¿Los Demonios? Bueno hasta donde se sabe:
Tienen piel roja y tan caliente que el más simple tacto podría causarte una quemadura severa, unos cuernos y dientes tan grandes y filosos que podrían atravesar cualquier cosa, cola larga y delgada. Los s...
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—¿HYDRA la secuestró? O sea , ¿dejaste que HYDRA se la llevara? —comentó entre dientes molesto Pietro, muy molesto, y queriendo hacer sentir mal a Bucky.
No sabía cómo sentirse, estaba preocupado y tenía miedo de que algo te pasara.
—Carajo escúchame, no vine a discutir, necesitamos sacarla de ahi, pero primero debemos lozalizarla y buscar mas ayuda. Nosotros solos no seremos capaces de hacerlo —dejó en claro Bucks
—Claro que no —respondió Pietro con tono venenoso, el peli plateado suspiró—. Debemos hablar con Stark, de otra froma no podremos llegar a nada.
—Yo lo contactaré si gustan —dijo Viernes desde el bolsillo de Bucky, este sacó el telefono y lo puso entre él y Pietro.
—Esta bien Viernes, gracias —dijo Pietro amable
•••
Habian pasado varias horas y no te habian vuelto a molestar. Seguiste intentando usar tus poderes, en ningun segundo dejaste de intentar usarlos, para al menos contactar a quien sea del grupo y decirles donde estabas, que necesitabas ayuda.
No veias nada, solo oscuridad; hacia frio, sentias el frío suelo junto a tu piel desnuda. Por suerte no era algo que te afectara aún. Pusiste tus piernas en tu pecho y las abrazaste, mientras te quedabas en una de las esquina de aquella habitacion. Necesitabas ropa, era deprimente para ti estar en esa situación; sin ropa, con hambre y dolor en cada parte de tu cuerpo. Lo soportabas como podias, pero no sabrias si aguantarías más tiempo así.
Escuchaste varios pasos pero no sabias a donde se dirigían. Entonces, la puerta de lo que era una celda para ti se abrió, y viste demasiada claridad que te incomodó a los ojos. No pasó un segundo que 4 soldados entraron a la celda y cada uno apuntó a tus extremidades. Ni siquiera pudiste recalcular la situación, que ya tenias 4 balas en tus brazos y piernas. Quisiste quejarte, pero no les diste el placer.
"Malditos hijos de perra, los matare a todos"
Una gran furia emanaba de ti, y si las miradas mataran ellos ya estarían mas de mil metros bajo tierra con cuchillos en sus ojos y cabezas.
—¿Como estas, linda? —otro hombre entró y se acercó a ti, poniendose de cunclillas te observaba, cada vez su rostro estaba mas cerca de tu cara.
Tu lo miraste y cuando estuvo lo suficientemente cerca le diste un cabezazo, rompiéndole la nariz. Él se hizo hacia atras y puso su mano en su nariz para detener el sangrado.
—Perra —caminó hacia ti y te sujeto del pelo, para despues golpearte contra la pared y por ultimo golpear tu cara con su rodilla.
Tu cuerpo se desplomó lentamente hasta llegar al suelo, te habia dolido.
