Capitulo 21 parte 2

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~Amalia~

-Entonces que helado vas a pedir- dice Javier mientras estamos en un taxi.

Después del incidente con su coche decimos que era mejor no arriesgarnos y preferimos ir en taxi hasta uno de los locales más famosos por vender lo sabores más raros de helados.

Ya había ido algunas veces, y siempre había algún sabor nuevo, una vez probé uno de nuez y leche, no me encanto pero sin duda la experiencia fue agradable.

-Mmm no lo se- digo mientras veo a través del cristal del coche las casa y edificios pasar.- algo nuevo seguro.

-Genial, yo supongo que me iré por el de menta, siempre a sido mi favorito.

En ese momento el coche para y el taxista nos avisa que llegamos. Javier insiste en pagarle al taxista, y después de una pequeña riña yo "me rindo".

O mejor dicho le hago creer que me rindo ya que bajo del auto y el me sigue. Pero antes de que pueda cerrar la puerta me acerco a la ventanilla del taxista que en ese momento la tiene completamente baja a pesar del frío clima y le intercambio el dinero de Javier por el mío.

Cuando el se quiere dar cuenta el taxista sube la ventanilla para en menos de un segundo poner en marcha a su carro y perderse de vista.

-Gané- le informó lo obvio antes de devolverle el dinero.

*******

-pero al final logré hacerme con el perro y ahora vive conmigo- termina de contra la historia de como logro tener un perro a pesar de las restricciones de su mamá.

-Yo nunca tuve una mascota.- digo recordando ese lejano sueño que tenia cuando era niña de que en algún cumpleaños recibiría una caja y que al abrirla un hermoso perro estaría esperándome. Claramente eso nunca paso.

-Piénsalo así, cuando tengas tu propia casa y seas completamente independiente podrás tener uno. - dice antes de terminar su helado de un solo bocado.

Si, al final y a pesar de mis insistencias Javier se compró un helado de menta porque, y cito: "ya aprendí la lección, no me dejaré llevar por los demás"

Aunque a mi no me parecía dejarse llevar, solo era ampliar los horizontes arriesgándote a nuevas cosas.

Y hablando de cosas nuevas, lo de ser independiente me asusta un poco. Creo que en ese sentido soy como Javier. Me gusta estar en casa de mis padres, con mi habitación, la comida de mi madre o las charlas de mi padre.

-Tal vez - digo solo por darle una respuesta aunque no estoy muy segura.

Se que mis padres no vivirán por siempre, pero tampoco me apetece mucho la opción de dejarlos.
O mejor dicho, me ATERRA la opción de tener que irme de casa, de tener que hacer mi vida de adulta. Ellos me apoyaron, nunca se fueron cuando todos en mi colegio y vecindario decía que "era una exagerada" que "solo buscaba alguna excusa para llamar la atención" y la que más repetían esas personas "se cree mucho y lo va alardeando por allí" . Yo NO alardeaba ni siquiera quise que alguien se enterara, pero las noticias volaron como pólvora cuando se lo conté a las autoridades del instituto.
Por eso no quería separarme de mis padres. Ellos nunca me juzgaron, tampoco  dudaron de que estuviera mintiendo. Ellos fueron mi pillar, el único pillar que tenía y temía que si me separaba de ellos ese pillar se desvanecería y tendría que construir un nuevo pillar pero cuando eso pasara yo sola tendría que cargar y llevar el peso de ese pillar.

*********

Hacía rato que había acabado mi helado de fresas con limón, pero con Javier seguimos sentados en el mismo lugar conversando de cualquier cosa, la mayoría eran sobre nuestra niñez.

Me agradaba Javier, era un buen chico, guapo y muy amistoso.

-¿En donde te gustaría vivir cuando acabes la universidad?- pregunta para cambiar de tema y acabar con el pequeño silencio en el que nos habíamos sumido.- me refiero a cuando ya tengas tu propio dinero y puedas mantenerte.

No me gustaba esa pregunta, me daba cuenta que Javier miraba la vida muy para adelante. El se se traba en su futuro, yo por mi parte no pensaba mucho en eso.

Si que lo había pensado, pensaba en vivir en algún lugar, algún pueblo en el que por lo menos la mayoría de personas no tuvieran la inyección. Que se apreciaran a mi supongo, que no se fijarán solo en lo que un estúpido número les decía sobre las personas.

-Supongo que en algún lugar calmado, donde sus habitantes ni estén locos por ponerse la inyección. ¿Y tú ?

-Pues apenas me gradué me iré a algún otro país y trabajaré allí. No me importa cual sea solo....- se quedo pensando. Mirando a nada en específico- solo quiero viajar un poco, y claro siempre me deberá acompañar mi perro.

No se como, ni que fue exactamente lo que hizo que yo reaccionara. Pero cuando nombro que en su futuro veía a Nachos ( su perro) acompañándole a todo lado. Yo lo vi. Fue como un flash que hizo que yo me imaginara compartiendo con Gab esos viajes que Javier soñaba. Y aún más me asusto que me encantara la idea.

Eso... eso solo podía significar una cosa.

Me gustaba Gabriel.

-¿Que hora es? - preguntó tratando de recuperarme del gran impacto de ese sentimiento.

En el fondo yo ya lo sabía. Siempre supe que si seguía por ese peligroso camino con Gabriel terminaría enganchada.

-7 minutos  para la cinco - respondió viendo su reloj de color negro en su muñeca izquierda.

-Ya voy tarde para mis tutorías- respondo levantándome rápidamente y recogiendo mi celular de la mesa.

Dios, esperaba llegar a tiempo. Necesitaba decírselo. No podría seguir dándome tutorías, no cuando yo sentía algo por el.

Javier se ofreció a acompañarme, pero me negué. Necesitaba aclararme y pensar en lo que le diría a Gabriel.

*****

El viaje no me ayudo, a pesar de que estuvimos varados en la carretera por casi 20 minutos no logré encontrar las palabras adecuadas. ¿Se lo soltaba así nomas? ¿O se lo explicaba hecho por hecho? No lo sabía.

Lo que si sabía es que ya eran las 5:30 y según mis cálculos tardaría por lo menos otros cinco minutos en llegar a casa de Gab.  Para ser sincera se me hacía raro que no hubiera llamado aún, la última vez había llamado al poco tiempo de mi retraso.

Al final llegue casi a las 6, sin ninguna llamada o mensaje de Gabriel. Quisiera decir que no me importo, ¿pero ni un mensaje pudo manda?

Subí las gradas del edificio preparada para soltar alguna broma sobre mi retraso y su falta de atención a ello, pero me sorprendió que el que apareciera en la puerta no fuera Gabriel, si no su amigo Mich, no lo conocía mucho así que no podía decir mucho de él al respeto pero lo que si se con seguridad es que se sorprendió de volver a verme.

-eh hola Amalia- por suerte si que se acordaba de mi nombre.

-Hola Michel - respondo mientras ingreso a el departamento. Ni siquiera alcanzó a dar tres pasos cuando mi mandíbula se abre por la sorpresa.

*****
Holaa

Bueno aquí está la segunda parte del capítulo. Espero les haya gustado.

A ver primero que todo:

¿Que creen que vio Amalia?

¿Creen que Gabriel decidirá dejarse llevar por sus sentimientos?

Bueno, ahora si para lo que vine.
Les vengo a decir que la historia tendrá alrededor de 26 capítulos así que ya estamos llegando a la recta final.

Espero que de verdad les esté gustando la historia, y ya eso era todo.

Besos😘

Nos vemos el sábado o el domingo

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