~I falling you:
Ya había pasado una semana desde que Jimin decidió soltar todo lo que había estado guardando por mucho tiempo.
Fue repentino, el rubio no iba mentir, aún tenía fresco en la memoria el abrir de la puerta y ver un rostro nuevo observarlo.
No sabía dónde meter la cabeza, pues por deducción propia tenía entendido que aquella señora era la madre de su ahora alfa, así que con un ligero suspiro y con los nervios recorrer su cuerpo, saludó.
La señora Jeon por lo único que optó fue sonreír y lanzar un llamado a su hijo que se hallaba en el baño mientras que "el no saber que hacer de Jimin" aumentaban en cada segundo, pero por suerte el azabache salió rápido, pues entendía la razón del llamado de su madre, ya que encontrarse con alguien extraño en la habitación de su hijo no era para nada normal.
Aquel alfa ni bien salió, cogió la pequeña mano del omega con delicadeza para observarlo, diciéndole con la mirada que estuviera tranquilo, que si estaba con él todo estaría bien.
"Sentía que su corazón explotaría en cualquier momento."
Recordaba con claridad el gesto de la madre del azabache, era uno totalmente desconcertante añadida con el "dun, dun, dun" del taco contra el suelo, buscando una razón suficiente para lo que sus ojos veían, siendo así que Jungkook aclarando su garganta la observó serio para hablarle con formalidad y confesarle que aquel chico que tenía sujetado de la mano era su omega, aquella persona que quería tener para toda la vida, que sin importar qué o quién nunca lo dejaría porque lo amaba más que a su propia vida.
Aquellas palabras hicieron que su progenitora formará una "o" perfecta con sus labios mientras que el rubio no sabía que decir ante todo esto, era la primera vez que alguien lo presentaba de esa forma.
Una situación con demasiada intriga a su punto de vista, pues podía ser que su futura suegra lo rechazará y era lo que menos quería.Cuando la omega iba a hablar, el mayor desligó su pequeña mano del alfa que lo miró curioso.
¿Qué se suponía que haría?
Adelantó sus pasos mientras tragaba saliva con aquel nudo en el estómago por los nervios y generar una reverencia de más de 90°.
Lo primero que declaró fue que amaba demasiado a su hijo, que quería pasar el resto de sus días a su lado y que por favor le permitiera esa dicha.
La señora ladeó la cabeza, soltando un suspiro y repentinamente cogió las mejillas del que había hablado, viendo sus mejillas coloradas y lo sinceras que habían sido sus palabras.
Era extraño para ella que su menor hijo se enamorará, tantas historias de amoríos que Jin le había contado que se le complicaba creer esto pero al parecer iba enserio, entonces sonrió ampliamente para felicitar al azabache por la buena elección que hizo, pues el rubio era hermoso.
Después de unos halagos y las confirmaciones de Jungkook sobre lo perfecto que era su novio, la señora decidió retirarse pero sin antes darle una palmaditas en los glúteos acompañado de un "que buen cuerpo tienes" en són de gracia, a lo que Jimin automáticamente avergonzado se sonrojó por el gesto.
(...)
Ni bien abrió sus ojos pudo ver como el menor lo contemplaba en silencio.
_Buenos días, cariño_ dijo con una sonrisa tierna, una de esas típicas sonrisas de conejito que lo caracterizaban y que enamoraban más al rubio.
_Buenos días_ sonrió adormitado mientras arrugaba su naricita y fruncía su ceño por la capa de sol que caía por la ventana.
La mano del contrario se posó sobre sus delicadas hebras para respirar profundamente y captar aquel aroma dulzón que le causaba satisfacción.
_Quiero despertar cada día a tu lado, ver tu hermosa carita dormida mientras me pregunto, ¿qué haremos hoy?_ declaró Jungkook con la mirada pérdida en los ojos caramelo que lo observaban.
"¿Podía amarlo más?"
En verdad aquel alfa era todo lo que alguien necesitaba.
Esa forma matutina de demostrar sus sentimientos lo llevaban al borde, el observar como su manzana de Adán subía y bajaba por lo acelerado que suponía que su corazón estaba lo derretían pero más fuerte fue la conmoción cuando el más alto acercó su rostro al suyo para paso continúo estampar un beso en su frente, luego en su nariz de botón y después dar parada fija en sus pomposos labios, bajo su atenta mirada el rostro del azabache estaba sonrojado lo que lo hacía ver tierno.
Direccionó sus deditos a la amplia espalda de su alfa para intensificar el cálido beso que embriagaba cada uno de sus sentidos mientras que para el menor en estos momentos nada más sacudía su cabeza que el sabor a cereza de los carnosos labios de su pareja.
Mordió por lo bajo, dejando escapar de los labios de Jimin un melodioso "ah~" que resonó automáticamente en sus oídos como una dulce melodía, así que separándose un poco dió invitación a que su lengua saliera a explorar los labios del más bajito que lo miraba abrumado por el olor que dejó desprender, así que dando leves lamidas en la parte superior e inferior saboreó un poco más para poco después juntar ambos labios en un beso algo más necesitado y caliente.
El alfa en un movimiento hábil puso por debajo suyo al omega sin despegar la unión de ambas bocas y cuando iba a intensificar la situación por la calentura de su cuerpo la puerta sonó.
_¿A qué hora creen que bajan?, ya es tarde_ anunció detrás de la habitación el estudiante de medicina.
"Justo ahora"
_¡Ya vamos!_ exclamó en un gruñido el azabache para luego sentir como una manitas acunaban su rostro.
La carita angelical e inocente que mostraba Jimin era una de sus mejores facetas, esa gran versatilidad que tenía siempre lo mataba.
Él era tan caliente pero tan tierno, por unos momentos podías verlo ser ese descarado con altos niveles de coqueteo para que a los minutos formule un puchero y arrugue su pequeña nariz.
_Hoy te toca presentar la canción que la señorita Jung estaba enseñando_ musitó una ligera sonrisa a lo que el contrario asintió.
_Quiero dedicartela_ relamió sus labios para bajar un poco su cuerpo y dejar un beso cálido en su frente, alegrando mucho al rubio junto a su lobito que no dejaba de estar agradecido por tener al alfa a su lado.
_Será mejor que ya bajemos, si no queremos llegar tarde_ dejó un segundo beso en las manos de su pareja para incorporarse de la cama, acto que Jimin siguió.
(...)
Una vez llegaron a la Universidad, los ojos de envidia no dejaban de posarse en ambos, pues obviamente estaba, los dos chicos más hermosos del lugar habían terminado juntos, una desgracia y dolor para muchos que querían tener una oportunidad con ellos.
Ambos venían agarrados de la mano, un sueño que siempre había tenido Jungkook, pues él siempre había deseado poder al menos tener esa cercanía como su amigo lo tenía con Taehyung y ahora lo estaba haciendo realidad.
Podía tomarse la libertad de buscar a Jimin en algunos cursos para ir ambos al receso, acompañarlo en la cafetería e inclusive cargarlo cuando los caprichos del pequeño se presentaban, sin embargo había una peli-naranja con el corazón roto que observaba absolutamente todo.