chapter 3

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Y así es como 3 años pasaron de la nada

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Y así es como 3 años pasaron de la nada.

La relación entre Akaashi y Bokuto nunca cambio, siguieron siendo los mejores amigos de siempre, aunque nuestro chico de cabello azabache no podía olvidar lo que sentía por el.

Ingresaron a la universidad de Tokio con un año de diferencia, Kotaro siguió su camino del vóley mientras Keiji se desvió hacia su pasión, la literatura. Akaashi amaba escribir, plasmar infinidades de sentimientos en cada plana que pudieran representar al lector y hacerlos sentir cómodos con la lectura.

Akaashi intento olvidar toda acción del pasado y comenzar una etapa nueva, pero no lo podía lograr, su cerebro no se lo permitía. Estaba tan en contra de el que cada vez en cuando los relatos que escribió en ese apreciado cuaderno aparecían en sus sueños con lujo y detalle, ocasionando que varias veces el pelinegro amaneciera con lagrimas en los ojos.

Como le encantaría que todo eso se detuviera.


" Keiji estaba terminando su ultima clase de la mañana, su estomago ya no daba mas del hambre ya que esa mañana se quedo dormido y no tuvo oportunidad de desayunar apropiadamente, eso le pasaba por obsesionarse en terminar el trabajo de literatura barroca el mismo día que se la entregaron, no quería dejar atrasado nada, ocasionando que le dieran las 4 de la madrugada  terminando este.

-Y eso seria todo por hoy, que tengan buena tarde- al escuchar eso Akaashi guardo sus cosas para salir luego de la universidad, solamente quería buscar algo para comer.

Al llegar a la salida ve a alguien esperándolo con una gran sonrisa, Keiji corre hacia el haciendo que el contrario perdiera un poco el equilibrio por el abrazo que le proporciono el pelinegro.

-Bokuto san, ¿no tenias que entrenar hoy?-  Akaashi mira al contrario con unos ojos desbordantes de alegría.

-Vi que hoy saliste sin comer, supuse que tendrías hambre a estas alturas del día- le acaricia el rostro al menor - ¿Qué te parece ir a la nueva tienda de onigiris que viste el otro día?

-Me encantaría- Akaashi sonrió con ternura y procedieron a caminar hacia su destino.

No podía estar mas enamorado de ese hombre."


Y como odiaba seguir sintiéndose así.

Despertó con un sobresalto como todas las veces que soñaba con esos sucesos, toco su rostro esperando sus mejillas húmedas, cosa que no ocurrió esta vez y se alegraba por eso.

Vio su reloj, estaba dentro de la hora para alistarse. Desayuno y ordeno un poco su apartamento ya que anoche llego un poco cansado como para realizar esa tarea, teniendo todo eso listo se dispuso a realizar su típico recorrido hacia la universidad.

Ya era la hora del almuerzo y ese día no se había preparado un bento para llevar, así que tocaba buscar alguna tienda cercana para poder alimentarse. Estaba saliendo de la universidad cuando le llega un mensaje de texto

          

<No podre acompañarte a comer hoy, el entrenamiento esta siendo duro, te lo compensare otro día.

-B.K.>

Realmente a Akaashi no le disgusta estar solo, pero se había acostumbrado tanto a su compañía que se sintió bastante triste al leer ese mensaje.

Guardo su teléfono y se dirigió a la salida, pero se detuvo en un segundo cuando vio una persona en especifico pasar por fuera de la entrada de la universidad. Esta persona ocupaba un uniforme de algún restaurante con un tipo jockey que reposaba en su cabeza, pero no alcanzo a distinguir su rostro.

Keiji no supo en que momento comenzó a seguirlo, camino por alrededor de dos cuadras detras de esa persona que le llamo la atención, de alguna forma le iba a servir ya que al parecer ese individuo trabaja con comida. Siguió absorto en sus pensamientos hasta que vio a la persona entrar en un local, el pelinegro se detuvo para observar el local; sus ojos se abrieron de par en par cuando vio el nombre de la tienda.

"Onigiris Miya"

No supo cuanto tiempo se quedo afuera, pero su estomago se tuvo que hacer presente y rogarle que le diera algo de comida, y resultaba ser que los onigiris eran su platillo favorito. Se dispuso a entrar al local ocasionando que sonara la campanilla alertando de su llegada.


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Era el segundo día de la apertura de su local en Tokio, no podía estar mas emocionado.

Osamu después de la escuela decidió seguir su camino en la cocina, el amaba cocinar y los onigiris eran su especialidad.

Comenzó con un pequeño puesto en algunas ferias en Hyōgo, después logro abrir su primer local en el centro de la ciudad. Su siguiente paso era llegar a Tokio, trabajo demasiado en eso hasta que lo logró, dejo a algunos familiares encargados del primer local y decidió irse a Tokio para dirigir la tienda.

Estaba preparando junto a una ayudante algunos onigiris cuando sintió la campanilla de la puerta, esa seria la primera venta del día.

Se limpio las manos para permitirse atender al cliente, se dio la vuelta hacia el mostrador.

-Bienvenido, es que puedo ayu...- no alcanzo a terminar la frase por la sorpresa -Akaashi san...- dijo bajito.

-Creo que aun me recuerdas- Dijo el pelinegro con una sonrisa -Hace mucho que no nos vemos, desde esa vez que me ayudaste en el partido, nunca te lo pude agradecer-

Osamu no supo como reaccionar, en cualquier momento su cabeza explotaría. Su amor por el colocador del fukurodani nunca desapareció, pero había aceptado que nunca podría haber algo entre ellos.

Keiji se preocupo al no ver reacción alguna en Miya, comenzó a hacerle señas para ver si salía de una vez de su trance, hasta que lo consiguió

- Oh Akaashi san, mis disculpas, he estado algo cansado estos días por la apertura del local- dice nervioso, no puede creer que es la primera vez que tenia una conversación con el y ya la había cagado quedándose congelado, increíble.

-No te preocupes- mostro esa sonrisa tan cálida que derretía al peligris- me gustaría unos onigiris a elección del chef para celebrar.-

-Los onigiris Aka son mi nueva preparación que aun no se han vendido, me gustaría que los probaras- en estos momentos Osamu era un verdadero tomate, aun no sabia como podía seguir la conversación sin tartamudear.

-Seria un placer-


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Akaashi se despertó exaltado, había dormido tan bien que se le olvido que esa mañana tenia clases. Se vistió como pudo y salió disparado del apartamento hacia su facultad, su estomago lamentara no haber sido alimentado.

Esa mañana fue pesada, investigaciones nuevas, exámenes que se acercaban y un estomago vacío que le reclamaba comida. Keiji se sentía cansado, la universidad lo consumía por completo y necesitaba distraerse. Llamo a Bokuto para ir a almorzar juntos pero nuevamente rechazo la oferta, últimamente habían estado muy distantes y eso lo lastimaba.

Caminaba con la mirada en el suelo dirigiéndose hacia la salida sin rumbo fijo aun, pero antes de salir chocó con una persona que estaba parada en su camino, levanto la mirada para disculparse pero esas palabras no salieron de su boca, Osamu lo esperaba con una gran sonrisa junto a una bolsa de onigiris recién preparados.

-¿Quieres almorzar?-



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HOLAAAAA

DISCULPEN POR LA HORA, PERO CREO QUE EN LA MADRUGADA ES DONDE LLEGA TODA LA INSPIRACIÓN.

ESPERO QUE LES GUSTE EL CAPITULO Y NOS VEMOS EN UNA PROXIMA ACTUALIZACIÓN!!!!!.

dancing with another man - OsaAkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora