𝔇𝔦𝔬𝔰 𝔢𝔰 𝔪𝔞𝔩𝔬┆[J. Jaewon] ©

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꒱࿐♡ ˚.*ೃSé de los muros en los que te escondes.

ㅡDie for you

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2018:

─¿Qué sucede ahora Victoria? ¿no crees que ya tenemos suficientes problemas como para que quieras seguir jugando al detective? ¿qué pasa si el señor Jay se entera de esto? ─Le reclamó Jaewon a Victoria─

Eran la 1:00 A.M y como era de costumbre Jaewon, Yeri, Rosé y Victoria se reunieron para repasar lo que hicieron durante el día y al Yeri abrir la boca y contarle a Jaewon lo que pasó con Seulgi y con Momo, Jaewon no se quedó muy contento que digamos.

─Ese problema es mío, no sé porqué hacen tanto escandalo por eso. ─Le respondió Victoria al borde del llanto, no quería parecer débil pero era tan la presión que ya no tenía sentido guardarse sus líos para ella sola─

─No son sólo tus problemas, tu me importas...

Jaewon iba a continuar pero cuando notó la cara de sorpresa de las tres chicas se detuvo y repenso lo que había dicho dándose un golpe mental por eso. Había quedado como un marica, según el.

─Es decir, nos importas a todos nosotros y creo que también nos importa nuestra vida como para morir por algo tan estúpido como eso. ─Habló Jaewon tan rápido como su cerebro le permitía─

Yeri dejó escapar un risita al ver el seño fruncido de Rosé, claramente molesta por lo que Jaewon había dicho mientras el chico se ponía cada vez más rojo.

─Ya dejen de decir tonterías, ya es tarde y es hora de dormir. ─Habló ésta vez Rosé sacando a Victoria y a Jaewon de su trance─

─Dejemos que Won duerma aquí hoy. ─Propuso Yeri y Rosé rodó los ojos sin embargo era inútil negarse─

Al final Jaewon se quedó a dormir ahí.

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Victoria seguía al acecho de Seulgi. Eran las nueve de la mañana y tenían una especie de recreo antes de comenzar con las clases después de la misa.
Victoria aprovechó esto y siguió a Seulgi quien se alejaba rápidamente del resto hacía la salida rumbo al tan temido patio de la Iglesia.

Sin que la Coreana se diera cuenta, Victoria entró junto a ella y se escondieron en un pasillo. Seulgi se recosto sobre la pared áspera fe cemento y se dejó caer hasta el suelo mientras lloraba silenciosamente y escondía su rostro entre sus brazos.

Victoria salió de su escondite y se sentó junto a Seulgi en silencio esperando a que esta notara su presencia. Cuando al fin lo hizo, levantó la cabeza y aún sorprendida se alejó de ella limpiandose las lágrimas.