se quien se cree, ¿Por qué la Paz tiene tan mal ojo?

Mire las facciones del Seba, su mandíbula marcada, sus cejas perfiladas y un corte en una de ellas, sus labios bien definidos y ahora esta pálido. Se hizo bolita en la cama y trató de acurrucarse más a mi.

—Seba, ¿Tienes frío? —le pregunté.

No me respondió así que con cuidado de no despertarlo fui hasta mi maleta y saqué la chaqueta que uso pa la nieve, es súper gruesa la wea, tape al Seba con la chaqueta y después traté de dormir, traté pero no lo logré.

Así que me desvele mirando a mi pololo.

Si weon, mi pololo..

Me gusta ese flaite po   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora