Era mi último día en Roma y tenía que aprovecharlo al máximo, despedirme de mis amigos, de los familiares que tenía allí, y también de algunos profesores a los que les había cogido cariño, y como no, a mis compañeros del restaurante en el que trabaja para ganarme mis ahorros. Era un día de despedidas y lo odiaba totalmente, siempre he odiado las despedidas y sobre todo si la que se va para "siempre" supongo, soy yo.
Eran las seis y media de la mañana y el reloj no paraba de sonar, "un poco más por favor" pensaba mientras miraba la habitación a mí alrededor, mirando mis posters, cuadros, mis preciosos libros, mi colección de vinilos, y ese color verde hierba que tiene mi cuarto que tanto me gusta, y creía que sería la última vez que estaría en él, aunque por supuesto en Londres intentaré que sea lo más parecido posible. Sé que mi tía Michelle lo hace por mi bien pero todavía no me hago a la idea, y eso que me lo dijo en mayo del año pasado y estamos a mediados de febrero de 2015, empezar a mitad de semestre en otro instituto... que me despierten ya o algo, no lo soporto. Me levanto como puedo y voy al servicio para asearme y cerrar los ojos mientras me doy una ducha caliente que me despierte del todo, salgo, cojo una toalla y voy a mi dormitorio para vestirme. Una vez vestida y aseada, me seco el pelo tranquilamente mientras pienso detenidamente en todo lo que me espera en el día de hoy, son tantas cosas y no tengo ganas de hacer ninguna de ellas.
Cuando termino cojo mi mochila y me dirijo al salón, y como no, allí está la culpable de que hoy este de mal humor, en vez de poder coger mi moto y quedar con mis amigos como un viernes normal, tengo que quedarme en casa haciendo la maleta, mientras mi mejor amiga Giovanna a la que llamo Gio me ayuda y me intenta animar como sea, y se lo agradezco porque nunca me habría imaginado separarme de ella, nunca en la vida, siempre pensamos que estaríamos en Roma y viviríamos la vida como unas aventureras, pero por desgracia nos separamos, aunque estoy segura de que nos vamos a volver a ver ya que tengo pensado pasar el verano aquí con ella, ya lo hemos hablado y se lo he comentado a mi tía, que aunque me dijo que "ya veremos" eso siempre acaba en un "SI".
-¿Cómo estás hoy, cariño? -Me pregunta mi tía justo cuando estaba a punto de salir por la puerta.
-Emm... bien, supongo -Intento parecer lo más alegre que puedo, pero las lágrimas ya estan a punto de invadir mis ojos cuando mi tía se levanta en un abrir y pestañear y ya me está dando un abrazo fuerte, siento su calidez y su dulzura y huele a ese perfume que se pone siempre, y que yo le regale por su cumpleaños. Mi tía siempre había sido una mujer agradable con todo y honesta, nunca hacia las cosas por conveniencia ni por puro capricho. Era muy segura de sí misma y lo tenía todo claro en esta vida, lo que quería y lo que no, tenía las ideas claras y nunca se arrepentía de sus elecciones, ya fueran buenas o malas eso era lo que ella quería. Siempre me decía que no me preocupara por lo que pensaran los demás de mí, que no tenía que gustarle a todo el mundo, que estaba bien que algunas personas me criticaran porque así es como debía de ser, ya que si le gustaba a todo el mundo algo iba mal, algo no estaba bien.
-No te preocupes por nada, sé que a tu edad cuestan los cambios, pero lo hago por ti y por tu futuro cariño, en Roma solo están los malos recuerdos. Sé que tienes a tus amigos pero tarde o temprano ellos también harán sus futuros y se realizarán como personas adultas y quiero que tú también tengas la oportunidad. -Es demasiado buena joder, no puedo discutir con ella y decirle con todas mis fuerzas que me quiero quedar aquí, pero sería una tontería. Así que la miro, asiento y le doy otro fuerte abrazo.
-Ya lo sé y te lo agradezco de verdad, te quiero tía Michelle.
-Y yo a ti cielo, no sabes lo mucho que me alegro de que tu sigas aquí. -Sé que se refiere a lo del accidente, yo también habría podido morir allí, pero por suerte sobreviví.
-Ya... bueno, tengo que irme o llegare tarde a mi último día de instituto aquí.
-Sí, claro. -Y me da otro abrazo, ambas asentimos y me voy a por mi moto fuera. Hace un día estupendo, nunca olvidaré el maravilloso sol de Roma, hasta en febrero esta así el día, como lo adoro. En cambio allí en Inglaterra casi todos los días llueve, o eso es lo que se por las miles de páginas que me leí en Google buscando información sobre mi futura ciudad en verano, y aparte me pase los tres meses aprendiendo inglés con una profesora particular que mi tía contrato, y la verdad es que sirvió ya que hablo perfectamente inglés. Hasta muchas veces mi tía y yo hablamos algún que otro día entero en inglés para practicar para cuando lleguemos allí.
Tengo mucho miedo, no sé si haré amigos o si no los haré, aunque sé que allí tengo un primo que se llama Robert de un año más que yo y que va a ir a mí mismo instituto, a lo mejor si llego a tener una buena relación de amistad con él, me presente a sus amigos y acabe siendo una pija británica con falda larga... "No, no, no" pienso mientras voy a arrancar la moto para dirigirme al instituto por última vez, uff que duro se me hace decir esa frase.
Al llegar al instituto lo primero que siento es melancolía, por ser mi último día en él. Justo cuando entro me saludan todos y me abrazan, no sé cómo, pero seguro que Gio les ha dicho a todos que me voy. Hablando de ella, es la primera persona que veo al entrar en clase, justo sentada se levanta y me da un abrazo tan fuerte que casi no puedo ni respirar.
-No por favor... dime que te quedas y que todo es un sueño.... -Me dice mientras sigue ahogándome, cuando se da cuenta me suelta y por fin puedo respirar.
No sé cómo sobreviviré allí, prácticamente sola y sin nadie con quien hablar por las tardes y contarle mis problemas, aunque espero hacer amigos o alguna que otra amiga, eso estaría bien.
-No lo pienses más por favor, no puedo soportarlo ni un segundo más, las clases se me harán eternas. -Digo, convenciéndome de que todo saldrá bien, de que el día de hoy será extraño claro, pero intentaré llevarlo lo más normal posible.
Justo cuando estoy hablando con Gio, Louis su novio que es algo pelirrojo pero no mucho, es más bajito que ella y tiene unos ojos color verdes, Alessandro mi mejor amigo, que aunque Gio me decía siempre que él quería algo conmigo, sé que no es verdad y seguro que yo lo hubiera notado supongo, bueno como iba diciendo, Alessandro es alto muy alto puede que mida una setenta y cinco u ochenta, a lo mejor no es alto pero yo tampoco es que lo sea, solo mido uno setenta y tres y si alguien me sobrepasa la cabeza ya es alto para mí. Alessandro es rubio con el pelo largo por los hombros y liso y sus ojos de un tono negro intenso, es guapo a decir verdad pero para mí solo será y es mi mejor amigo, no quiero novio ni mucho menos ahora. Y por último Isabella otra muy buena amiga mía, es morena de piel, más bajita que yo con el pelo por los hombros y de un tono chocolate y sus ojos se parecen algo a los míos como verdes, pero sus verdes son más oscuros y parecen marrones, los míos son verdes con un tono celeste.
-Por favor clase, siéntense y saquen sus libros, vamos a empezar la clase con las ecuaciones de segundo grado, sé que lo dieron en secundaria, pero tienen que prepararse para el examen final.
Mientras la profesora Liotti comienza a hablar y a explicar, estoy en mi mundo pensando en después por la noche, cuando coja el avión hacia la tormentosa Inglaterra, nunca antes e odiado tanto algo. Cuando llegue allí y comience en la universidad, tengo claro que voy a estudiar, quiero hacer Bellas Artes, fotografía, dibujo técnico y también entre otras cosas filosofía y o ser fotógrafa, pintora, escritora... Quiero dedicarme a algo de eso, soy muy creativa y quiero trabajar en cosas creativas. A lo mejor no tiene mucho futuro, pero es lo que me gusta. Siempre saco todo sobresaliente en el instituto y los profesores de dibujo técnico dicen que tengo mucho talento.
Por otra parte, un día llegue a pensar que si por lo que fuera no me dedicara a ello, estudiaría medicina, es que sinceramente me gustan todas las ramas, aunque me queda un año de instituto y un año para pensarlo, estoy entre ambas cosas. Mi padre quería medicina, ya que él era médico y mi madre me decía que me apoyaría en cualquier decisión que tomara. Los echo tanto de menos...
-Señorita Bosetti, ¿podría venir un momento por favor? -La profesora Liotti me saca de mis ensoñaciones, asiento educadamente y cuando me levanto suena el timbre. Todos recogen y se van al cambio de clase y Giovanna antes de irse se dirige hacia mí
-Cuéntame luego que quería esa arpía ¿vale? Nos vemos ahora -Dice, me rio por su comentario y cuando va a salir le dedica una sonrisa falsa a la profesora, y esta la mira con desprecio.