Al ver a esas dos personas atacando a mi abuelo entre en pánico, no respondian y solo gruñian, no podía reaccionar con otra cosa que no fuera a la fuerza.
-¡Hazlo Rebecca! -Gritó.
Al escuchar a mi abuelo decir eso supe que el ya sabía lo que yo estaba pensando, no sabía si hacerlo o no, pero si no mi abuelo iba a morir porque está claro que esas dos personas no pararían hasta matarlo.
Al intentar dirigirme hacia la cocina para ir a por un cuchillo me tropeze con una mesita pequeña, la chica la cual estaba posada encima del chico me miró y empezó a acercarse a mi lentamente, me levante rápidamente y corrí hacia la cocina, la chica seguía caminando tras mis pasos y al llegar a la puerta de la cocina empecé a ponerme nerviosa, no quería morir.
No estaba segura de lo que iba a hacer, esto me perjudicaria el resto de mi vida pero tenía que hacerlo, mi abuelo necesitaba ayuda, si hubiera sido yo la que estuviera en su lugar él me salvaría, apenas se si ya estara muerto, tengo que hacerlo.
Cerré los ojos unos segundos para intentar saber si estaba lista o no, corrí hacia el mármol y coji un cuchillo de cortar carne, lo cogí como un puñal y lo apreté con fuerza, respire hondo y me diriji decidida hacia la chica que venía hambrienta hacia mi.
La empujé, me tire en el suelo justo encima suyo y le clavé el cuchillo en el corazón, para mi sorpresa seguía viva, seguía moviéndose pero ahora más bruscamente, se me echó encima y mordía el aire, le pegue un puñetazo que le giró la cabeza pero seguía intentando morderme, no podía quitármela de encima, pesaba demasiado.
Mire alrededor para buscar alguna arma o algo para poder hacerla parar, pues tenía el cuchillo clavado entre el pecho y si lo intentava cojer me iba a morder, puse todas mis fuerzas hacia los brazos y la tire de lado para quitarmela, no podía hacer otra cosa que pisarle la puta cabeza a esa cosa y así lo hice, la sangre me golpeo la cara con fuerza, parecía que llevara pecas, rapidamente intente coger el cuchillo que aun lo llevaba clavado,me costaba quitarlo pero tiré con fuerza y lo pude sacar.
Me fui donde estaba mi abuelo, aún estaban allí los dos, le pegue una patada al chico y cayó haciendo la croqueta al lado de mi abuelo, en cuanto se intentó levantar le enterré con toda mi rabia y fuerza el cuchillo en la cabeza, de repente se desvaneció en el suelo y dejó de moverse.
Mis manos estaban manchadas de sangre, joder estaba toda manchada de sangre, mi pijama, mi pelo, mi cara, mis piernas...
-¡JODER!¡JODER!-No me podía creer que había matado a una persona, y además, no solo a una, he matado a dos putas personas, gente que tenía una vida, una familia.
-Gracias Revy, ¿estás bien? .- dijo mi abuelo mientras se levantaba del suelo y caminando hacia mi.
-He...he...-estaba paralizada, me sentía como el culo, no por haberlos matado, sino porque me sentía orgullosa de ello, claro que por una parte porque había salvado a mi abuelo, pero había algo más.
-Rebecca, quiero que sepas que esas cosas que acabas de matar no eran personas, si que lo fueron, pero...
-Yo...¿sabes más? ¿porque no me lo contaste?
-Lo iba a hacer, pero justo se rompió la puerta.
-Abuelo cuéntame todo lo que sepas, será mejor que empieces ya porque si hay más cosas de esas vamos a palmarla.
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No des señales de vida en un mundo de muertos.
ActionEsta es la historia de Revy: Rebecca Dixon, ella es una niña de 15 años, apenas ha empezado 4to de la ESO pero eso de aquí poco no va a importar, porque algo está a punto de cambiar en este mundo, nada va a volver a ser lo mismo