Anticuerpos 2: Código Quimera

Capítulo 12: El Faro

(Lucas)

Había cierta inquietud en el ambiente, cierta expectación. Cómo cuando uno mira una película de suspenso y espera el momento en el que el asesino decida (o no) atacar. Es raro, es un momento muy extraño.

No conocemos a Maximiliano salvo por el último par de horas y por lo que nos contó de su vida previa al momento en que lo encontramos. Por ende, no hay razón para confiar en lo que sea que nos haya dicho. Pero si usamos esa misma lógica tampoco habría razón para desconfiar.

Aunque si tenemos en cuenta su último relato, ciertamente es preocupante saber que pertenecía a los Raptores y que quizás pudo acudir a ellos para delatar nuestra posición.

—Ok... Hay que pensar bien nuestro siguiente movimiento —Jazmín camina de un lado para el otro mientras nosotros tres la observamos desde la mesa.

—Solo hay que seguir nuestro camino, nada más —aporto tratando de aminorar la palpable tensión en el ambiente.

—¿Y si necesita ayuda? —exclama Abril bastante preocupada— ¿Que tal si los Raptores lo agarraron y ahora necesita que lo ayudemos?

—No es nuestro problema Abril. Además, yo no le creí ninguna palabra —determina Ezequiel mientras limpia la culata del rifle.

—Si, ya me lo imaginé, señor desconfianza.

—Si, soy desconfiado ¿Y qué?

—¡Basta los dos! —a pesar de ser la más pequeña, Jazmín pone orden en la discusión— Lucas ¿podes ayudar?

—Ya les dije, hay que irse y seguir con lo nuestro. Tenemos una misión que cumplir. Seguro Maximiliano va a estar bien, nosotros nos tenemos que ir.

—No me sorprende del Bedél, siempre pensando en la misión ¿no? ¿Y que hay del resto? ¿No importan?

—Esto lo hacemos por el resto Abril, es el punto de la misión. Además ¿porqué te ponés así por un extraño? ¡Lo conociste hace apenas unas horas!

—Prefiero tratar con extraños en todo caso —exclama con cierto desdén para luego irse afuera.

Odio que nos llevemos así, pero la fricción entre nosotros aumenta y parece que no puedo hacer nada para aminorarla.

—¿Qué sigue Lucas? —pregunta Ezequiel.

—Puerto San Julián... Saki ¿Planearías la ruta, por favor?

—Claro, Puerto San Julián se encuentra a 103 kilómetros. Recomiendo un viaje en tres etapas, usando los viejos puestos de las estancias abandonadas como puntos de referencia para poder descansar. Habrán posibles encuentros con Bokrug y la temperatura mejorará notablemente en el transcurso del día.

—¿Mejorar? ¿No se supone que estamos en invierno? —pregunta Jazmín confundida.

—¿Estamos rodeados de alienígenas y a vos te parece raro el clima? —retruca Ezequiel juntando su bolso.

—Ok chicos, nos vamos. Jazmín, haceme un favor... Hablá con Abril, por favor.

Luego de juntar las cosas, comenzamos a caminar de vuelta hacia nuestra misión principal. El clima mejoró bastante tal cual pronosticó Saki y eso se agradece. La temperatura era de unos 15 grados, no hacía calor pero por lo menos no estábamos congelandonos. Y si, a pesar de ser raro tal cual lo señaló Jazmín, lo cierto es que no es la única anomalía de la cuarentena. Y eso puede, como no, reconfortar.

Avanzamos y Abril apenas me habla. Es raro, por momentos parece que podemos retomar una conversación y luego cae ante la rememoración de un recuerdo que la aleja aún más. Sin tener en cuenta las ganas que tenía de que ayudaramos a Maximiliano y el hecho de que haya decidido dejarlo atrás produjo que se alejara aún más.