Yo sí, pero bueno, eso lo discutimos luego.
Después de un día aguantando clases, tomando apuntes y avisando a Tyler de que como me vuelva a tirar un trozo de goma se la va a comer, estoy sentada en las gradas con Cami y Marta, intentando centrarme en el libro de Geografía que tengo en las piernas.
Palabra clave, intentando.
-Abandona ya, Ali.
-Solo me falta aprenderme estos cuatro ríos y termino, Cami.
-Llevas quince minutos para esos cuatro ríos.-
Oops
-Es que tienen unos nombres muy raros.- Digo yo, indignada. -No podían haberlos llamado de una forma más simple.
-Carlos lleva todo el entrenamiento mirándote.- Comenta Marta con un canturreo.
-Carlos puede meterse los zapatos de fútbol por los ojos. Y Andrés no para de mirarte a ti.
-Creía que estabas intentando aprenderte los ríos, ¿por qué tan atenta en los jugadores?
-A ver más obvio no puede ser.- Marta pone los ojos en blanco y devuelve su atención a los jugadores de equipación roja. Tyler y Cody se hacen pases entre ellos, de vez en cuando chutando a la portería, pegando brincos de celebración cuando marcan y soltando quejas cuando se les va la pelota.
Me había dado cuenta al principio de que Alex no había asistido al entrenamiento. Pues sí, sí que ha dejado el fútbol. Me sorprende, acostumbrada a verle jugar en el equipo desde que era pequeño.
-Ali,- Tyler viene corriendo desde su sitio en las gradas, con una sonrisa en su cara que hace que se marquen sus hoyuelos. -Si me esperas veinte minutos, te puedo llevar a casa.
-Vale, gracias Ty.
-De nada cariño.
-¿Y vosotras qué vais a hacer?
-Yo voy a llevar a Marta, y en principio te iba a preguntar a ti también, pero si te lleva Tyler, eso que me ahorro.
-Pues nosotras nos vamos en diez minutos entonces.- Esperan a que los jugadores empiecen a recoger para irse y yo me quedo sola en las gradas, haciendo un último intento para memorizar los cuatro ríos que me quedan.
-¡Vera!- Me giro al escuchar mi nombre, viendo que el campo ya está vacío. Absorbida en mis pensamientos, no me había fijado de que los chicos ya se han metido en los vestuarios.
-¿Qué?
-¿Podemos hablar?
-¿Eh?
-¿Qué si podemos hablar?- Él repite.
-Vale.- Respondo, sondando más como una pregunta que una afirmación. -¿Qué quieres, Sierra?
-Fui bastante cabrón el otro día.- Él dice, y clava sus ojos oscuros en mí. ¿Qué está pasando? Os aseguro una cosa, en todos los años que he tenido que aguantar a Carlos en mi curso, muy pocas veces le he oído pedir perdón.
-Pues sí.
-Te propongo algo,- veréis, a ver que se viene ahora. -Te intentaré compensar por lo del otro día.- Entrecierro mis ojos cuando hace una pausa. -Tú, yo, este viernes.
-¿Qué qué?- Yo pregunto aturdida.
Él se ríe con esto.
-Me has escuchado bien Vera, ¿este viernes te parece bien?
-¿Eh?- Os juro que no entiendo nada.
-Madre mía Vera, creía que eras lista, te estoy invitando a salir.
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Nuestro Secreto Justiciero
Teen FictionLa elección entre el bien y lo que nosotros queremos es la más complicada. Alicia Vera pensaba que el bien siempre sería lo que ella quería, ya que, si una decisión es mala, cómo iba a querer elegirla? Actualizaciones los viernes