----- Atlantis -----
─Tu hija se toma demasiadas libertades. ─ se quejó Hiram divisando a Veronica.
─ Yo me encargaré. ─ Alice se giró caminando a sus hijas quienes estaban apunto de emprender camino. ─ Veronica. ─ le llamó. ─ Quiero enviarle algunas cosas a Gladys, ¿vienes para que pueda entregártelas?─ sonrió con dulzura.
Veronica asintió y siguió a su madre de cerca hasta llegar a la biblioteca de dónde sacó un cofre.
─ Asegúrate de decirle que le envió esto para que perfeccione su técnica de bordado.─ lo extendió.
─ Así lo haré, madre. ─ sonrió tomando el cofre.
Alice la observó de pies a cabeza. ─ Cariño, ¿sabes por qué eres la favorita de tu padre?
Veronica alzó una de sus cejas a su madre.
─ Por supuesto que no me irás a decir que no te consideras la favorita. Eres demasiado inteligente para no darte cuenta de las preferencias que tiene tu padre hacía ti. ─ señaló caminando alrededor. ─ Supongo que te lo has ganado a pulso. A diferencia de Kevin o tu hermana, has sabido llegar a su punto frágil.
─ Madre, yo no...
─ Sin embargo, ─ no la dejo hablar. ─ Hay algo que quiero dejarte en claro. Para mi, todos mis hijos son diferentes. No metería las manos al fuego por ninguno de ustedes porque al final de cuenta cada quien debe cuidarse a si mismo. ─ señaló. ─ Eres una buena manipuladora, cielo. Tal como tu padre y él lo sabe... puede ver su reflejo en ti.
Veronica agachó el rostro avergonzada.
─ Sé que estas al tanto de todo lo que hay detrás del matrimonio de tu hermana. Y yo.. ─ tomó el rostro de su hija. ─ No soy como tu padre. Yo no confío tanto en ti.
─ Madre yo jamás haría algo en contra de mi hermana... ─ negó ofendida.
─ Pero accediste a que tu padre la vendiese ─ señaló callando así a la morena. ─ Aun no termino de entender los motivos para dejar escapar a un hombre como Jughead. Tú con una soberbia tan grande como la de tu padre.
─ Yo no...
─ Sin embargo, ─ volvió a interrumpirla. ─ También he accedido porque necesitábamos más que nunca la fortuna de los Jones y no solo eso... sé que tu hermana se merece mucho más que tú a Jughead. ─ sonrió. ─ Porque a diferencia de a ti, todo lo que ha conseguido lo ha logrado a pulso. Incluso el interés de Jughead... nadie tuvo que hacer nada.
Veronica agachó el rostro.
─ Así que, querida. ─ la acarició levantándole el rostro. ─ No sé como es que lograste convencer o a base de qué manipulaste a tu hermana, pero ya que lo has hecho quiero que sirvas de algo. ─ sonrió. ─ Asegúrate de que Jughead no deje de ver a tu hermana con esos ojos de devoción. Y no vayas a arruinarlo porque te aseguro que ni siquiera tu padre será tan considerado contigo si algo sale mal. - advirtió.
Verónica asintió con la cabeza gacha.
~Bughead ~
Mientras el equipaje era abordado, los Jones junto con las Lodge vigilaban desde abajo esperando poder abordar después de unos minutos.
─ Espero haber llegado a tiempo. ─ la voz a sus espaldas hizo que Betty frunciera el ceño y se girase al igual que el resto.
Archie con una valija les sonreía de oreja a oreja.
─ En lo absoluto. Me alegra que hayas podido venir. ─ Jughead se acercó para recibirle.
Betty observó la enorme sonrisa que se deslizaba en los labios de su hermana mayor.
Cuando les indicaron que podían abordar, Jughead ayudo a su prometida a subir por el pequeño puente hasta llegar.
─ Lamento no haberte informado sobre la asistencia de Archie, ─ pidió Jughead guiándola por el barco. Había notado el desconcierto de su prometida al notar al pelirrojo. ─ Lo cierto es que ya habíamos quedado desde hace mucho en que vendría a la hacienda, pero dijo que tenía algunos asuntos así que no estaba seguro de si podría acompañarnos. Así que no quise decirte nada...
─ Esta bien, Jughead. ─ Betty le quitó importancia. ─ Tienes todo el derecho de invitar a quien quieras a tu casa y además... no creo ser la indicada para poder reprochar algo. ─ desvió la mirada hacía donde se encontraba su hermana acompañada ya del pelirrojo.
─ Te pido que dejes de lado la pena conmigo... ─ tomó su rostro con delicadeza. ─ En poco tiempo compartiremos un hogar y no me gustaría que te sintieses con la presión de pedir mi permiso. Serás mi esposa, no mi empleada. ─ alzó ambas cejas. ─ Por lo que tienes el derecho de pedir lo que desees.
─ Eres muy noble, Jug. ─ sonrió. ─ Gracias... por todo en realidad.
─ Gracias a ti. ─ asintió. ─ No tienes una idea de lo dichoso que soy de tan solo poder convertirme en tu esposo.
Betty se abrazó a él con carió mientras el barco emprendía su viaje.
·Bughead·
El viaje duro todo el día llegando casi por la noche. Betty y Jughead se la habían pasado juntos en el viaje contándole el joven algunas anécdotas de su vida en el extranjero.
Después de trasladarse a la hacienda en los carruajes que ya los esperaban, las Lodge observan impresionadas la enorme construcción frente a ellas.
─ Ahora no es tan impresionante como por el día. ─ sonrió con orgullo Donna. ─ Mañana me aseguraré de darles un buen recorrido. Les aseguro mientras estén aquí, no van a aburrirse ─ asintió.
─ De verdad nos encantaría. ─ sonrió Betty.
─ Les llevaremos a su habitación para que puedan refrescarse en lo que llega la cena. ─ indicó Gladys.
─ Te veré luego. ─ animó Jughead con una sonrisa cuando la rubia le miro antes de marcharse.
─ Vaya, estoy muy impresionado. ─ confesó Archie aun con la boca abierta.
─ Esto es de mis padres... ─ señaló Jughead. ─ Pero te invitaremos a nuestra casa, si es que Betty otorga su aprobación. ─ indicó burlón.
─ Soy su mejor amigo por supuesto que me dejará quedarme. ─ ambos rieron.
─ Oh, dulce, dulce hogar... ─ murmuró Nick de bajos ánimos.
Incluso en Riverdale se había sentido menos en prisión que como volver a la hacienda.
·Bughead·
A petición de Betty, las chicas estarían compartiendo una habitación con doble cama que les habían ofrecido. Uno porque Betty no quería dar más molestias y dos porque tenía algunas cosas que preguntar a su hermana.
─ Les avisaremos cuando este lista la cena. ─ se despidió Gladys con una sonrisa.
─ Gracias señora Jones. ─ Veronica la despidió antes de cerrar la puerta. ─ ¡Betty esto esta divino! ─ murmuró ─ Felicidades hermanita, no solo has encontrado a un hombre bien parecido sino también muy bendecido...