Back and Forth. (Camren)

14.

 

 

            -Lauren, ¿Va todo bien?-preguntó su madre, sentándose al lado de su hija en la cama.

            -No lo sé. Camila y yo no estamos bien, y me ha dicho que quiere decirme algo…

            -¿Crees que te va a dejar?

            -Gracias por dejarlo tan claro mamá.

            -Lo siento. Espero que no sea eso, tú dale una oportunidad.-le dio un beso en la cabeza a su hija y se fue, dejándola sola en la habitación.

Lauren estaba aterrorizada. El último mes había sido un desastre. Camila había estado peor de ánimo, y cada día discutían, Camila salía corriendo y la hería. Pero aun así, siempre acababa volviendo a sus brazos unas horas después. Aun así tenía miedo. ¿Y si Camila se había dado cuenta de que ella no era suficiente? ¿Y si se iba a rendir con su relación? Se frotó las manos, sudorosas y temblorosas. Cuando escuchó el timbre, quiso saltar por la ventana y salir corriendo de allí, muy lejos.

Escuchó a su madre saludar a Camila, y decirle que estaba en su habitación. Los pasos de Camila se oían a través de su puerta, y cuando el pomo se giró, Lauren podría jurar que se le saldría el corazón del pecho. Se levantó de la cama de un salto, y la miró con nerviosismo. Camila la miraba tranquila, con una leve sonrisa dibujada en sus perfectos labios. Camila se acercó a Lauren y la abrazó, quedándose junto a su cuerpo mientras hablaba.

            -Te he echado de menos.

            -Y yo a ti Camz.-susurró Lauren con alivio, rodeando el cuerpo de Camila con sus brazos, acariciando lentamente su espalda por instinto.

Camila la apretó más fuerte por un momento antes de soltarla. La miró fijamente a los ojos y tomó aire. Lauren intentó adivinar qué pensaba y volvió a sentir miedo. Se acabó, iba a dejarla. Esto era una despedida.

            -Quiero que hagas una cosa.-propuso Camila, mirando a algo detrás de Lauren.

            -¿El qué?-contestó Lauren completamente desconcertada.

            -Coge la guitarra, quiero que toques algo.

            -Camz, pensé que querías que hablásemos-

            -De eso se trata. Tú cógela.

            -Vale.

Lauren fue al fondo de su habitación y cogió su guitarra, sentándose en la cama junto a Camila, que la miraba con intensidad. La más pequeña se levantó y movió la silla del escritorio hasta situarla justo en frente de donde Lauren estaba sentada. Sacó un papel del bolsillo y lo desdobló, poniéndolo para que Lauren pudiera leerlo. Lauren miró la partitura, confusa.

            -Toca, por favor.

Lauren asintió y echó un vistazo a la partitura, comenzando a colocar sus dedos. Tocó los primeros acordes despacio, y volvió a repetirlos después a la velocidad adecuada. Cuando la voz de Camila acompañó a su melodía, estuvo a punto de dejar caer la guitarra. Jamás había escuchado una voz como aquella. Se le erizó todo el cuerpo, y tuvo que hacer un esfuerzo para seguir tocando.