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*Conway*

Me desperté sintiendo las tan preciadas caricias de la parecer mi hermoso rubito. Me hice dormido para ver que hacía.

-Hay el abuelo que se me hace mayor, necesita sus horas de sueño. -Dijo suspirando

-Qué dijiste? -Susurré sin abrir los ojos.

Sin dejarle responder, me posicioné encima de él, comenzando a hacerle cosquillas.

- P-Para J-Jack. -Reía Gustabo sin parar; dios, me vendería en cuerpo y alma por escuchar su risa todos los días.

-Ahora no soy tan abuelo no? -Dije, parando y pasando a besar su cuello.

-Si yo lo decía de broma mazapán

-Ya empezamos. -Reí, apreciando mejor su rostro; su nariz, perfecta y con algunas pecas, al igual que sus mejillas, algo rojitas naturalmente, y con sus preciosos hoyuelos que se le formaban al sonreír, y sus labios, joder, sus tan apetitosos labios, algo gruesos y rojitos, todo su rostro enamoraba a cualquiera, pero sus ojos, esos ojos que me dejaron perdido desde el primer día que entró por las puertas del instituto, esos ojos azul cielo, en los cuales te podías pasa apreciando horas y horas, sin importar el donde y el cuando

-Si me sigues mirando así me vas a terminar poniendo cachondo. -Reí divertido por su comentario, para después besarlo. Iba a pasar a más, pero alguien tocó la puerta. -Joder...

-Pasa! -Dije, separándome y sentándome a su lado

-Buenos días! -Dijo Ana, la cual entró sonriendo y se tiró a la cama.

-Buenos días cielo, cómo has dormido? -Preguntó Gustabo, besándola la cabeza, luego me vino a abrazar, y se quedó acurrucada en mi regazo sin dejar de abrazarme.

-Muy bien, pero dice Julia que bajéis a desayunar, se la veía enfadada eh. -Dijo encogiéndose de hombros

-Tengo miedo. -Dijo Gustabo, mirándome neutro

-Pues será mejor que bajemos antes de que se enfade más. -Me levanté para ponerme el pijama, ya que dormí en boxers. Mientras Ana jugaba con el cabello del rubio, el cual no se había levantado aún. -Veeenga. -Dije cogiendo a Ana para que Gustabo se pusiese el pijama también.

Una vez ambos vestidos, bajamos rápidamente, encontrándonos los tres con Julia, y esa cara de mala ostia que intimidaba a cualquiera

-Ana cariño, sube arriba un momento sí? -Ella asintió, subiendo corriendo.

La pelirroja se acercó a nosotros, cogió su cartera y sacó un billete.

-Tomad bonitos, para que os vayáis a un puto Hotel, que me tenéis ya hasta el coño! -Dijo, estampando el billete con furia en mi pecho. -Que ya uno ni dormir puede, al final vais a traumar a la niña, joder.

Miré a Gustabo, este se encontraba rojo, muy muy rojo.

-Anda que no me he tirado noches yo aguantándoos a Michelle y a ti. -Suspire, rodando los ojos

-Pero eso es diferente anormal! No hay una niña de seis años al lado!

-Pero si no está al lad-

-Calla Jack calla. -Me interrumpió Gustabo. -P-Perdón Julia. -Ella suspiró

-Anda desayunad, que bastante energía os falta recargar. -Me reí internamente, aunque nunca lo admitiría.

Julia puso la tele, tratando de aligerar el ambiente, pero tan solo se veía negro y se escuchaba un molesto pitido.

𝑼𝒏𝒂 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝒐𝒑𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅 - (𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒂𝒃𝒐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora