A penas recuerdo nada sobre mi estancia en casa de mi tía Annya. Lo que si sé, es que, por aquella época mi abuela paterna cayó enferma, el padre de José murió tiempo antes, pero yo casi no recuerdo nada, solo recuerdo que era ciego y como era tan pequeña me daba miedo acercarme a él. Nunca supe como realmente fue, y ahora que no estaba me arrepentía mucho de aunque sea haber establecido un pequeño contacto con él.
Nuestra casa quedó sola, no vivía nadie allí. Los hermanos de papá se turnaban para quedarse con mi abuela, el tiempo que mi familia dejó de ser una, padre estaba con su madre.
Megara, seguía enamorada de él, y en ocasiones la escuché hablar con tía Annya sobre la posibilidad de que papá estuviera con otra mujer en estos momentos. Sin embargo, yo aún recibía señales de vida de él. Una vez a la semana, papá, dejaba unos cuatro sobres de cromos para ponerlos en sus respectivas revistas, acompañadas con una breve carta donde me felicitaba por mis notas, me decía como estaba el y me daba avances sobre el estado de mi abuela.
Por suerte no fui una niña pequeña de esas que tienen incontinencia verbal. Nadie jamás supo de esto, supongo que cuando crecí no era algo importante que me afectara.
Megara vio una salida viable, su ''marido'' no estaba en casa y tardaría bastante tiempo en volver.
Estuvo en casa de su hermana aproximadamente menos de un mes. Un día comunicó su decisión, volvió a hacer las maletas y mamá y yo volvimos a casa. Sin papá...
Al principio papá no cambió su forma de comunicarse conmigo. De pronto, dejó de hacerlo, primero fue una semana. Fui con mamá a abrir el buzón y me extrañé al no ver nada... Las dos siguientes semanas fueron más de lo mismo. Estaba triste, en mi mente de una niña de unos siete años ya cabía la posibilidad de que José nos hubiese abandonado.
Durante esas tres semanas, noté a mamá más feliz, como no había señales de vida de aquel hombre, pero yo solía pedir algún que otro deseo cuando una pestaña se caía, solía decir: ''Que volvamos a ser una familia'' o ''Que papá vuelva''.
Tal vez ese deseo fue uno de mis grandes errores.
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-Al final me decidí por estudiar psiquiatría- informó Alessia a Dan, que estaba sentado frente a ella.
-Recuerdo que lo pasaste muy mal cuando hubo que escoger entre las ramas de ciencias y letras- rio Dan.
-Me sigo poniendo tensa cuando lo recuerdo, pero fíjate, aquí estoy. Trabajo en San Juan De Dios.
-Ammm, me he quedado igual, pero me alegro tanto por ti Alessia.
Egan no hablaba en la conversación, se limitaba a sonreír y mirar atentos a mis dos amigos; yo hacía lo mismo hasta que la conversación se tornó en mi trabajo.
-¿Qué hay de ti Alba? Bueno de algo me he enterado que has sacado un libro o algo así, creo.
-Em, si, pero cumplí mi sueño de estudiar periodismo y trabajo en el periódico local de Madrid y a veces en la radio... Pero creo que ya sabes de nosotras, hace como diez años que no sabemos nada de ti Dan, dinos a que te dedicas, no se, di algo de ti- reí
-Bueno, si tanto insistís, al final fui a Cádiz ha estudiar marketing y ahora tengo mi propia empresa de papel higiénico, doble capa en, huelen a vainilla- dijo Dan y se quedó tan ancho.
Una pequeña risa salió de la boca de Egan.
Alessia y yo nos miramos con los ojos abiertos, un poco, bueno, bastante sorprendidas. Volvimos a mirarlo a el.
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QUERIDA NIÑA INMADURA
Non-FictionAlba ha crecido, Alba ya no es aquella tonta niña inocente e inmadura. Alba quiere expresarse, contar su historia. Ha vuelto para reencontrarse con el mundo y sobre todo para encontrarse a si misma. Pero habrá muchos obstáculos en el camino. Pero si...