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Luego de varios sets, de perder algunos puntos, no más que los que perdió Lien. Después de cansarme a lo desgraciado, estamos en el último set.

Finalmente... Soy la jugadora que consiguió 6 juegos con una diferencia de 2, así que gané.

—¡Gané! —Lien se dejó caer, frustrado y con ganas de huir.

No sé cuándo había pasado, pero Raymond empezó a aplaudir y Ryland corrió en dirección a Jake, que a penas llegaba.

—¡¿Donde estabas?! ¡Te perdiste el juego! ¡Evadne le ganó a Lien!

Bajo el poco sol, siento mi frente húmeda, y mi respiración hecha mierda, sonrío intentando quitarme el calor, Raymond viene y me abraza.

—Espera, tengo que bañarme.

—No me importa, ha sido genial, le has dado en el hoyo a ese creído, estoy seguro que le has bajado de su nube.

—¡A donde vas cobarde! —Ryland persigue a Lien. —¡Tienes que cumplir!

—Me daré una ducha, sanguijuela, ¿Es qué quieres ver mi escultural cuerpo como dios me trajo al mundo? ¡Deja de seguime!

—¿Tienes hambre? Estuviste jugando más de la cuenta, casi 4 horas. —Me entrega una botella de limonada con rodajas grandes de naranja, limón y hojas de menta. —Te ves cansada.

—Estoy cansada. ¡Hace meses no jugaba así! Fue... Divertido, debo ir a ducharme y si no es molestia quiero dormir.

No he parado luego de anoche que estuve con Darrik, estaba cansada y aún así me salí del hotel, luego estuvimos buscando el vestido, la ropa.

Y ahora muchas horas de deporte intenso, estoy muy exhausta.

———

Abro los ojos luego de sentir que alguien acaricia mi cabello, no sé dónde estoy y es... Levanto la vista para ver a Raymond acariciando mi cabello y... Apuntándome con mi propia pistola.

—Lo siento, Sage, tu cabeza vale mucho dinero. —¿Sage? ¿¡Que diablos?!

Va a matarnos, espero que lo haga por qué tú no eres yo, deja de ser una maldita perra.

—¿Qué? No... ¿Que dices? No soy Sage.. soy Evadne.

Que gran mentira.

Y disparó, resonó en mi mente y me hizo pegar un brinco.

—¡No! —Raymond me toma de los brazos con suavidad.

—Tranquila, Evadne. ¿Que pasa? —Un maldito sueño, gruño alejándome de él.

—Nada... Yo solo... No importa. ¿Qué hora es?

—Estuviste dormida mucho tiempo, no quisieron despertarte y me quede contigo. Es 19:45.  —Frunzo el ceño, ahora me siento un poco más recargada de energía.

—¿Y, la fiesta?

—Empieza en 15 minutos, pero ellos se apresuran para apartar las bebidas y una mesa, luego eso se llena de jóvenes.

—¿Cómo ellos pueden entrar con 17 años?

—La verdad es que en ese club, es algo diferente... Una larga historia, la cosa es que ahí si ponemos tomar bebidas alcohólicas, solo eso y hay un límite, pero no se permiten drogas.

—Parece demasiado bueno para creer, entonces... ¿No quieres ir a la fiesta? Por qué yo si quiero.

—De echo estoy listo, solo iba a esperarte si querías ir.

DARRIK. [AKDR #3]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora