06.

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Narrador omnisciente.

Todoroki quedó en shock al escuchar la voz del otro lado de la línea, todo su cuerpo se tensó y sintió un gran escalofrío correr por su espalda.

¿Enserio es Midorya? Realmente estaba hablando con él. Su voz no era grave, era ligeramente aguda sin llegar a ser molesta. Era relajante hasta cierto punto.

—¿Hay alguien ahí?—Habló Midorya nuevamente al no obtener una respuesta inmediata y gracias a eso Todoroki salió de su pequeño trance que había tenido sin darse cuenta.

—Eh, claro.—Contestó.—Lo siento.—Garraspeó con un los nervios consumiendole el cuerpo.—Lo he hablado para solicitar sus servicios médicos.

Se escuchó un pequeño chillido.—¡Claro! Soy Izuku Midorya a su servicio...

Hubo un pequeño silencio hasta que Shoto captó la señal.

—Shoto Todoroki.—Dijo de inmediato.—Podemos vernos en un lugar para discutir todo de manera correcta.

—Podemos vernos en una cafetería cerca de mi instituto, le puedo mandar la ubicación.—Agregó Midorya, en su tono de voz se podía escuchar un tono entusiasmado.

—Me parece bien, ¿puedes mañana en la tarde?

Hubo un momentáneo silencio hasta del que el pecoso hablara.—Sí puedo.

—Está bien, hasta entonces.—Se despidió.

—¡Hasta luego!—Se logró escuchar antes que Todoroki terminara la llamada y tras hacerlo, dejó escapar un largo y pesado suspiro. No pensó que se iba a poner en ese estado, era ridículo, podía hablar enfrente de miles de personas, incluso negociar con algunos clientes pero no podía hablar con  su amigo de la infancia.

Era totalmente ridículo todo esto, parecía un adolescente hormonal enamorado y no era así, para la mente de Shoto, solo eran amigos.
No podía considerarlo de esa manera, solo eran conocidos y ya.

Aunque no podía negar que sentía una especie de alegría por saber que ese chico se encontraba bien y al mismo tiempo le invadía la nostalagia, parecía que el chico al otro lado de la línea no parecía reconocerlo.

Tal vez estaba sacando una conclusión apresurada, aún no tenían su reencuentro. Esos pensamientos hicieron que Todoroki se tranquilizara.

El olor a café inundó sus fosas nasales al entrar en aquella cafetería en donde se debía encontrar con Midorya

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El olor a café inundó sus fosas nasales al entrar en aquella cafetería en donde se debía encontrar con Midorya. Se sentó en uno de los tantos asientos disponibles y pidió su orden mientras esperaba pacientemente.

Todoroki estaría mintiendo si dijera que no estaba nervioso. Lo estaba y mucho y se sentía como un tonto por ello.

Se mente estaba siendo brutalmente atacado por muchas preguntas como: ¿aún seguiría siendo ese chico risueño y alegre?, ¿habrá cambiado mucho?, ¿lo reconocería?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por una voz conocida, cuando giró a ver en la dirección proveniente de esa dulce y linda voz pudo ver la figura de un hombre de rizada cabellera verde con cuatro pecas en cada una de sus mejillas y como aun recordaba, sus inconfundibles ojos color verde, no parecía ser más alto con él.
El chico enfrente suyo seguía siendo jodidamente adorable, tenía un curioso rostro infantil y a la vez había madurez en su gesto.

—¿Todoroki-san?—Preguntó Midorya con una sonrisa de oreja a oreja, se veía en cada gesto y acción que estaba sumamente nervioso.

Todoroki quedó perplejo al ver la imagen del chico en carne y hueso. Puede sonar acosador pero la noche anterior busco las redes sociales del chico e indagó un poco en su vida mediante estas.

—¿Se encuentra bien?—Dijo ladeando ligeramente la cabeza al no obtener una respuesta inmediata. Midorya se sonrojó ligeramente al ver que Todoroki quedo mirándolo detenidamente unos segundos.

—S-sí, estoy bien.—Volteó a ver el asiento libre que estaba enfrente suyo.—Sientese, por favor.

Midorya hizo caso ante aquella petición y procedió a sentarse en el lugar libre de la mesa y tras pedir su orden, comenzaron a conversar.

—¿Te parece está cantidad de dinero?—Le extendió un cheque.

—Es mas que suficiente.—Sonrió levemente.

—Mañana empezarás, te mandaré la ubicación de mi hermana para que puedas ir cuando ella te necesite para sus cuidados.

—¡Claro!—Sonrió nuevamente un poco más alegre para después sorber un poco de su café. El chico de pecas emanaba una energía llena de entusiasmo, cualquiera se contagiaría de su estado de ánimo tan solo estar cerca de él.

—¿Estas libre está tarde?—Vio como Midorya se sonrojó nuevamente.—Tienes ¿calor? Tu cara parece un tomate.

Midorya soltó una risa nerviosa.—No, bueno sí, solo un poco.—Comenzó a jugar con sus manos.—Sí estoy libre hoy, ¿sucede algo?

—Perfecto, mi hermana desea conocerte antes.

—Oh.—Por la sorpresa de las palabras dichas por el bicolor con su boca formó una pequeña “o.”

Después de que Todoroki pagara la cuenta y que por cierto, no fue nada fácil convencer a su acompañante sobre ello, juraría que tardaron alrededor de diez minutos porque dejara pagar todo lo que consumieron y al final terminó cediendo a la petición del bicolor.

En tono el camino, el de pecas miraba por la ventana, era como si desease aprenderse muy bien el camino a casa de Fuyumi. Parecía un pequeño infante observando todo a su alrededor. Así se la pasó todo el trayecto hasta llegar a casa de Fuyumi.

—Estoy en casa.—Dijo Shoto una vez dentro del hogar.

Su hermana bajo a paso lento las escaleras sosteniendose del barandal.—Tu debes ser Midorya Izuku.—Se acercó a él.—Soy Fuyumi Todoroki, hermana mayor del poker face aquí presenté.—Miró a ver a Shoto.—¡Cuida muy bien de mí!—Sostuvo las manos del Midorya y sonrió ampliamente.

Asintió muchas veces con la cabeza.—¡Me aseguraré de cuidarla muy bien!—Sonrió de la misma manera que Fuyumi.

—Sé que lo harás, ¿no quieren tomar algo de té?—Quiero conocerte antes que comiences con mis cuidados.

—Sería un gusto.

Pasaron la tarde los tres juntos, la mayor parte del tiempo hablaba Izuku mientras que los otros dos solo escuchaban. Shoto pensaba que algunas cosas en él no habían cambiado. Recordaba las épocas en donde lo escuchaba hablar incluso por horas, parecía no cansarse de ello pero a él no le molestaba en absoluto, al contrario, le encantaba escucharlo así como en estos momentos.

Cuando llegó la noche Todoroki decidió llevar a Midorya a casa y este no se negó, no quería armar una discusión sobre eso como en la cafetería.

—¿Aquí vives?—Todoroki se estacionó enfrente de una gran casa.

—Sí.—Sonrió.—Gracias por traerme Todoroki-san, ¡hasta mañana!

Se despidieron mutuamente con la mano, Shoto se quedó viendo como Midorya entraba a su hogar y el se dispuso a ir al suyo.

Aún podía sentir los nervios en su cuerpo y a pesar que todo el tiempo mantuvo una imagen seria, en sus adentros se sentía en pánico al tener enfrente a la persona que había querido buscar todo este tiempo pero tenía una sensación agridulce en su paladar. Izuku no parecía recordarlo, no se equivocó con sus pensamientos de ayer en la noche. Su baja autoestima hacía que tuviera un dolor en el pecho a causa del revoltijo que había en su cabeza.

¿Significaba que no había sido importante en la vida de Izuku como él lo fue para la suya?

A tu lado || TodoDeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora